Ídolos del Corazón y la "Feria de la Vanidad"
Por David Powlison

Una de las grandes preguntas que enfrentan los cristianos en las áreas sociales y las profesiones de ayuda es esta: ¿Cómo podemos conectar legítima e inteligiblemente el cúmulo de conceptos de la Biblia y la tradición cristiana con las terminologías técnicas y las riquezas de la observación de las ciencias del comportamiento? Dentro de esta pregunta perenne, dos sub-preguntas me han intrigado y dejado perplejo desde hace mucho tiempo.

Una es la pregunta de la relevancia bíblica. ¿Por qué es la idolatría tan importante en la Biblia? La idolatría es notoriamente el problema más discutido en la Escritura. Bueno ¿Y qué? ¿Es relevante para hoy el problema de la Idolatría, o es exclusivo de ciertos campos misioneros donde los adoradores todavía ser inclinan ante imágenes?

La segunda pregunta es la pregunta de la consejería, una pregunta de "Psicología". ¿Cómo podemos entender los millares de factores importantes que dan forma y determinan el comportamiento humano? En particular, podemos alguna vez entender satisfactoriamente el hecho de que la gente simultáneamente es dirigida internamente y moldeada por el contacto social?

Estas preguntas y sus respuestas eventualmente se entremezclan. Esa mezcla ha sido fructífera tanto en mi vida personal como en mi consejería de personas con problemas.

La relación de la motivación individual y el condicionamiento social.

La relevancia de un trozo masivo de la Escritura depende de nuestro entendimiento de la idolatría. Pero déjenme enfocar la pregunta a través de un versículo en particular del Nuevo Testamento que hace mucho tiempo me conmocionó. La última línea de de 1 Juan nos ordena: "Hijitos, guardaos de los ídolos" 1 Jn. 5:21. En un tratado de 105 versículo acerca de la vida en compañerismo vital con Jesús, el hijo de Dios, ¿cómo es posible que este inesperado mandato haya merecido ser la palabra final? ¿Será acaso una enmendación de un escriba? ¿Es un error de pensamiento del autor? ¿Es una aplicación límitada a cierta cultura añadida al final de una de las más epístolas para todos los tiempos? Cada una de estas alternativas pierde la integridad y el poder de las palabras finales de Juan.

En vez de todo esto, la última línea de Juan nos deja con la pregunta más básica que Dios pone continuamente en cada corazón humano. ¿A parte de Cristo, ha tomado algo o alguien la confianza de tu corazón, tu preocupación, tu lealtad, tu servicio, tus temores y deleites? Es una pregunta acerca de la motivación inmediata del comportamiento, pensamientos y sentimientos de uno. En la conceptualización bíblica, la pregunta de la motivación es la pregunta del señorío. ¿Quién o qué gobierna mi comportamiento? ¿El Señor o un substituto? Las respuestas no deseadas de esta pregunta (respuestas que informan nuestro entendimiento de la "idolatría" que debemos evitar) son presentadas más gráficamente en 1 Jn. 2:15-17; 3:7-10; 4:1-6 y 5:19. Es impactantemente cómo estos versos describen la confluencia de las perspectivas "sociológica", "psicológica" y "demonológica" con respecto a la motivación idolátrica.

Lo interno de la motivación es capturado por los desordenados y orgullosos "deseos de la carne" (1 Jn. 2:16), nuestro egocentrismo, los deseos, las esperanzas, los temores, las expectativas, son "necesidades" que habitan nuestros corazones. Lo externo de la motivación es capturado por "el mundo" (1 Jn. 2:15-17, 4:1-6), todo lo que invita, modela, refuerza, y condiciona para estar en tal inercia, enseñándonos mentiras. La dimensión "demonológica" de la motivación es el señorío del comportamiento del diablo (1 Jn. 3:7-10; 5:19), como gobernador del reino de la carne y el mundo. En contraste, "guardarte de los ídolos" es vivir con todo un corazón de fe en Jesús. Es ser controlado por todo lo que está detrás de ser llamado "Hijitos" (ver especialmente 1 Jn. 3:1-3, 4:7-5:12). La única alternativa si no escogemos a Jesús, ya sea que se vea a través de los lentes de la carne, el mundo o el diablo, es la idolatría.

Un problema interno

La noción de idolatría muy a menudo emerge en las discusiones de la adoración de imágenes físicas, la creación de dioses falsos. Pero la Escritura desarrollan el tema de la idolatría en dos dirección principales por lo menos, que son pertinentes para mi discusión aquí. Primero, la Biblia internaliza el problema. "Los ídolos del corazón" son descritos gráficamente en Ezequiel 14:1-8. La adoración de ídolos tangibles es evidencia de una lejanía del corazón de YHWH tú Dios. "Ídolos del corazón" es sólo una de las muchas metáforas que ponen el interés de Dios en el corazón humano, estableciendo un enlace inquebrantable entre las cosas específicas del corazón y las específicas del comportamiento: manos, lengua, y todos los miembros. El primer gran mandamiento, "amar a Dios con el corazón, el alma, la mente y las fuerzas" también demuestra lo interno de la ley con respecto a la idolatría. El lenguaje del amor, la confianza, el miedo la esperanza, la búsqueda, el servicio (términos que describen una relación con el Dios verdadero) es utilizada en la Biblia para describir nuestros falsos amores, falsas confianzas, falsos temores, falsas esperanzas, falsas persecuciones, falsos amos.

Si "idolatría" es la palabra característica del Antiguo Testamento que sintetiza nuestro alejamiento de Dios, entonces, la palabra "deseos" (epithumia) es la palabra característica del Nuevo Testamento para ese mismo alejamiento. Ambas palabras son un atajo para describir el problema de los seres humanos. El lenguaje del Nuevo Testamento es los "deseos" problemáticos es una expansión dramática del décimo mandamiento que prohibe la codicia (epithumia). El décimo mandamiento es también un mandamiento que internaliza el problema del pecado, haciendo que el pecado sea "psico-dinámico." Pone al descubierto la naturaleza del corazón humano, tal y como Pablo lo describe poderosamente en Romanos 7. Interesante y sorpresivamente, el Nuevo Testamento mezcla el concepto de idolatría y el concepto de deseos desordenados y controladores. La idolatría se convierte en un problema del corazón, una metáfora para los deseos, anhelos y demandas codiciosas humanas.

Un Problema Social

Segundo, la Biblia trata la idolatría como una característica central del contexto social, "el mundo", que nos da forma y nos moldea. El mundo es una "Feria de la Vanidad," como John Bunyan de una manera impactante nombra en el Progreso del Peregrino. El libro entero de Bunyan, y la sección de la Feria de la Vanidad, pueden ser vistos como retratando la interacción de formas sociales de comportamiento poderosas, atractivas e intimidantes, y las tendencias de autodeterminación del corazón de Cristiano. ¿Servirá Cristiano al Dios vivo o a la multitud de ídolos creados por su esposa, vecinos, conocidos, enemigos, los miembros de la sociedad humana idólatra. . . y, ultimadamente, por su propio corazón?

El hecho de que las idolatrías son generadas desde adentro e insinuadas desde afuera tiene implicaciones provocativas para las preguntas en la consejería contemporánea. Por supuesto, la Biblia no se dirige a nuestros asuntos contemporáneos con la terminología psicológica o usando nuestra información producto de la observación. Sin embargo, por ejemplo, la Biblia carece de los elementos particulares que los psicólogos hoy en día pueden describir como un "sistema disfuncional familiar o marital" sólo porque no pone esas piezas particulares del comportamiento humano y mutua influencia por debajo del microscopio. La "carencia" es sólo en cuanto a la aplicación específica. Las categorías bíblicas sí abarcan cómo los individuos en un sistema familiar (o en cualquier otro tipo o tamaño de grupo social) obran y se influyen uno al otro para bien o para mal. Por ejemplo, los patrones de vida que a menudo son llamados "codependencia" son entendidos con más precisión y profundidad como ejemplos de "co-idolatría." En el caso de una "relación co-idolátrica," entonces, los patrones idolátricos típicos de dos personas se refuerzan y compiten el contra el otro. Van juntos de una manera rara, creando lazos destructivos.

El esposo alcohólico clásico y su esposa están esclavizados en un sistema idolátrico cuyos componentes se complementan entre sí demasiado bien. Hay muchas posibles configuraciones para este patrón común de dioses falsos. En una configuración típica, en la constelación de ídolos del esposo pueden estar combinados un amor al placer controlador y esclavizante, la persecución escapista de un falso salvador de los dolores y frustraciones de la vida, el juego a ser el juez severo y autojustificado de la dependencia de la esposa, la auto-crucifixión de sus remordimientos periódicos, una confianza en el hombre por la que busca la validación personal a través de la aceptación de sus compañeros del bar, etc.

El patrón idolátricos del comportamiento de la esposa puede ser una combinación del juego a ser la salvadora mártir de su esposo y su familia, ser la juez orgullosa de la iniquidad del esposo, una confianza en el hombre la cual sobreevalúa la opinión de sus amigas, un miedo al hombre que genera un deseo desordenado por el amor y el afecto del varón como si fuera crucial para su supervivencia, etc. Cada uno de sus ídolos (y comportamientos, pensamientos y emociones consecuentes) es "lógico" dentro del sistema idolátrico, la feria de la vanidad en miniatura de seducciones y amenazas dentro de la que los dos viven. Los ídolos algunas veces son modelados, enseñados y fomentados por otras personas involucradas: Los compañeros del bar y las amigas refuerzan sus respectivos sentimientos de autocompasión y autojustificación. Los ídolos algunas veces son reaccionarios y compensatorios por los actos de la otra persona: él responde bebiendo a la irritabilidad de ella, y ella reacciona a su borrachera tratando de rescatarlo y cambiarlo. La feria de la vanidad es un siempre tentador . . .infierno en la tierra.

Falsificaciones Espirituales

Los ídolos falsifican aspectos de la identidad y carácter de Dios, como puede ser visto en lo antes mencionado: Juez, salvador, fuente de bendición, objeto de confianza, autor de una voluntad que debe ser obedecida, etc. Cada ídolo que se incrusta en el sistema hace falsas promesas y da falsas advertencias: "Si tan solo . . .entonces. . ." Por ejemplo, el comportamiento "re-habilitador" de la esposa expresa un juego idolátrico a ser la salvadora. Este ídolo le promete y le advierte, "si tan solo dar lo correcto y hacerlo mejor, entonces tu esposo cambiará. Pero si no cubres sus errores, entonces el desastre ocurrirá." Puesto que tanto las promesas como la advertencia son mentiras, el servicio a cada ídolo resulta en un remanente de miseria y maldición. Los ídolos mienten, esclavizan, y asesinan. Ellos son continuamente insinuados por aquel que es un mentiroso, amo de esclavos y asesino desde el principio. Están bajo la ira inmediata de Dios quien frecuentemente no permite que tales cosas funcionen bien en su mundo.

El simple cuadro de la Idolatría (un adorador postrado ante una figura de madera, metal o piedra) es ampliado poderosamente en la Biblia. La idolatría se convierte un concepto con el cual podemos comprender las complejidades tanto de la motivación individual como del condicionamiento social. Los ídolos del corazón hacen que nos alejemos de Dios de diferentes maneras. Ellos se manifiestan y se expresan en todos lados de los detalles de la vida interna y externa. Tales ídolos del corazón concuerdan asombrosamente con la mercancía ofrecida en la feria de la vanidad de la vida social. Las invitaciones y las amenazas de nuestra existencia social nos conducen hacia las idolatrías. Estos temas proveen una perspectiva fundamental de las "malas noticias" que llenan la Biblia.

En resumen, los pecados del comportamiento son siempre descritos en la Biblia como "motivados" o gobernados por un "dios" o "dioses." El problema de la motivación humana (la pregunta de la lealtad práctica al pacto, Dios o cualquiera de sus substitutos) es frecuente y útilmente descrito como el problema de la idolatría. La idolatría es un problema enraizado profundamente en el corazón humano e impuesto poderosamente en nosotros por nuestro ambiente social.

Esto nos trae directamente al segundo tipo de pregunta mencionado al principio. Esta segunda pregunta es una pregunta de consejería. ¿Cómo podemos poner juntas las siguientes tres cosas? Primero, la gente es responsable por sus pecados de comportamiento. Ya sea que se le llame pecado, problemas personales o vidas disfuncionales, la gente es responsable de las cosas destructivas que piensan, sienten, y hacen. Si soy violento o temeroso ese es mi problema.

Segundo, la gente con problemas viene de familias o matrimonios o subculturas donde los otros involucrados también tienen problemas. La gente sufre y es victimada y mal dirigida por las cosas destructivas que otros piensan, quieren, temen, valoran, siente, etc. Estas pueden ser influencias ambientales sutiles: La formación social a través del moldeamiento de actitudes y cosas semejantes. Estas pueden ser influencias traumáticas directas: pérdidas o victimización. Mi problema está a menudo fundados en lazo con tus problemas. Si me atacas, tiendo a devolvértelo o alejarme con miedo. Tu problema da forma a mis problemas.

Tercero, el comportamiento es motivado desde adentro por uno patrones complejos de pensamientos, deseos, temores, puntos de vista, y cosas semejantes, de los cuales una persona puede estar casi totalmente inconsciente. Podemos estar bastante engañados con respecto a que pilotea e impulsa nuestras vidas. Mi comportamiento violento o evasivo manifiesta patrones de expectativas que se han adueñado de mí. "Tu puedes lastimarme . . .así que me mantengo alejado o ataco primero." Mi comportamiento es una estrategia que expresa mis motivos: mis confianzas, mis deseos, mis temores, mis "necesidades sentidas." Tales motivos van por todo el espectro desde los cálculos conscientes hasta los impulsos ciegos.

¿Cómo es que estamos (y aquellos a quienes aconsejamos) simultáneamente condicionados socialmente, autoengañados y somos responsables de nuestro comportamiento sin que ninguno de estos factores cancele a los demás? Esa es la pregunta de las ciencias sociales y del comportamiento (y este es el sitio donde todos fallan cuando excluyen a Dios). Esta es también la pregunta que todo consejero cristiano debe intentar responder tanto en teoría como en la práctica de una manera que refleje la mente de Cristo. El punto de vista bíblico del hombre (tanto en la vida individual como social) mantiene juntas estas tres cosas.

Una tensión tri-partita

Los motivos son simplemente aquellas cosas que nos mueven, que causan o inducen la acción, tanto los "manantiales" de vida como las "finalidades" de la vida. La noción de motivación captura los impulsos internos y la orientación hacia metas propias de la naturaleza humana en sus más importantes y problemáticas características. Todas las psicologías tratan este asunto. Pero ninguna de ellas tiene recursos conceptuales adecuados que puedan explicar la interacción entre el comportamiento responsable, el ambiente social moldeador, y un corazón que es tanto auto-engañoso y auto-determinado.

Aquí hay algunos ejemplos. El Moralismo (la psicología operativa de hombre proverbial de la calle) se mantiene con el comportamiento responsable. Las causas complejas son enmudecidas in toto. Las psicologías conductistas ven tanto los impulsos como los premios pero ponen el peso en el ambiente, dando por sentado que los impulsos son imposibles de transformar. Tanto el comportamiento responsable y un corazón semi-consciente pero renovable son enmudecidos. Las psicologías humanísticas ven la relación entre los deseos/necesidades internas con la satisfacción y la frustración externas pero dan su voto final en pro de la autodeterminación humana. Tanto el comportamiento responsable y el poder de las fuerzas extrínsecas son enmudecidos. Las Psicologías del Ego ven el conflicto torcido entre los deseos del corazón y las contingencias sociales bien internalizadas. Pero el ambiente presente y el comportamiento responsable son enmudecidos. Es difícil mantener juntos tres elementos aparentemente simples.

Unidad "con respecto a Dios"

La Biblia (la voz del Creador de la humanidad) habla del mismo conjunto de elementos con una visión unificada singularmente. No existe ninguna duda de que somos responsables moralmente: nuestra obra y nuestro fruto cuenta. No existe ninguna duda que el fruto viene de una raíz interna a la que a menudo estamos cegados. "ídolos de corazón," "deseos de la carne," "temor al hombre," "amor al dinero," "mente terrena," "orgullo," y una multitud de otras palabras capturan bien el punto de vista bíblico de los impulsos experimentados engañosamente como necesidades evidentes o metas. No exista tampoco ninguna duda que estamos restringidos poderosamente por las fuerzas sociales que nos rodean. El "mundo," "feria de la vanidad," "el consejo de los malos," falsos profetas," "tentación y prueba," y palabras semejantes capturan algo de las influencias que caen sobre nosotros. Otras personas modelan y sustentan leyes falsas y falsos estándares, cosas que definen mal lo que es el valor y el estigma, la bendición y la maldición, el camino de vida y el camino de muerte. Ellos pecan contra nosotros. Dios cómodamente hace una yuxtaposición de estas tres simples cosas que en las formulaciones humanas tienden a alejarse volando. Soy responsable por mis pecados: "Johnny es un hombre malo." Mi voluntad está esclavizada: "Johnny no puede evitarlo." Soy engañado y dirigido por otros: "Johnny lo aprendió de su mala compañía." ¿Cómo pueden ser estas tres cosas simultáneamente verdaderas?

La respuesta. que todos los psicólogos y sociólogos no ven, es en realidad bastante sencilla. La motivación humana está siempre "relacionada con Dios." Las ciencias del comportamiento y sociales no ven esto "intencionalmente" porque ellas mismas están motivadas por la idolatría. En una ironía masiva, edifican en su estructura y metodología una ceguera en cuanto a la naturaleza esencial de su objeto de estudio.

La motivación humana no es intrínseca al individuo ni a la sociedad humana. La motivación humana no es estrictamente ni psicológica o psicosocial o psicosocial-somática. No estrictamente ni psicodinámica o sociológica o biológica o alguna combinación de estás. Estos términos son si acaso metáforas de los componentes en un fenómeno unitario el cual es esencialmente religioso o relativo a un pacto. La motivación está siempre relacionada con Dios. Por lo tanto, la motivación humana no es esencialmente el tipo de fenómeno en toda la especie que la ciencias humanas tratan de estudiar. Se encuentra y se observa en la vida real como un fenómeno intrínsecamente binario: fe o idolatría. El único punto unitario de los motivos humanos es el antiguo constructo teológico: Los seres humanos son criaturas adoradoras. Una vez viendo esto, sólo el punto de vista de la Biblia puede unificar los elementos aparentemente contradictorios al explicar el comportamiento.

La pregunta profundo de la motivación no es "¿Qué es lo que me motiva?" La pregunta final es "¿Quién es el amo de este patrón de pensamiento, emoción o comportamiento?" Desde la perspectiva bíblica, somos religiosos, inevitablemente ligados a un dios o a otro. La gente no tiene necesidades. Tenemos amos, señores, dioses, siendo estos, uno mismo, otras personas, objetos valiosos, Satanás. La metáfora de un corazón y una sociedad idolátricos captura el hecho de que la motivación humana mantiene una relación automática con Dios: ¿Quién es mi dios, en lugar del Dios verdadero? Déjenme dar dos ejemplos, uno muy amado por los conductistas y otro muy querido por los sicólogos humanistas.

El hambre como idolatría

Cuando un "impulso de hambre" mueve mi vida o un segmento de mi vida, en realidad estoy tratando con una conducta religiosa. Yo (la carne) llego a ser mi propio dios, y la comida llega a ser el objeto de mi voluntad, de mis deseos y temores. La Biblia observa la misma masa de motivos que las ciencias de la conducta ven como un "impulso primario." Algo biológico con toda certeza acontece. Algo psicológico y aun sociológico ocurre. Pero la conceptualización bíblica difiere radicalmente. No soy impulsado por el hambre, sino soy impulsado por el hambre en vez de ser impulsado por Dios.

Fuimos hechos para relacionarnos con la comida, comiendo con gratitud lo que sabemos que hemos recibido y compartiendo generosamente. Soy un idólatra cuando el hambre normal es el manantial de problemas de conducta y actitud. Los deseos normales tienden a volverse desordenados y esclavizantes. Los varios pecados visibles que puede producir tal idolatría (glotonería, ansiedad, ingratitud, obsesión por la comida, y "desórdenes alimenticios", irritabilidad cuando no se como a tiempo, obsesión por tener la porción más grande, comer para sentirse bien, y cosas semejantes) se entienden perfectamente como la obra de el ídolo que constriñe mi corazón. El problema de conducta tiene su raíz en el corazón y tiene que ver con Dios.

Las idolatrías que habitan nuestra relación con la comida, sin embargo, son tan sociales como son biológicas y psicológicas. Tal vez mi padre modelo actitudes idénticas. Tal vez mi madre usó comida para obtener amor y ahuyentar la ansiedad. Tal vez pasaron por la Gran Depresión y experimentaron privación severa, que ha dejado su marca en ellos y ha hecho que la comida sea motivo de ansiedad. Tal vez la comida la "droga" favorita de mi familia. Tal vez la comida es el medio a través del cual el amor, la felicidad, el enojo y el poder se han expresado. Tal vez soy bombardeado con anuncios provocativos de comida. Las variaciones y permutaciones son sinfín.

La membrecía en la sociedad de los hijos e hijas caídos de Adán garantiza que seremos idólatras de la comida de una u otra manera. La membrecía en la sociedad consumista da forma a esa idolatría en formas típicas. Un sistema complejo de valores idolátricos puede ser adherido a la comida. Por ejemplo, característicamente nosotros codiciamos una gran variedad de alimentos. La comida juega un papel en las imágenes de belleza y fortaleza a los que servimos por desear la salud y temer la muerte. La comida (la calidad y los tipos, los modos de preparación y de ingestión) es una marca del estatus social. La membrecía en una sociedad etíope hambrienta habría dado forma a la idolatría genérica en diferentes formas típicas. La membrecía en mi familia particulariza aun más el estilo de idolatría a la comida: por ejemplo, tal vez nuestro sistema de hambre familiar da legalidad a la irritabilidad, y la comida fue la salvadora, liberándonos de destruir a nuestra familia con hambre. Sin embargo, en todos estos niveles de participación social, mi individualidad no se pierde. Yo pongo mi propia estampa idiosincrásica en la idolatría a la comida. Por ejemplo, tal vez soy esclavo de los Fritos cuando estoy tenso y nervioso porque los colorantes rojos son carcinógenos.

La Seguridad como Idolatría

Los conductistas hablan de "impulsos" y tienden a buscar en las cosas en las que nos parecemos más a los animales. Los humanistas y existencialistas, por otro lado, hablan de "necesidades" y tienden a elevar el enfoque hacia las metas humanas y sociales únicas. Pero la misma crítica se aplica a ambas. Cuando una "necesidad de seguridad" mueve mi vida o parte de mi vida, estoy de nuevo tratando con una conducta religiosa. En vez de servir al Dios verdadero, el dios a quien sirvo es la aprobación y el respeto de la gente, ya sea yo u otros. Yo soy un idólatra. No soy "motivado por una necesidad de seguridad." Soy motivado por un deseo de seguridad en lugar de ser gobernado por Dios. O, puesto que el deseo y el temor son perspectivas complementarias de la motivación humana, "Le temo al hombre" en lugar de "Le temo y confío en Dios." Las teorías de la necesidad, nunca pueden abarcar el "en lugar de Dios," que siempre tiene que ver con el asunto de la motivación humana. Nunca pueden entender el asunto fundamental de la idolatría, que ve que las cosas que típicamente nos impulsan existen realmente como deseos desordenados de la carne que son alternativas directas que compiten con el sometimiento al deseo del Espíritu.

Nuestra codicia de seguridad, por supuesto, es enseñada al igual que es espontánea. "La feria de la Vanidad" obra tan efectivamente aquí como lo hace con el hambre. La gente persuasiva y poderosa nos intimida y asusta para que confiemos en ellos y les temamos. Al convencernos de nuestras falsas confianzas y reconociendo la potencia de las presiones que tenemos, la Escritura de nuevo nos ofrece la alternativa liberadora de conocer al Señor.

Ídolos: ¿un desarrollo secundario?

Cuando las estructuras conceptuales de la psicología humanista son "bautizadas" por los cristianos, el "en lugar de Dios" que es fundamental en la motivación humana continúa siendo ignorado. Por ejemplo, muchos consejeros cristianos absolutizan una necesidad o anhelo de amor. Como seres humanos observadores, ellos con precisión ven que la gente caída es impulsada a buscar estabilidad, amor, aceptación, y afirmación, y que buscamos tales bendiciones en ídolos vacíos. Como cristianos comprometidos a menudo quieren llevar a la gente a confiar en Jesucristo en lugar que en los ídolos. Pero ellos insertan a priori inapropiadamente una necesidad de relación, una anhelo interior, un tanque de amor vacío, como el promotor de la división del corazón entre la fe y la idolatría.

Ellos bautizan esta "necesidad" describiéndola como centrada en Dios. La idolatría llega a ser una manera impropia de satisfacer una necesidad legítima, y nuestro falta de amor hacia los demás se vuelve un producto de una necesidad insatisfecha. El Evangelio de Cristo es redefinido como la manera apropiada para satisfacer esta necesidad. El arrepentimiento de la idolatría es así también secundario, pues es un medio para satisfacer la necesidad. Tal satisfacción es puesta como el contenido primario de las buenas noticias en Cristo. Sin embargo, bíblicamente, la idolatría es el factor primario de motivación. Nos falta amor por la gente porque somos idólatras que ni amamos a Dios ni a nuestro prójimo. Nos volvemos inseguros porque permanecemos bajo la maldición de Dios y porque la otra gente está tan centrada en sí misma como nosotros lo estamos. Creamos y experimentamos alejamiento tanto de Dios como de otra gente. El amor de Dios nos enseña a arrepentirnos de nuestra "necesidad de amor," viéndolo como una codicia, recibiendo amor misericordioso verdadero, y llegando a aprender cómo amar en lugar de ser consumido con la búsqueda de amor.

Los seres humanos codician todo tipo de cosas buenas y dioses falsos (incluyendo el amor) intentando escapar del gobierno de Dios. Las psicologías que enfatizan la necesidad de amor no quitan del trono el santuario de nuestro corazón idolátrico. Estructuralmente, la lógica de los sistemas basados en la necesidad de amor es análogo a los evangelios falsos de "salud y prosperidad". Jesús te da todo lo que deseas profundamente sin desafiar esos deseos.

No es de sorprenderse que, para bien o para mal, las psicologías basadas en la "necesidad de amor" sólo llaman la atención de cierto tipo de aconsejados, aquellos que están en sintonía con la frecuencia de lo que podíamos llamar ídolos de la intimidad. Tales teorías carecen de atractivo y efectividad cuando se aplican en otras culturas donde el reino de los ídolos no son los ídolos de la intimidad, sino por ejemplo, son el poder, el estatus, los placeres sensuales, el éxito y el dinero. Los sistemas basados en la "necesidad de amor" tienen que interpretar tales ídolos como sustitutos o versiones de compensación de la "verdadera necesidad" que motiva a la gente.

La Biblia es mucho más sencilla. Cualquier ídolo puede tener un lugar independiente en el corazón humano. Los ídolos pueden reducirse de uno a otro en parte: por ejemplo, un hombre con problema de pornografía y lujuria puede ser ayudado significativamente al reconocer arrepentido que su lujuria expresa un berrinche por el deseo frustrado de casarse, un deseo que nunca ha sido reconocido como idolátrico. Los ídolos pueden ser puestos encima de otros ídolos. Pero el deseo sexual tiene su propia existencia primaria válida como ídolo. En la realidad bíblica (o sea, en realidad) no existe en la raíz de la motivación humana una necesidad de amor que sea neutral, normal y a priori.

El tema bíblico de la idolatría provee una herramienta penetrante para entender tanto el manantial como los incentivos de la conducta pecaminosa. Las causas de pecados particulares, ya sean "impulsos biológicos," "fuerzas interiores psicodinámicas," o "ataques y tentaciones demoniacas" pueden ser en verdad abarcadas a través de los lentes de la idolatría. Tal entendimiento prepara el campo de consejero cristiano para que sea cristiano en hecho como en nombre, para ser ministro de la multiformes buenas nuevas de Jesucristo.

Estudio de Caso y Análisis

Usando un estudio de caso de una persona lastimada, enojada y temerosa, este artículo ahora explorará con mayor detalle la relación entre el "mundo" y el "corazón" en la producción de conductas, respuestas emocionales, procesos cognoscitivos y actitudes complejas y disfuncionales.

Wally es un hombre de 33 años. El ha estado casado con Ellen por 8 años. Tienen 2 hijos. El es un cristiano altamente comprometido. El trabaja para su iglesia por medio tiempo como el administrador y jefe de mantenimiento, y medio tiempo en un ministerio de misericordia para los pobres de los barrios bajos de la ciudad. El y su esposa buscaron consejería de una explosión en su matrimonio estable. El se enojó y le pegó. Después se fue, amenazando con nunca regresar. Apareció tres días después, lleno de culpa, remordimiento, y un sentimiento general de fracaso.

Los problemas matrimoniales actuales son versiones exacerbadas de problemas de hace mucho: enojo, inhabilidad para reconciliarse profundamente, amenazas de violencia alternando con amenazas de suicidio, depresión, exceso de trabajo alternando con escapismo, un patrón moderado de bebida cuando se encontraba bajo presión, comunicación generalmente pobre, uso de pornografía, y soledad. Wally no tiene amigos íntimos.

Hace algunos años Wally se vio envuelto sexualmente con una mujer a la que estaba ayudando: "Yo se que está mal, pero es que me sentí tan mal por ella que me encontré a mi mismo tratando de confortarla físicamente." La dejó, y Ellen lo perdonó; pero ambos reconocen que ha habido un residuo de culpa y de desconfianza.

El oscila de extremo a extremo. Por un lado él puede ser tosco, manipulativo, enojado, y rencoroso. Por el otro lado, se retrae, se siente herido, ansioso, culpable, y temeroso de la gente. El oscila entre el enojo contra las quejas de Ellen y la depresión por sus propios pecados. Los patrones de ambos crean un sistema de retroalimentación en el cual cada uno tiende a sacar y reforzar lo peor del otro.

Wally creció en una familia judía secular de la clase trabajadora. El nación cuando su papá tenía 52 años y su madre, 42. A golpe de trabajo duro y largas horas lograron comprar una casa en una zona residencial un poco después de que Wally naciera. El papá de Wally era un hombre muy especial, imposible de complacer. "Si sacaba puros 10 con un 9, me preguntaba ¿Qué es esto? Si deshiervaba y podaba el césped, me decía: te falto un lugar detrás de la cochera."

Después de su jubilación a la edad de 70 años, el papá de Wally se ablando y como Wally ya era cristiano y trató de perdonarlo, su relación no fue tan mala los últimos cinco años de su vida. Su madre era "bien intencionada, agradable, pero inefectiva, totalmente intimidada por mi papá." Wally había sido un poco raro en la preparatoria: "Nunca seguí la escala de valores de los burgueses. Era demasiado inteligente, descoordinado, feo, tímido, extraño, y pobre para engranar en la escuela."

Wally se convirtió al cristianismo durante su primer año en la universidad e inmediatamente se dirigió hacia el trabajo con los pobres y los desamparados. "Tenía muy poca simpatía por los cristianos ricos de los suburbios; pero amaba a los pobres, a los padres solteros, a los ex-adictos, los pacientes psiquiátricos, los exconvictos, los huérfanos y las viudas, los discapacitados, los perdedores." Su compromiso cristiano es intenso y dominante. El ama a Jesucristo. El cree en el evangelio. El desea compartir a Cristo con otros. El sabe cuales son sus pecados de conducta, pero se siente atrapado. "Sencillamente reacciono instintivamente. Después me siento culpable. Ya conoces el ciclo ¿No?"

Financieramente, Wally y Ellen no están del todo bien. No son gastadores extravagantes, pero continuamente enfrentan decisiones financieras: ¿Visita al dentista para los niños? ¿Deberíamos comprar una casa? ¿Deberíamos tomar unas vacaciones o tener trabajos temporales para ganar dinero extra? ¿Cuántas horas a la semana debería Ellen tratar de trabajar fuera de casa? ¿Podemos en verdad diezmar? ¿Debemos comprar una video cassettera? Viven al día y los recibos periódicamente crean un poco de estrés.

¿Cómo van los consejeros cristianos a entender a Wally para poder ayudarlo?

"La feria de la vanidad": La sociología de la idolatría

Los ídolos definen el bien y el mal de maneras contrarias a las definiciones de Dios. Ellos establecen un centro de control que es terrenal: ya sea en objetos (por ejemplo, codicia de dinero), en otra gente ("necesito agradar a mi padre"), o en uno mismo (autoconfianza al perseguir mi propio deseo). Tales dioses falsos crean leyes falsas, definiciones falsas de éxito, fracaso, y de valor. Los ídolos prometen bendición y advierten de la maldición para aquello que tienen éxito o fracasan con respecto a la ley: "Si obtienes mucho dinero estarás seguro. Si logras que ciertas personas te quieran y respeten, entonces mi vida tendrá valor. Existen numerosos valores idolátricos que influenciaron a Wally y continúan presionándolo: engañándolo, atemorizándolo, controlándolo, aplastándolo, esclavizándolo.

Las demandas perfeccionistas de su padre fueron uno de los ídolos prominentes que impresionaron la historia personal de Wally: "Debes agradarme en cualquier manera que yo determine." Wally creyó la demanda pecaminosa y mentirosa de su padre. "Temor al hombre" describe el fenómeno por el lado psicológico de la ecuación, un "ídolo de corazón" particular." "Opresión" e "Injusticia" describen las demandas poderosas de su padre por el lado sociológico. Vemos la dominación de su padre cuyo liderazgo era aquel de un rey tirano, no el de un rey siervo que promueve el bienestar de su hijo. En esencia, el mintió, engañó, esclavizó y condenó. "Puedo recordar estar acostado en mi cama mientras mi papá me regañaba enojado." Wally fue condicionado a estar muy preocupado de lo que la gente importante pensara de él. Al mismo tiempo Wally compró el ídolo. Simultáneamente él es víctima y culpable. El fue abusado por ídolos poderosos que operaban en su sistema de familia. El también instintivamente compró esos ídolos y produjo sus propios ídolos competitivos.

Las relaciones rara vez son estáticas. Había varios lados y varias fases en la relación de Wally con las opiniones críticas de su padre. En ocasiones Wally tenía éxito en agradar a su padre y se sentía bien consigo mismo. En otras ocasiones fallaba ante los ojos de su padre, ganando sólo reclamos. En otras ocasiones el obsesivamente, casi maniaticamente, se esforzaba por agradar a su padre. Una vez el pasó todo un verano, con resultados tétricos, tratando de botar el balón en una manera que no se viera "como una niña de seis años." Algunos de los síntomas clásicos de "baja autoestima" fueron establecidos en este crisol.

En otras ocasiones, Wally se rebeló contra su padre y contra sus demandas implacables. Como era muy inteligente, el era formidable y creativo como rebelde. En sus años de adolescencia tuvo éxito en poner medio loco a su padre al establecer un sistema de valores contrario (sirviendo como ídolos contrarios): música Rock, vestuario y corte de pelo extraños, política de izquierda, consumo de marihuana. Un ídolo ("yo necesito complacer a mi padre") le llevó a otro ("Yo hago lo que quiero y me pongo en oposición a mi padre".

Hay aun elementos en la conversión de Wally al cristianismo que podrían verse como parte de su tendencia de definirse en oposición a la cultura secular, judía y de clase media de su padre. Su cristianismo podría usarse a veces para atormentar a su padre. Los ídolos son adaptables. Su actitud rebelde ultimadamente vino a ser el compromiso predominante de largo plazo y lleva consigo un resentimiento de bajo grado al recordar a su padre que ya tiene cinco años de fallecido. Pero la rebelión no está sin mezclas. Puede estar matizada con remordimientos, un sentido de fracaso, o aun con tendencias de misericordia y gentileza. "Algunas veces en verdad pienso que ya estoy en paz con mi papá (una paz honesta y misericordiosa que Cristo ha puesto en mí. Otras veces, sé que reacciono como aquel animal herido y orgulloso que una vez fui."

El padre de Wally no era estático tampoco. En sus últimos años se emblandeció bastante. La fe cristiana de Wally y la evolución de su padre combinadas trajo una buena medida de amabilidad y perdón a la relación. Llegó a estar en paz, pero nunca fue cálida. Los ídolos tienen una historia, una "fecha de caducidad." La feria de la vanidad evoluciona. Un padre demandante llega a ser un padre menos demandante quien eventualmente promulga un ídolo más amistoso: el quería calentarse al calor de la "familia" y de la jubilación. Nuestros corazones también evolucionan. Un joven con una compulsión de complacer llega a ser hombre joven quiere complacer a la mitad y rebelarse en la otra mitad. El adulto joven viene a ser un hombre de edad media impulsado y perseguido por algunos de los mismos patrones de las compulsiones contradictorias, aun después de la muerte de su padre. Wally al mismo tiempo desea la aprobación y el respeto de la gente y sin embargo, se rebela y se aísla en su orgullo.

Ídolos múltiples.

Llegamos a estar infestados de ídolos. Los patrones idolátricos en la relación de Wally con su padre se manifiestan en otras relaciones. Wally ha tenido problemas con las figuras de autoridad en la escuela, en el ejército, en el trabajo y la iglesia. Ha tenido el mismo tipo de problemas con su esposa, amigos y aun sus hijos. Naturalmente, el trae estos mismos patrones a la relación de consejería, con todos los desafíos que crean para la edificación de la confianza y una relación funcional. El continua manifestando un conjunto típico de problemas asociados: un deseo esclavizante de ser aprobado, una profunda sospecha de que no lo será, una terca independencia.

Hemos puesto atención con cierto detalle a la manera en la que las demandas de su padre constituyeron un sistema de ídolos que hicieron mella en las afecciones de Wally. Daremos menos detalles de otras influencias, aunque cada una puede ser explorada de igual manera. La pasividad de su madre en el momento del conflicto estableció un modelo para él que aun colorea su relación con Ellen. Los valores burgueses que tenía su grupo de la preparatoria (citas, atletismo, miradas, ropa, sexo, dinero, "en onda") también lo marcaron como un fracaso e inflamaron su rebelión y su sentimiento de ser vergonzosamente inadecuado. El compró los valores burgueses y falló delante de ellos. Se rebeló en contra de esos valores y compró valores alternativos de la cultura de la droga, en la que tuvo éxito. Se rebeló en contra tanto de los drogos como de los normales y se aisló a su mundo de soledad, que a veces funcionó y otras, fracasó. Todas estas cosas pasaron, algunas veces simultáneamente, y otras sucesivamente.

Aun los valores contraculturales de la subcultura de su "cristianismo radical" puede ser entendida en parte como una reducción idolátrica de la vida cristiana en reacción a la ecuación idolátrica opuesta del cristianismo con el "sueño americano." Ciertas cosas buenas bíblicas se magnifican, excluyendo otras cosas bíblicas buenas. De varias maneras, Wally todavía continua ejecutando el tema tripartita. Primero, se rebela en contra de la cultura de cierto grupo de gente exitosa. Segundo, el encuentra su validez en la afirmación de una subcultura baja y excluida. Tercero, mientras tanto el actúa con orgullo idiosincrásico para crear su propia cultura en la que él es el rey, y sus opiniones sobre cualquier cosa, desde la cena hasta la Escatología, son verdades obvias.

"¿Quién puede entender el corazón del hombre?" "¿Y quién puede entender el mundo que negocia con ese corazón?" Wally y el millar de fuerzas que le afectan evaden un análisis exhaustivo y racional. Sin embargo, podemos describir suficiente de lo que ocurre en su corazón complejo y en su mundo complejo para ministrarle de una manera útil. Y el Wally que conocemos hoy es sólo el Wally de hoy, no el Wally de algún punto anterior de su historia personal. El consejo bíblico, la mente de Cristo acerca de la vida de Wally, puede ser dado. La Sabiduría, puede hacer que las cosas tengan sentido satisfactorio y convincente, y que Wally pueda aprender a vivir, pensar y actuar con tal sabiduría.

Muchos otros sistemas de ídolos y subsistemas afectan a Wally. Algunos son los mismos personajes que Bunyan describió en su Feria de la Vanidad: actitudes culturales, valores, temores, y oportunidades que rondan alrededor del dinero, el sexo, la comida, el poder, el éxito, o la comodidad. Ciertos ídolos de cara gentil (los medios masivos, los deportes profesionales, y la industria del alcohol) le maldicen con compensaciones temporales y con salvadores falsos de la presión que genera su esclavitud a los ídolos aterradores que lo esclavizan y lo flagelan en otras ocasiones: "Debo lograr. Debo probármelo a mí mismo. Todos los que yo respeto deben quererme. ¿Qué pasará si fracaso?"

Algunos de los sistemas idolátricos que a diario impactan a Wally son encontrados en el sistema marital y en el familiar. Los valores y deseos de Ellen y los niños provocan y persuaden a Wally en varias maneras. Si Ellen se preocupa por el dinero, si los niños se alborotan cuando no obtienen lo que quieren, si Ellen se queja de Wally con expectativas moralistas para que cambie, Wally se preocupa, se enoja, se queja, se deprime, se pone a la defensiva, o cualquier cosa, dependiendo de como esté conectándose con la micro-sociedad particular que lo está presionando.

Esta manera de explorar "¿Qué es lo que me gobierna?" es sociológica. Los dioses falsos son altamente atractivos. Con buena razón tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento abunda en advertencias en contra de las culturas paganas y de asociarse con idólatras, necios, falsos maestros, gente airada, y otros semejantes. Nuestros enemigos no sólo nos lastiman, también nos tientan a ser como ellos. Las voces falsas no son imaginaciones que el alma del individuo alucina. El "mundo" complementa a la "carne" para constituir una mal monolítico: la manufacturación de ídolos en lugar de adorar al Dios verdadero.

Si vamos a ayudar a la gente a tener ojos y oídos para Dios, debemos conocer bien que dioses alternativos reclaman su atención. Estas fuerzas e influencias formativas ni determinan ni excusan nuestros pecados. Pero si alimentan, los canalizan y exacerban nuestra pecaminosidad, en direcciones particulares. A menudo son influencias atmosféricas, invisibles e inconscientes. El arrepentimiento consciente empieza a aflorar cuando veo tanto mis propias distorsiones y las distorciones que otros infligen en mí. Ambas me tientan, y debo batallar a ambas.

La Escritura es sensible a las fuerzas sociológicas sin transigir en la responsabilidad humana. Pero, por supuesto, los ídolos están en nuestro corazón, determinando el curso de nuestras vidas. En la discusión anterior, la respuesta del corazón de Wally hacia su ambiente (ídolos del corazón) continuamente se entrometía. Los dos son imposibles de separar absolutamente. Pero en la sección siguiente voy a considerar con mayor detalle a la dimensión más psicológica de la idolatría.

Los ídolos de Corazón: La psicología de la Idolatría

En el nivel más simple Wally adquirió los ídolos a los que fue expuesto y creativamente fabricó sus propios ídolos. El en varias ocasiones tuvo éxito, fracasó o se rebeló en contra de los sistemas variados de valores. Pero en cada caso el alimentó y sirvió a numerosos valores no bíblicos. Su vida implícitamente da validez a muchas mentiras. Su corazón está dividido profundamente entre el Dios verdadero y los ídolos. ¿Es cristiano? Sí. Pero el trabajo progresivo de renovación debe apuntar hacia los patrones particulares de idolatría que funcionalmente substituyen la fe en Cristo. Ha habido una medida de fruto genuino en su vida, pero ha habido una medida de desvío del verdadero Dios hacia la agenda de la carne.

Los ídolos rara vez son solitarios. Nuestras vidas se infestan de ellos. Wally es controlado psicológicamente por una variedad de dioses falsos. Por ejemplo, el típicamente oscila entre "orgullo" y el "temor al hombre." El orgullo o el jugar a ser dios genera un conjunto de pecados: enojo, manipulación, compulsión a controlar a la gente y las circunstancias, una "personalidad tipo A," rebelión contra los padres y los burgueses. El temor al hombre o "hacer a los otros, dios" genera otro conjunto: temores, depresión, fracaso, ansiedad, alejamiento, inferioridad, comportamiento de camaleón. Ellos trabajan mano con mano para producir su "perfeccionismo," tanto en su aspecto ansioso como en el demandante: "Mis logros ante tus ojos. Tus logros ante mis ojos."

Muchos otros dioses esperan tras bambalinas, tomando parte ocasional en partes del drama de la vida de Wally. A veces el dios de Wally es un deseo de escape de las presiones que crea. El abuso del alcohol, el ver televisión, los video juegos, la pornografía provee un escape. A veces es dominado por un deseo de "ayudar" a la gente. El llega a estar obsesionado con su ministerio, enojado en contra de cualquiera que lo perjudica, tendiente a sentirse mesiánico (y aun adultero), justificando cualquier acción dudosa de su parte con una referencia al supremo valor de "mi ministerio". Por supuesto, esta es sólo una muestra. Cualquier anotación de sus dioses menores puede aparecer en el templo de su corazón dependiendo de las condiciones del tráfico, del clima, de cómo lo trata su esposa, de cómo les va a los niños en la escuela, etc.

El verdadero Wally es muy complejo. Aun en una descripción a grandes rasgos, que su vida emerge de un mosaico cambiante de lealtades falsas. Dicho esto, ¿hay alguna jerarquía de ídolos o ídolos prepotentes de importancia inusual en el caso de Wally? Sí los hay. La vida de Wally puede tener temas típicos y repetitivos. El es un "tipo" en el sentido amplio, aunque nunca puede ser reducido en un diagnóstico rígido de tipo por los millares de ídolos que lo presionan. Algunos ídolos me parecen predominantes en Wally. El "Orgullo" (yo tengo el papel de dios) y el "temor al hombre" (te instalo como dios) son cruciales. Uno puede encontrar variaciones de los temas "quiero que se haga lo que quiero" y "¿Cómo lo estoy haciendo" repitiéndose sin fin en la vida de Wally. Las demandas y el temor alternan en el escenario. Otros ídolos dominantes típicos (placer sexual, dinero, etc.) ciertamente tienen su parte en la vida de Wally pero están un grado más bajo, que en un aconsejado diferentes pueden estar grandemente intensificados.

Es sorprendente como las categorías bíblicas (el tema de la idolatría, en este caso) se mantienen cercanas a los detalles concretos de la vida y no especulan en tipologías abstractas. Las similitudes fundamentales entre las personas tienden a ser traídas a la vista. En nuestra cultura llena de psicología estamos familiarizados con los análisis de definición de Wally y de otros de acuerdo con una tipología. El es una persona de tipo A. El es un complaciente. El es un controlador. El es una combinación de temperamento melancólico y colérico. El es un típico ACOA o miembro de una familia disfuncional. Su pecado raíz es la ira. Su problema es baja autoestima. En categorías DSM-III él es . . ., y así. Tales declaraciones tienden a pasar como conocimiento importante. De hecho, no son explicaciones de nada sino que son simples maneras de describir conjuntos comunes de síntomas.

¿ídolos raíz?

Dada la prevalencia de esta manera de catalogar a la gente, puede esperarse que podamos decir algo como, "Su ídolo raíz es ..." Pero la información de la idolatría no apoya generalmente tal entendimiento reduccionista del corazón humano.En el mejor de los casos podemos decir: "Su ídolo más característico es . . . usualmente . . . pero a veces . . ." Puede ser útil notar que una persona es atraída particularmente a los ídolos de la intimidad, otra a los del alejamiento, otra a los del poder, otra a los de la religión, y así. El estilo de pecado de una persona puede tender a reunirse habitualmente alrededor de ídolos predominantes.

Pero el pecado es creativo tanto como habitual. No debemos olvidar que el reduccionismo que la Biblia constantemente ofrece no es una tipología que distingue a las personas de otras sino un resumen comentado que subraya las cosas que tenemos en común: todos se han apartado de Dios, "cada uno por su camino" "haciendo lo que bien le parecía."

Bajo esta categorización maestra el templo tiene formas potenciales para los ídolos y dioses falsos. Los deseos proliferantes (plural) de la carne contienden con el Espíritu por nuestra fe y obediencia. Las tipologías son pseudo-explicaciones. Son descripciones no analíticas, aunque como herramientas conceptuales de varias psicologías y psicoterapias ellas fingen tener poderes explicativos. En el mejor de los casos, las tipologías describen "síndromes," patrones de fruto y de experiencia de vida que comúnmente ocurren juntos.Las tipologías actuales no son útiles para exponer los asuntos reales en las vidas de la gente real. En el mejor de los casos son descripciones redundantes buenas y conocimiento íntimo de un individuo en particular. En el peor de los casos, son portadoras de conceptos engañosos porque tapan el asunto de la idolatría.

¿Cómo explicamos el hecho de que todos nosotros no somos exactamente como Wally y sin embargo compartimos el mismo conjunto genérico de tendencias idolátricas? las numerosas formas de orgullo y temor al hombre; obsesión con placeres sensuales; preocupación por el dinero; tendencias hacia la autoconfianza sin importar nuestra opiniones, agendas, habilidades; la creación de falsas perspectivas acerca de Dios basadas en nuestra experiencia y deseos; deseos de ser justos extrínsecamente, dignos, y apreciados; y cosas semejantes. Jay Adams comenta sobre lo común en los estilos de pecar del individuo:

El pecado, entonces, en todas sus dimensiones, claramente es el problema con el cual el consejero cristiano debe luchar. Es la dimensión secundaria (las variaciones de los temas comunes) que hacen la consejería tan difícil. Aunque todos los hombres nacen pecadores y se involucran en las mismas practicas pecaminosas, cada uno desarrolla su propio estilo de pecar. Los estilos (combinaciones de pecados) son peculiares a cada individuo; pero por debajo de ellos están los temas comunes. Es el trabajo del consejero lograr descubrir estas cosas comunes que están por debajo de las individualidades.

´Vecindarios´ en la feria de la vanidad

¿Cómo se desarrollan los estilos individuales? Ciertamente, los vecindarios particulares de la Feria de la Vanidad pueden dar poder a ídolos diferentes. No nos sorprende que el padre demandante y nunca complacido de Wally pueda ser correlacionado con una forma particular de "temor al hombre" como un ídolo significativo en el corazón de Wally. Sin embargo, debido a la continua acción del corazón creador de ídolos en un ambiente lleno de ellos, un niño puede crecer con padres muy aceptantes, y el "temor al hombre" será similarmente fortalecido como un deseo de nunca ser rechazado o fracasar. Nuestros ídolos codician tanto lo que no tenemos como quieren aferrarse a lo que sí tenemos.

Muchas de las nociones de nuestras idolatrías son formadas socialmente por las oportunidades y valores que nos rodean. Por ejemplo, no es de sorprenderse que más gente llegue a ser homosexual (o adúlteros, o pornográficos, o lo que sea) en una cultura que pone a la disposición ciertas formas de pecado sexual, legítimo o normal. Por ejemplo, Wally creció en una familia moderadamente obsesionada con el logro académico y profesional. Su vecino de a lado pudo haber crecido en una familia obsesionada con el placer escapista, y pudo haber alimentado para vivir para ver televisión por cable todo el día. Los ídolos genéricos en cada corazón pueden producir diferente fruto en gente diferente. Por ejemplo, Baal no es una amenaza de producir formas "religiosas" de idolatría hoy en día, pero el Mormonismo sí lo es.

Muchas de las variaciones entre nosotros son simplemente fortalecidas por los "accidentes" de la vida: tragedias o bonanza, limitaciones o salud, riqueza o pobreza, New York, o Uganda, educación media superior o un posgrado, primogénito o el octavo hijo, hombre o mujer, nacido en el año 1500 A.C o en 1720, o en 1920 o 1960, y cosas semejantes. Mucha de la variación individual es debida a las diferencias hereditarias y temperamentales: tipos de inteligencia, coordinación y capacidad física, variación en los talentos y habilidades, diferencias metabólicas y hormonales, y así. En el análisis final, las elecciones idiosincrásicas entre las oportunidades y las opciones que uno se encuentra dan razón de ser al rango infinito de individualidades dentro de las cosas comunes que las categorías bíblicas disciernen en nosotros.

Las categorías de diagnóstico que describen las cosas comunes son categorías tales como "idolatría versus fe," la cual estamos usando aquí. Estas solamente pueden abarcar tanto la fluidez como la estabilidad relativa del mundo, la carne y diablo en el caso de Wally, y puede abarcar al Dios verdadero quien ha salvado a Wally. Se aplican a toda persona de una manera que es simple, pero nunca simplista, dando cuenta de todas las complejidades. La Biblia nos habla a todos a pesar de todas nuestras diferencias.

Otras perspectivas de diagnóstico
y el Evangelio: Interpretación con múltiples perspectivas

Como hemos indicado, la masa de conductas, actitudes, cogniciones, juicios de valor, emociones, influencias, et al. pueden ser entendidas hasta los detalles utilizando la noción bíblica de idolatría. El desorden en la vida de Wally es producido por el intercambio entre ídolos particulares de su corazón y los ídolos particulares de su ambiente social. Los pecados ocurren en confluencia de motivos desordenados y sistemas socio-culturales de todos tamaños. La intención de este ensayo ha sido explorar algunas de las conexiones densas entre la carne y mundo. Pero hay otras maneras de acercarse a estas cosas que son importantes de reconocer.

Notablemente ausente ha sido la atención a la conexión igualmente densa entre el Diablo y el mundo y la carne en la producción del vivir pecaminoso y disfuncional de Wally. "¿Quién me rige?" invita consciencia de los poderes espirituales. Los ídolos y los demonios van mano a mano en la adoración de dioses falsos. Sin nada de sorpresas, el señorío funcional de Satanás es igualmente evidente en las más sutiles idolatrías que esclavizan a Wally. ¿Significa esto que Wally está poseído por un demonio y que el tratamiento debe ser exorcismo? Decididamente no. Pero cuando somos problemáticamente temerosos o enojados, por mencionar dos frutos malos particulares, estamos siendo formados a la imagen de Satanás en vez que a la de Cristo. Las misma modalidades que pelean contra el mundo y la carne también pelean contra el Diablo. La fe inteligente en el evangelio de Jesucristo es ultimadamente la respuesta. Pero la consciencia de la lucha espiritual enfatiza el hecho de que la consejería cristiana en un ministerio de oración.La conciencia de la lucha espiritual también nos ayuda a sacudirnos de la mentalidad de la ciencias de la conducta que nos tienta a pensar en la gente psico-socialmente en lugar de pensar en ellos con respecto a Dios.

Las estratagemas del Señor de las tinieblas tienen la intención de establecer su señorío sobre la gente. Satanás metodológicamente desintegra las relaciones de Wally, le guía hacia el pecado craso, engaña su mente con percepciones distorsionadas y selectivas, le acusa hasta angustiarlo, le desanima, vuelve deseos normales en deseos desordenados y adictivos y en "necesidades", y cosas semejantes. Este articulo ha atendido principalmente al " mundo y a la carne. El "Diablo" completa la tríada monolítica de la perspectiva bíblica de la motivación del comportamiento problemático.

También noblemente ausente ha estado la atención a las influencias somáticas en Wally. Sus problemas son exacerbados por alergias, cansancio, un dieta con mucha "comida chatarra," frustración sexual y vida sedentaria. La atención cercana a los patrones de irritabilidad, tensión marital, deseo sexual, y depresión revelarían consistentemente un posible componente somático. El hecho de que al monitoriar la ingestión de cafeína y azúcar, y tener más descanso regular, contacto sexual, y ejercicio se moderan los síntomas de Wally también nos señala las influencias somáticas. Los factores somáticos, al menos, influyen la "calidad" de los problemas de Wally, aunque no crean la "calidad" de sus problemas. Una irritabilidad tensa puede volverse ira e insultos. Una tendencia a mirar mujeres puede llevarlo a comprar Penthouse. El cuerpo de Wally exacerba o modera la intensidad de sus pecados. No crea nuevos tipos de pecado.

El papel de la voluntad

También notablemente ausente ha estado la discusión del grado en el cual el comportamiento de Wally es voluntario, y por lo tanto, controlable inmediatamente. Como se enfatizó anteriormente, el dar atención bíblica a los motivos del corazón y del mundo no es razón para cortar la fuerza del punto de vista bíblico de la responsabilidad humana. Wally escoge. Wally ha tenido progresos en autodisciplina en varios momentos de su vida. El sabe que es correcto y qué, incorrecto. El es capaz de describir muchas veces con toda intención escogió hacer lo malo. El puede también contar de muchas veces cuando el escogió hacer lo bueno por su fe consciente en Cristo.

El reconocer la elección no niega el poder del mundo, la carne y el diablo. Mientras más crece Wally en autonocimiento y de su ambiente, más sabe y experimenta conscientemente que el siempre ha estado tomando decisiones. Uno de los propósitos de trabajar con el tema de los ídolos (o sus equivalentes culturales: los deseos, esperanzas, temores, expectativas, y metas idolátricas que se adueñan de las personas) es expandir el área en la cual Wally es consciente de las elecciones que ha estado haciendo implícitamente. La santificación expande el área de la elección consciente y del autocontrol bíblico.

También notablemente ausente ha estado una discusión de la providencia de Dios al traer experiencias transformadoras e intensas. La conversión de Wally le dio meses de libertad sobre pecados, gozo en Cristo, y un creciente amor por la gente. El ha tenido otros "tiempos de altura" como cristiano: tiempos de mayor visión, amor y libertad producidos por un buen sermón, un retiro, o por una inexplicable apertura de su corazón a Dios en un momento de su vida diaria.

Pero los cambios en la vida de Wally (ya sean el producto de victorias en la lucha espiritual, o alteraciones psicológicas, o compromiso volitivo o experiencias sublimes) parecen ocurrir al azar. Estos cuatro paradigmas a menudo proveen el material con el que Wally piensa acerca de los problemas y cambia su vida. Wally tiene poco sentido de confianza de que su vida se está moviendo en la dirección de un cambio consistente, inteligente, deseable y total. Su vida en general parece ser un caos infeliz, con momentos ocasionales y temporales de alivio de los síntomas. Una de las metas de este ensayo es describir varios elementos que pueden hacer el cambio más consistente, internalizado, autoconsciente y genuinamente transformador. En mi experiencia los Wallies, tanto de adentro como fuera de la Iglesia, tienden a ser muy ciegos a las cosas que los mueven. Es un fenómeno curioso pero no extraño que una persona que conoce la Biblia como Wally no tenga un entendimiento efectivo de los ídolos de su propio corazón y de las tentaciones de la Feria de la Vanidad particular que le rodea. Wally es toda acción, impulso y emoción. El conoce relativamente poco de lo que Dios ve que está pasando en su corazón y en su mundo. La pregunta, "¿Cuál es el plan de Dios para mi vida?" puede a menudo ser contestada con algo de confianza cuando empiezo a entender los temas que se dan en mi vida.

Mi análisis ha sido predominantemente "psico-social." Un análisis completo del problema de Wally sería un análisis "psico-social-espiritual-somático-volitivo-experimental."La respuesta de la Biblia es siempre aplicable poderosamente: volverse de los ídolos al Dios vivo, renovación de la mente y el corazón en la verdad, actividades que son capturadas por la frase "arrepentios y creed."

La pregunta del Señorío

Hay utilidad en considerar estas dos líneas de la motivación humana, sin olvidar que nos estamos enfocando sólo en las varias perspectivas dentro de un todo unificado. Las dos en las que me he concentrado en este artículo (el corazón y el ambiente social) sin lugar a dudas recibe el grueso de la atención bíblica. Pero la pregunta de la motivación humana es ultimadamente la pregunta del señorío, de la fe en los ídolos y falsos dioses en tensión con la fe vital en el Dios verdadero. Esto puede ser visto a través de numerosos lentes:

  • El señorío a través de los lentes de nuestros corazones: la voluntad del Espíritu llena de gracia versus los deseos idolátricos de mi carne.
  • El señorío a través de los lentes de las influencias sociales: formación social por el reino de Dios y el cuerpo de Cristo versus incorporamiento de modelos y valores de los reinos de nuestro mundo (los varios micro-reinos de los sistemas maritales y familiares; o los reinos más grandes de las relaciones con los coetáneos, el vecindario, la escuela, el trabajo, el grupo étnico, la clase socio-económica, la nacionalidad, etc.).
  • El señorío a través de los lentes de las influencias somáticas: vivir los dolores del cuerpo y la frustración con la esperanza de la resurrección versus servicio inmediato y preocupación con mis dolores, placeres, deprivaciones y deseos de mi estómago y cuerpo.
  • El señorío a través de los lentes de la elecciones de la voluntad: la fe consciente en las promesas de Dios y obediencia a su voluntad versus creyendo y escogiendo de acuerdo con mi voluntad, deseos, y opiniones espontáneas, "el camino que al hombre parece derecho."
  • El señorío a través de la providencia experimental: Aprender a regocijarse en las bendiciones de Dios y arrepentirse y confiar en Dios en medio de sufrimientos versus siendo presuntuoso, orgulloso, y autosatisfecho cuando las cosas van a nuestra manera, y deprimido, enojado y temeroso cuando la vida es dolorosa, frustrante o insegura. Aunque este artículo ha comentado particularmente en la relación entre los dos primeros lentes, mi intención ha sido expandir nuestra perspectiva de Wally, no restringirla. Dentro del marco de referencia bíblico podemos poner a la vista todo lo referente a Wally y su mundo. La noción de conducta como gobernada nos permite mantener juntas paradojas aparentes. Wally es totalmente responsable por lo que hace. La vida interna de Wally está llena de enroscaduras, distorciones y compulsiones ciegas. Wally está continuamente siendo condicionado desde afuera, tentado, y engañado. Wally es también un Cristiano. El Espíritu y la Palabra pueden operar poderosamente tanto para orientarlo desde adentro para liberarlo del control de lo que lo ataca.

La Idolatría y el Ministerio del Evangelio de Jesucristo

En este artículo mi atención ha sido puesta en el asunto del diagnóstico: ¿Cómo podemos entender bíblicamente a la gente? Pero el diagnóstico bíblico inmediatamente nos lleva al tratamiento bíblico. El entendimiento de la gente presentado aquí permite que el mensaje del Evangelio sea aplicado a los problemas de la gente atribulada.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta el consejero cristiano es cómo aplicar el Evangelio del amor de Dios incisivamente. Hay muchas maneras falladas, distorsionadas o inadecuadas de hacer esto. El Evangelio fácilmente es truncado y debilitado cuando los ídolos del corazón y la Feria de la Vanidad no es percibida o es mal percibida. Pero si comprendemos la interelación entre el comportamiento responsable, motivos internos engañosos, y las fuerzas externas poderosas, entonces las riquezas de Cristo vienen a ser inmediatamente relevantes para las personas. Lo que una vez fue mero "conocimiento" y "doctrina árida" viene a ser lleno de sabiduría, relevancia, atractivo, esperanza, deleite, y vida. La gente ve que el Evangelio es por mucho más que un boleto para el cielo y perdón por los pecados.

¿Cuántos Wallys (y Ellens) están atorados con una culpa vaga por patrones aparentemente inmovibles e indestructibles? Pero cuando Wally ve la verdadera necesidad de su corazón y su necesidad de liberación de los poderes esclavizantes, entonces, él ve cómo exactamente necesita a Cristo. Cristo poderosamente ayuda a gente que está consciente de su necesidad de ayuda. Nosotros los consejeros cristianos, tanto en nuestras vidas y en nuestra consejería, frecuentemente no tenemos el Evangelio de una manera correcta y aplicable. Consideraré dos tendencias amplias entre los cristianos que buscan ayudar a sus congéneres: psicologizando y moralizando.

Los consejeros cristianos con una tendencia psicologizar tienen un interés genuino en la motivación que guía los problemas de conducta. Los cristianos orientados a la psicología intentan tratar tanto con las fuerzas internas como las externas que impulsan y estructuran la conducta. Los asuntos del corazón son típicamente mal leídos, sin embargo. Las categorías de "necesidad" tienden a reemplazar las categorías bíblicas (idolatría, deseos de la carne, temor al hombre, etc) que relacionan el corazón inmediatamente con Dios. También, a los asuntos ambientales tales como la historia de abuso, los modelos pobres, y patrones familiares disfuncionales se tiende a darles un estatus más determinante que el que le da el punto de vista bíblico.

Estas perspectivas de la motivación interna y externa concuerdan muy bien como una explicación de los problemas de conducta y emocionales. "Te sientes terrible y actúas mal porque tus necesidades no son satisfechas porque tu familia no las satisfizo." La lógica del diagnóstico: "Yo te acepto, y Dios te acepta en verdad. Tus necesidades pueden ser satisfechas y tu puedes empezar a cambiar tus emociones y tus actos." La responsabilidad de conducta es enmudecida, y el proceso de cambio viene a ser más un asunto de satisfacción de necesidades que un arrepentimiento/metnoia consciente y una renovación de la mente en Cristo.

¿Qué es el Evangelio?

¿Qué le pasa al Evangelio cuando los temas de la idolatría no son entendidos? "Dios te ama" típicamente viene a ser una herramienta para satisfacer una necesidad de autoestima en gente que se siente un fracaso. El contenido particular del Evangelio de Jesucristo ("gracia para los pecadores y liberación para los agraviados") es menoscabado y aun torcido en una "aceptación incondicional de las víctimas de la falta de aceptación de otros." Donde "el Evangelio" es compartido, se escucha algo así: "Dios te acepta tal como eres. Dios tiene amor incondicional hacia ti." Sin embargo, ese no es el evangelio bíblico. Una teoría motivacional basada en las necesidades (en lugar de la una teoría de la idolatría) vuelve la solución del evangelio en "otro evangelio" el cual es esencialmente falso.

El Evangelio es mejor que el amor incondicional. El Evangelio dice, "Dios te acepta tal y como es Cristo. Dios tiene un amor contracondicional hacia ti". Cristo llevó la maldición que tu mereces. Cristo es totalmente acepto ante el padre y te da su propia bondad perfecta. Cristo reina en poder, haciéndote un hijo del Padre y llegando cerca de ti para cambiar en ti lo que es inaceptable delante de Dios. Dios nunca me acepta "tal y como soy." El me acepta "como soy en Jesucristo." El centro de gravedad es diferente. El verdadero Evangelio no permite que el amor de Dios sea succionado en la vorágine de los deseos del alma de aceptabilidad y dignidad. Al contrario, descentraliza a la persona radicalmente (lo que la Biblia llama "temor del Señor" y "fe") para que mire fuera de sí misma.

Los consejeros cristianos con una tendencia a psicologizar típicamente están muy preocupados en ministrar el amor de dios a las personas que ven a Dios como el último y más grande crítico a quien nunca pueden complacer. Pero al fallar al no conceptualizar los problemas de la gente en los términos que hemos explorado en este artículo, crean una tendencia hacia la enseñanza de un Evangelio Liberal. La cruz viene a ser simplemente la demostración de que Dios me ama. Pierde su fuerza como la propiciación vicaria del cordero perfecto en mi lugar, que invita a mi arrepentimiento por los pecados de mi corazón. "Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad."

Los consejeros cristianos con tendencias moralísticas enfrentan un tipo diferente de problemas. Donde hay una tendencia moralística en la consejería cristiana, el perdón de Cristo es aplicado típicamente sólo a los pecados de conducta. El contenido del Evangelio es usualmente más ortodoxo que el evangelio psicologizador, pero el margen de aplicación puede estar truncado.

El cristianismo moralístico usualmente no muestra mucho interés en las presiones y sufrimientos de nuestro ambiente social. Los consejeros temen que tal interés necesariamente alimentaría aquellas variedades de cambio de culpa y acusaciones que salen de nuestros corazones. La responsabilidad humana se vería menoscabada. Pero no ven que el entendimiento del mal que me ocurre a mí (la Feria de la Vanidad que está girando a mi alrededor) es una parte crucial de mi crecimiento y profundización de mi apreciación por Cristo. La atención a las fuerzas que me han presionado y dado forma (y que están dándome forma) me permite responder inteligente, responsable, y misericordiosamente. Como Salmo tras Salmo demuestran, nuestros sufrimientos son el contexto en los que experimentamos el amor de Dios, tanto para confortarnos como para cambiarnos. Somos confortados en nuestras aflicciones a medida que aprendemos las promesas y el poder de Dios. Somos cambiados en nuestras aflicciones a medida que aprendemos a refugiarnos en Dios en lugar de en los ídolos vanos.

Los moralizadores también tienen debilidad con respecto al aspecto interno de la motivación. Los motivos del corazón pueden ser atendidos en parte vía una consciencia del "yo" o "la carne." Pero la solución se construye típicamente en términos de todo o nada. La conversión, "Déjalo ser y déjaselo a Dios," y "Sumisión total" son intentos de tratar con los problemas de motivo a través de un acto único de una primera bendición o una segunda bendición. El Evangelio es para el principio de la vida cristiana o un acto dramático de consagración. Hay muy poco sentido del proceso paciente de renovación que alguien como Wally (y cada uno de nosotros) necesita. Jesús nos dice que carguemos todos los días nuestra cruz, muriendo a los dioses falsos que fabricamos, y aprendiendo a caminar en compañerismo con El quien está lleno de gracia para ayudarnos. La receptibilidad del amor de Dios ("El Señor es mi pastor, nada me faltara") es el requisito absolutamente necesario para cualquier tipo de obediencia activa a Dios.

Hemos visto dos de las maneras más comunes de truncar el Evangelio de Jesucristo. Ambas dan evidencia de un entendimiento inadecuado de la desviación de nuestros corazones y nuestra vulnerabilidad correspondiente a las influencias externas. La gente es productora de ídolos, compradora de ídolos y vendedora de ídolos. Andamos en medio de un pueblo lleno de productores, compradores y vendedores de ídolos. A veces compramos y vendemos, nos ponemos de acuerdo, nos hacemos íntimos, manipulamos, prestamos, imponemos, atacamos y huimos. Pero hay un Evangelio que es más grande. En las puertas de la Feria de la Vanidad, Cristiano conoció a un hombre que le instó a él y a su compañero:

Deja que el Reino esté siempre ante ti; y cree firmemente en las cosas que son invisibles. No permitas que nada de este lado del otro mundo entre en ti; y sobre todo, cuida tu propio corazón, y sus deseos, por son engañosos y malos. Pon tu cara como un pedernal; tienes todo el pode en el cielo y en la tierra a tu lado.

Cristiano pasó por la Feria de la Vanidad ensangrentado pero puro de corazón. En medio del combate duro con el mundo, la carne y el diablo, él recordaba a la Ciudad Celestial que era su destino, y al Señor Jesús quien le llamó para vida eterna.

El Evangelio bíblico nos libera tanto del pecado personal como de las tiranías situacionales. La noción bíblica de las idolatrías internas permite a la gente ver su necesidad de Cristo como un salvador misericordioso del pecado tanto del corazón como del comportamiento. La noción de las idolatrías socio-culturales, familiares y étnicas, permite a la gente ver a Cristo como un poderoso libertador de los amos falsos y los sistemas de valores falsos que tendemos a absorber automáticamente. La consejería cristiana es una consejería que pone de manifiesto nuestros motivos (nuestros corazones y nuestro mundo) de tal manera que Evangelio auténtico es la única respuesta posible.