Segunda Parte

Presuposiciones, la Gran Promesa y el Proceso

del establecimiento de iglesias

 

 

 

PRESUPOSICONES QUE DAN PERSPECTIVA A LA TAREA DE

ESTABLECER IGLESIAS

 

Jesús se acercó a ellos y les habló

diciendo, "Toda autoridad me ha sido dada

en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y

haced discípulos a todas las naciones, bautizán-

doles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíri-

tu Santo, y ensañándoles que guarden todas las cosas que

os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros

todos los días, hasta el fin del mundo."

(Mateo 28:18-20)

 

 

 

      Para comprender la tarea que Dios ha dado al evangelista que funda iglesias, es esencial entender que existen ciertas presuposiciones acerca del rol que Dios tiene en la tarea. Mientras contemple Ud. su papel como fundador de iglesias, ore y considere lo siguiente:

 

PRESUPUESTOS

      1. Dios tiene un plan activo y eficiente para redimir el mundo.

 

      2. Dios es el único que puede cambiar el corazón, la vida y las circunstancias.

 

      3. Dios está reuniendo para sí mismo un pueblo desde los cuatro rincones de la tierra.

 

      4. A Dios le complace llevar su plan a cabo utilizando a su pueblo redimido, pero él usará a otros si nosotros no le correspondemos y obedecemos.

 

      5. Dios usa su palabra y su Espíritu para subyugar a la gente bajo su dominio de amor.

 

      6. El pueblo de Dios, apartado para él del mundo, le adora, le sirve, aprenden de él, y tienen comunión juntos -- todo dentro de una iglesia local. (Ver Primera Parte, Nota Especial sobre la Estructura Eclesiástica).

 

      7. Dios es el Autor de todo lo bueno, lo verdadero, y lo bello.

 

 

¿COMO RESPONDEMOS AL PLAN DE DIOS?

 

      1. Debemos discernir su plan y buscar nuestro lugar dentro de él. Necesitamos lograr una visión de su plan y descubrir nuestro papel en él.

 

      2. Sólo podemos ser un vehículo de su poder cuando ejercemos nuestra fe y confiemos que él actúe con poder.

 

      3. Podemos regocijarnos en lo que él está haciendo ahora mismo, aunque no veamos de inmediato el fruto de nuestra labor.

 

      4. Necesitamos estar conscientes de la presencia de su Espíritu en nuestras vidas y corresponderle de tal manera que podamos participar en el privilegio de ser utilizados por él.

 

      5. Dios provee el poder y los recursos para hacer discípulos. Nosotros debemos saber comunicarnos con la gente no creyente para ponerlos en contacto con la Palabra y el Espíritu de Dios.

 

      6. Tenemos que ser una representación verdadera y viviente de su iglesia, mientras vayamos creciendo en su gracia y madurando, ocupándonos en su Gran Comisión y esforzándonos por hacer discípulos.

 

      7. Necesitamos explorar y usar todo nuestro conocimiento, nuestras habilidades, y entendimiento de su creación de tal manera que honremos a Dios y seamos útiles en su plan para el mundo entero.

 

MEDITEMOS:

 

      1. ¿Cómo afecta su propio concepto de su rol como fundador de iglesias el hecho de que Dios tiene un plan para el mundo?

 

      2. ¿Cómo piensa realizar la tarea de establecer iglesias en cooperación con la soberanía de Dios?

 

      3. ¿Qué peligros pueden surgir si se pierde el enfoque de cualquiera de los dos aspectos?

 

 

LA PROMESA --

LA VISION DE MISSION TO THE WORLD

PARA LA IGLESIA

 

Pero recibiréis poder cuando

el Espíritu Santo haya venido sobre

vosotros, y me seréis testigos en Jeru-

salén, en toda Judea, en Samaria

y hasta lo último de

la tierra.

(Hechos 1:8)

 

 

      Se ha dicho, "Una visión sin aventurarnos nos hace meros visionarios." A través de la historia de la iglesia, hombres y mujeres han impuesto su visión sobre la iglesia. Corremos el mismo riesgo hoy al hablar de nuestra visión para la iglesia.

      En pocas palabras, es la visión de Mission to the World (Misión al Mundo) ver a todas las congregaciones de toda tradición reevaluar la actividad y el énfasis de su ministerio para que renueven su deseo y esfuerzo por alcanzar al mundo con el evangelio de Jesucristo, y para que establezcan iglesias en los crecientes centros de población del mundo.

      Este manual le puede ayudar a realizar esta visión de la siguiente manera:

 

      1. Le demostramos las prioridades bíblicas que Dios estableció respecto del llamado de Dios a la misión. La declaración de Jesucristo en Mateo 28:16-20, que viene a ser un desafío muy directo a sus discípulos, ha de tener la prioridad en la iglesia.

 

      2. El ciclo evangelístico en seis fases con miras a establecer una iglesia que le demostramos en este libro le puede ayudar a desarrollar un esquema para comenzar una estrategia eficaz para establecer una iglesia. Aunque Dios no es limitado a un ciclo de seis fases, este ciclo le puede ayudar a hacer planes para las varias facetas del ministerio. Así evita un comienzo al azar que le puede frustrar y doler después, por las falsas expectativas.

 

 

La Gran Comisión sigue siendo la clave

para el proceso del establecimiento de iglesias

 

 

      Los cristianos generalmente se refieren al mandato que Jesús dio a sus discípulos en Mateo 28 como la "Gran Comisión." Mateo 16 dice que "los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había mandado." El Cristo resucitado les había preparado para el día de su partida de este mundo. Había predeterminado este encuentro significativo. Al ver al Cristo resucitado algunos dudaban (versículo 17). Jesús podría haberles enseñado que eran débiles. Podría haberles dado instrucciones y advertencias y hasta podría haberles revelado algunos misterios de los cuales nunca antes hubiesen escuchado. Mas prefirió dejarles con el reto de obedecer su misión -- la misión que Dios elPadre había dado a Dios el Hijo cuando le envió al mundo.

 

La Gran Comisión fue la idea de Jesús

 

 

      Puesto que la Gran Comisión ha sido objeto de mucha discusión y controversia, es posible tratarla como si alguna asociación humana de misiones o algún comité de evangelismo se hubiese inventado la idea y la hubiese inpuesto sobre la iglesia. Si tomamos en serio la participación única que Jesús tuvo en el plan redentivo de Dios, tenemos que tomar en serio la tarea que Jesús dio a sus discípulos. Ellos tenían la responsabilidad para cumplir su divina misión. Jesús simplemente entregó a sus discípulos la misma comisión que él había recibido de Dios su Padre. Jesús dio la Gran Comisión no meramente a los discípulos, mas a través de ellos a todos los que forman parte de la Iglesia de Jesucristo (compárese Juan 17:20; Mateo 16:16-19).

 

 

La Gran Comisión es un resumen de lo que hizo Jesús mismo

 

 

      Jesús no sorprendió a sus discípulos con una novedad al darles la Gran Comisión. Desde el día en que él los llamó y que ellos comenzaron a seguirle, ellos no dudaban que él era una persona muy especial y que estaba actuando constantemente de acuerdo al llamamiento que había recibido. De hecho, él les recordaba muchas veces que todo lo que decía y hacía, lo hacía en obediencia a lo que Dios el Padre le había enviado a hacer (Juan 5:30,36; 12:49-50). La Gran Comisión era el pulso mismo de la vida y el ministerio de Jesús. En Mateo 28:16-20, Jesús simplemente formaliza lo que era su propia misión y da una directiva en un momento histórico crucial para la redención de Dios.

      Si alguna iglesia declara que es fiel a Jesucristo y que se atiene a sus enseñanzas, y sin embargo no se dedica a un programa misionero para alcanzar a los perdidos, dicha iglesia se ha apartado de Jesús. Está desobedeciendo el mandamiento de Dios. La Gran Comisión es la suma de la misma estrategia y del mismo llamamiento que tenía Jesucristo. La iglesia, el cuerpo de Cristo, tiene este mismo llamado. La iglesia debe obedecer todo lo que Jesús mismo proclamaba, y tenemos que planificara nuestro ministerio en base al modelo de nuestro Señor y Salvador.

 

 

Fue la Gran Comisión lo que dio origen a la iglesia

 

 

      La misión de Jesucristo, que le convirtió en el enfoque del plan de Dios, trasladó a la gente de las tinieblas a la luz, y creó al cuerpo de Cristo, que es la iglesia. A su vez, la iglesia es llamada a discernir el plan que Dios ha designado para reunir a su pueblo a sí mismo, y también es llamada a continuar ese proceso misionero. Jesús nos provee con todo lo que necesitamos para continuar esa labor misionera, pues nos ha prometido que estará presente en su iglesia. Sembramos el evangelio indescriminadamente, y Dios hace que germine en los corazones preparados por el Espíritu. Como evangelistas con miras a establecer una iglesia, nos toca regar esa nueva vida, nutrirla, y finalmente cosecharla y traerla dentro del Reino. Ese es el proceso que ha de continuar hoy. La Gran Comisión es una directiva imprescindible, lo que asegura que la misión  continúe, a pesar de las tentaciones a sustituirla por otras prioridades.

      Dios no llama a la iglesia a hacer nada que Jesús mismo no hizo. La Gran Comisión nos provee la dirección y el motivo que ha de regir en el corazón y la mente de la iglesia. La misión de Dios era un fuego consumidor en el alma del Salvador que se dedicaba a buscar las almas perdidas. No puede la iglesia hacer menos que su Señor, si ha de serle verdadera y fiel.

 

 

En la Gran Comisión, Jesús declaró el principio

que controlaba su labor en la tierra

 

 

      Un estudio cuidadoso del significado esencial de la Gran Comisión indica que hay sólo una actividad principal, que es, "hacer discípulos de todas las naciones." Otra vez, nuestro modelo es Jesucristo. El estudio de los evangelios revela que su meta principal era hacer discípulos. Un discípulo es una persona llamada y escogida por el Maestro a ser guiado y cuidado por él y a compartir la vida del Maestro. El discípulo entra dentro de la esfera de influencia del Maestro, y se dedica totalmente a él.

      Este concepto de lo que es un discípulo implica tres aspectos. El primero es el llamado y la invitación. Es proclamar el evangelio y traer las buenas nuevas. Es la dimensión evangelística de la Gran Comisión.

      El segundo aspecto ocurre cuando el oyente escucha la invitación básica, la entiende y la obedece. El discípulo es incorporado en el círculo de los que tienen una relación personal con Jesús. Seguimos la instrucción de Jesús para incorporar al discípulo bautizándolo "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo." El discípulo se convierte en miembro de la iglesia de Dios y comparte con la familia de Dios. Tiene parte con los "llamados aparte" (el significado de la palabra griega ecclesia). Por lo tanto denominamos a ésta la dimensión eclesiástica de la Gran Comisión.

      El tercer aspecto es el aspecto educativo. Jesús menciona este aspecto de la tarea de hacer discípulos cuando  dice, "... enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado" (Mateo 28:20).

      Estos tres principios nos proveen lo necesario para evaluar y apreciar la vida de cualquier congregación local. El dibujo en la siguiente página ilustra los tres principios -- el evangelístico, el eclesiástico y el educativo -- de la Gran Comisión. Hay que mantener el equilibrio de los tres principios porque cada uno tiene su importancia para la tarea de hacer discípulos. El establecimiento de iglesias encuentra aquí su punto de arranque.

      El proceso de hacer discípulos es comprensivo y completo cuando los tres aspectos se complementan. Ateniéndonos a la explicación de Jesús de que el poder del Espíritu y la comunicación del evangelio van estrechamente relacionados (Hechos 1:8), podemos concluir que los discípulos estaban muy adelantados en la ejecución de la Gran Comisión, tanto en maneras espontáneas como en las mejor organizadas según los tres principios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PRINCIPIOS DEL CICLO PARA HACER DISCIPULOS

            1. EVANGELISMO -- Hechos 2:22-25; 38-39

            2. IGLESIA     -- Hechos 2:41

            3. EDUCACION   -- Hechos 2:42

 

EVALUACION

 

      Hagamos una breve pausa y evaluemos nuestro ministerio a la luz de los principios que Jesucristo nos dio.

      Al analizar las prioridades de su propio ministerio, tenga en cuenta las siguientes preguntas:

 

      1. ¿Cuál es el resultado de la carencia o flaqueza de la dimensión evangelística en su ministerio?

 

      2. ¿Qué sucede con el proceso del discipulado cuando las funciones de la iglesia o son débiles o no existen?

 

      3. ¿Qué sucede con el equilibrio del ministerio cuando la dimensión educativa se descuida o no existe?

 

      Identifique las areas que Ud. necesita encarar si va a restaurar el equilibrio de las prioridades bíblicas a su ministerio.

 

      Ud. puede evaluar su ministerio bíblicamente si reflexiona sobre los tres aspectos del discipulado que ya le presentamos. Las siguientes pregunas le pueden servir en su análisis:

 

      1. ¿Cómo podremos restaurar el equilibrio bíblico?

 

      2. ¿Qué tendremos que corregir?

 

      3. ¿Cómo podremos introducir los cambios necesarios?

 

      4. ¿Quién en nuestra iglesia será más abierto a los cambios necesarios? ¿Quién resistirá los cambios?

 

      5. Para restaurar el equilibrio, ¿ayudará algún tipo específico de conversación, evaluación o entrenamiento?

 

      6. ¿Por dónde será mejor comenzar -- con el liderazgo o con los miembros de la iglesia?

 

 

ANTES DE DAR LA GRAN COMISION

JESUS DECLARO SU AUTORIDAD

PARA OTORGAR PODER A TODOS SUS DISCIPULOS

 

 

      Cuan grande es el poder para obedecer y dedicarnos a la actividad misionera en estas palabras del Señor resucitado:

"Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto id y haced discípulos..."  Si no entendemos lo que implican estas palabras, la Gran Comisión acaba pareciéndonos una declaración más que no impacta la iglesia.

      Durante su ministerio aquí en la tierra Jesús confrontó al Sumo Sacerdote de Israel con estas palabras: "De aquí en adelante veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo en las nubes del cielo." (Mateo 26:64). La muerte y la resurrección de Jesús ya son cosas del pasado, su humillación se ha tornado en exaltación, poder y gloria. "Por lo cual también Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre que Jesucristo es Señor" (Filipenses 2:9-11).

      No hay ninguna área geográfica, ningún pueblo ni ninguna cultura que quede fuera del dominio del poder y la autoridad de Jesucristo. El gran mandato misionero se relaciona estrechamente con la declaración de el Señor resucitado ha sido coronado. Cualquiera que sea la manera en la que declaremos el mandato misionero, lo importante es el hecho de que el Señor resucitado ejerce ahora su poder único para realizar su misión.

      La iglesia de Jesucristo, mientras se regocije en el poder y la autoridad de Cristo, debe cuidarse de no separar el poder de la tarea que Jesús tan claramente enunció. Es precisamente cuando la iglesia está llevando a cabo su misión que realmente experimenta y reconoce la realidad de su autoridad.

 

 

JESUS CONCLUYE SU GRAN COMISION

 PROMETIENDONOS Y ASEGURANDONOS

QUE SU PRESENCIA NO NOS PUEDE FALTAR

 

 

      Es significativo que Jesús concluya su comisión para nosotros asegurándonos de su misma presencia. Jesús estaba perfectamente consciente de lo que implica la obediencia a la Gran Comisión. Conocía los temores y las debilidades de sus discípulos, y conocía la oposición y la burla que ellos enfrentarían. Sabía que era real el enfrentamiento entre las potencias de las tinieblas y las de la luz. ¿Como sería posible que entregara la tarea de recoger a las ovejas perdidas a meros hombres sin otorgarles continuamente su presencia?

      Jesús podía encomendar su misión a hombres redimidos porque él tiene toda autoridad y él mismo iba a estar presente de una manera especial para sostener a sus co-obreros.

      La iglesia que continúa en el frente llevando a cabo la misión de Dios ya sabe cuán necesario es siempre estar dependiendo de su promesa. En medio de conflictos, ni la iglesia ni el evangelista se retiran, sino que siempre siguen adelante a pesar de cualquier oposición, porque tienen la seguridad de que Jesús mismo está con ellos hasta el fin.

      Aunque aquí hemos tratado el pasaje en Mateo 28:18-20, este mismo tema es tratado en otros pasajes. Es interesante comparar los otros pasajes y ver como se complementan.

 

DECLARACIONES COMPLEMENTARIAS DE LA GRAN COMISION

 

pasaje     autoridad      capacitación      esfera        mensaje      actividad

_______________________________________________________________________________________

 

Mateo      autoridad      Cristo está con   las naciones  todo lo que  hacer discípulos

28:18-     dada a Cristo  nosotros hasta                  Cristo nos   yendo, bautizando

20                        el fin del mundo                ha mandado   y enseñando

_______________________________________________________________________________________

 

Marcos                                      todo el       el evangelio    ir y

16:15                                       mundo                       predicar

 

______________________________________________________________________________________

 

Lucas      en su nombre   promesa del       todas las     el arrepenti- predicar y

24:46-49                  Padre ...         naciones      miento y el   testificar

                          poder             comenzando    perdón de

                                            con Jerusalén pecados       

______________________________________________________________________________________

 

Juan       Enviados por    

20:21      Cristo como él

           fue enviado

______________________________________________________________________________________

 

Hechos                    poder del         Jerusalén,      Cristo      testificar

1:8                       Espíritu          toda Judea,

                          Santo             Samaria y hasta

                                            lo último de

                                            la tierra

_______________________________________________________________________________________

 

*tomado de David J. Hesselgrave, Communicating Christ Cross-culturally (Grand Rapids: Zondervan, 1978), página 54.

 

 

 

EL PROCESO

 

 

"Así que, ni el que planta es algo,

ni el que riega; sino Dios, quien

da el crecimiento." (1 Corintios 3:7)

 

 

 

      Una abundancia de material sobre el crecimiento de la iglesia está a la disposición de la iglesia de hoy. Nos bombardean libros, artículos, capacitaciones, herramientas, manuales y películas. Si Ud. pudiera revisarlo todo, encontraría material útil. El problema es, ¿por dónde comenzar? ¿Cómo se puede hacer que toda la material encaje?

      El ciclo para establecer iglesias en seis fases le puede ayudar a tener una clara idea del propósito y del ministerio de una iglesia que fija su mirada sobre los campos "blancos para la siega." Además este manual le provee instrucciones específicas para vencer el estancamiento y para ponerse en movimiento hacia una meta específica. El ciclo en seis fases es consistente con los principios bíblicos y abarca todo el proceso de la comunicación del evangelio y el desarrollo espiritual.

 

 

Sembrar con lágrimas y cosechar con gozo

 

 

      Consideremos dos pasajes bien conocidos: Mateo 13 y 1 Corintios 3.

      La parábolas de Mateo 13 (la del sembrador, otras veces denominada la parábola de "los cuatro tipos de suelo", la de la mala hierba, la de la semilla de mostaza y la de la levadura), todas comparten el motivo de la agricultura. Relatan la cultivación y la selección del suelo, lo cual sugiere el tema de la selectividad y la receptividad. Nos dicen algo acerca del agricultor que sale a sembrar. Nos viene a la mente el Salmo 126:5 al reflexionar sobre las dificultades que se presentan al sembrador. "Los que siembran con lágrimas, con regocijo segarán." Nos consuela el hecho de que las lágrimas se convertirán en regocijo cuando se recoja la cosecha. Sabemos que los problemas que se nos presentan se relacionan con la maldición pronunciada sobre el primer Adán en el huerto (Génesis 3:17-19). Sin embargo, tengamos en cuenta el rol del segundo Adán, Jesucristo, en la nueva edad evangelística, cuando se siembra anchamente y se cosecha en gran escala, porque el Espíritu hace fértil el suelo infértil.

      El rol de la iglesia y del evangelista es sembrar "la palabra del Reino," tomando en cuenta los propósitos de Dios para redimir el mundo. Si Ud. no concibe todos los aspectos de su trabajo a la luz del plan de Dios que se está implementando en la historia, tales actividades como ganar a la gente para Cristo, evangelizar, hacer la justicia y predicar la gracia, vienen a ser simples estrategias ingeniosas y planes novedosos.

 

 

Sepa que habrá oposición. Anticipe la victoria.

 

 

      Mateo 13 habla del "enemigo" que viene como un pájaro a arrebatar la semilla, que siembra mala hierba, que ciega los ojos, cierra los oídos y crea corazones endurecidos. Muchas veces las iglesias y los evangelistas se ven atemorizados e imobilizados por la oposición de Satanás a sus esfuerzos por sembrar y cosechar. Es necesario tener un entendimiento bien fundado acerca de la naturaleza de esa oposición, para no quedar desanimado y así dejar de perseverar hasta el fin. Jesús nos advierte con mucho cuidado acerca  de la naturaleza de la oposición de Satanás. También nos da el resultado final y nos declara la victoria que será nuestra al final de los siglos: "El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen maldad" (Mateo 13:41).

 

 

La prerrogativa de Dios. El privilegio del hombre.

 

 

 

      Pablo nos da un principio importante en 1 Corintios 3:7: "Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, quien da el crecimiento." A pesar de nuestras actividades sinceras para comunicar el evangelio, siempre tenemos que entender el papel soberano de Dios. Solamente él da nueva vida, causa la germinación, proteje el crecimiento y hace que llegue a la fruición. Este pasaje no disminuye en absoluto nuestros esfuerzos humanos. Sólo nos enseña cuál es nuestra parte y cuáles son nuestras limitaciones. Además nos enseña a ser humildes al comunicar el evangelio y a no asumirnos el crédito para lo que es la prerrogativa de Dios. Los versículos 8-9 son significativos porque nos enseñan que tenemos un papel específico. Hemos de ser responsables en ese rol, pues en base a él seremos juzgados. "El que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su recompensa conforme a su propia labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois huerto de Dios, edificio de Dios." Pablo dice que "sois huerto de Dios" y además nos llama "plantadores" y "regadores" que estamos laborando en el huerto de su mundo. Dios no solamente trabaja a través de nosotros, sino que sigue trajajando en nosotros, también su huerto.

      Como la metáfora de la agricultura es tan común en las Escrituras, podemos entender en seguida el proceso para "plantar" una iglesia empleando el ciclo en seis fases.

 

 

Sobre cómo el modelo nos ayuda a entender el proceso para plantar una iglesia

 

 

      1. Nos ayuda a entender en qué parte estamos en el proceso total. Divide el complejo proceso en partes manejables que nos ayudan a controlarlo. Nos ayuda a saber por dónde empezar, lo que podemos anticipar y hacia dónde nos dirigimos.

 

      2. Ayuda a cada persona que participa a utilizar sus dones espirituales y sus capacidades de una manera más enfocada, para que los esfuerzos de cada uno se complementen mientras todos hagan su contribución al proceso de hacer discípulos. (Un taller para ayudar a cada uno a descubrir sus dones espirituales es una gran ayuda como fase preparatoria a la tarea).

 

      3. Tiene justificación bíblica.

 

      4. Nos motiva a tener un ministerio que busca el desarrollo y el progreso, lo cual impulsa movimiento hacia la madurez cristiana. Le ayudará como plantador de iglesias a no estar involucrado únicamente en sembrar la palabra, mas a sembrar de una manera que conduce a que la gente reflexione sobre la cosecha, y el hecho que se puede cosechar tanto para Jesucristo como para el juicio eterno.

     

      5. Promueve la consistencia en el ministerio. La Gran Comisión no se suspende temporalmente cuando una iglesia se establezca, para que "nos concentremos en nuestros miembros para poder crecer espiritualmente." Muchas iglesias nunca salen de tal fase de ensimismamiento. La sexta fase nos ayuda a mantener la intención de Jesús de alcanzar a todos, en todo momento, en todos lugares y en todos niveles. La más grande amenaza a la realización de la Gran Comisión es que una iglesia interne su ministerio. Esto puede suceder cuando una iglesia ejerce su ministerio en base a una concepción que no es reproducible. La solución para ayudar a una iglesia a cambiar de una estrategia de mantenimiento a una estrategia de misión no es la de imponerle una sofisticada estrategia de crecimiento eclesiástico, sino más bien la de aplicar un correctivo a su concepto de misión. El ciclo en seis fases actúa como una declaración visual de propósito. Eso puede ayudar a una iglesia a moverse del ministerio interno al ministerio externo.

 

      6. En el proceso de plantar iglesias se necesita todo tipo de recursos y capacidades. El ciclo en seis fases ayudará a seleccionar y utilizar el material que mejor encaje en la fase actual de desarrollo en la que se encuentra la iglesia. Nos enfoca en la persona que deseamos alcanzar y en el material que mejor se dirige a sus necesidades. Muchos materiales se usan sin tomar en cuenta las necesidades expresadas por la persona que deseamos alcanzar. La escala de Engel, aplicada al ciclo en seis fases, sirve para la selección de los materiales.

 

      7. El ciclo que proponemos sirve en la meta de hacer discípulos porque trabaja con las dimensiones evangelística, educativa y eclesiástica de la Gran Comisión. El ciclo harmoniza bien las tres labores "ir" "sembrar" y "crecer" a las cuales somos llamados. Todos pueden visualizar el proceso para luego participar en él.

 

 

Para reflexionar

 

 

      1. ¿Cómo puede Ud. desarrollar un entendimiento bien fundado sobre la naturaleza de la oposición -- particularmente en una cultura ajena?

 

      2. ¿Cuáles limitaciones prevé Ud. para su ministerio como plantador de iglesias?

 

      3. ¿Cómo encajan sus limitaciones en el contexto de la soberanía de Dios?