APENDICE 6

 

LAS OBLIGACIONES Y LAS EXPECTATIVAS MUTUAS

ENTRE

MISSION TO THE WORLD

Y SUS EQUIPOS DE PLANTADORES DE IGLESIAS

 

 

Lo que requiero de mis directores

 

      Mi director respetará mi dignidad y mi contribución al equipo.

      Mi director apreciará el hecho de que, por más limitado que sea mi experiencia o entrenamiento, tengo ideas que funcionan, aun cuando él no piense así.

      Mi director me animará a intentar estrategias aun con el riesgo de errar, siempre dentro de los límites mutuamente establecidos, con la condición de que yo aprenda de mi error, que mejore, y que no perjudique o cause peligro a los ministerios de los demás miembros del equipo.

      Mi director no querrá que yo le siga ciegamente la visión que él tiene para mí, mas comprenderá que yo necesito participar en la formación de esa visión, y que, donde sea necesaria mi participación, esté de acuerdo con el objetivo principal.

      Mi director tomará en cuenta la diversidad de dones y personalidades, y no requerirá que yo realice el ministerio de la misma manera que él. Me motivará a encontrar mi estilo personal y a utilizar al máximo mis dones particulares.

      Mi director deseará que yo obre con éxito. Si, después de sugerirme una forma que él cree mejor, yo escojo otra, me animará a seguir.

      Mientras yo no perjudique el ministerio de mis colegas del equipo, me apoyará activamente, con la esperanza de que mi ministerio sea eficaz. Ni resentirá mis éxitos ni me dirá, "Te lo había advertido," si fracaso. Seré responsable ante él por mis procedimientos, y si fracaso, requerirá que le relate lo que he aprendido para mejorar mi ministerio en el futuro.

      Mi director hablará positivamente de mí ante otros. Tratará nuestras dificultades directamente conmigo. Me defenderá y apoyará ante sus superiores, en cuanto lo pueda hacer bíblicamente.

      Mi director deseará mi desarrollo personal y hará todo lo posible por ayudarme a crecer y a ejercer mis dones con la máxima eficacia dentro del cuerpo de Cristo.

      Seré responsable ante mi director por mi relación con los demás miembros del equipo y por mi actitud frente a ellos. También seré responsable ante él por mi ministerio. Repasará conmigo frecuentemente mi progreso, y cualquier problema real o percibido, y requerirá que yo le diga claramente cualquier problema que yo tenga con él.

      Mi director dejará el tiempo suficiente para reflexionar sobre cualquier decisión que ha de hacerse.

 

Lo que debo a mis líderes y colegas

 

      Respetaré a mi director y hablaré bien de él ante los demás de acuerdo con las Escrituras. Seré leal a él y le traeré cualquier problema personal que tengo con él y lo trataré con él directamente.

      En los informes que hago a personas fuera del equipo seré lo más positivo posible sin mentir. No mencionaré problemas con otros miembros del equipo y con la eficacia de mi director, sin primero tratarlo con él y sin intentar sinceramente resolverlo antes.

      Hablaré de los éxitos de mi director en cuanto él sirva a nuestro Maestro. No retendré mis mejores esfuerzos a él ni al equipo.

      Si el equipo o el director emprende una acción contra la cual he hablado, haré lo mejor, dentro de los límites de las Escrituras, a ayudarles a que tengan éxito. Si fracasan, no les diré, "Se lo advertí," sino que trabajaré por el bien repasando las lecciones aprendidas con el equipo.

      No permitiré que los demás socaven la personalidad de mi director en mi presencia. Le apoyaré como yo deseo su apoyo.

      Llevaré a cabo lo que mi director me requiere en mi contribución al equipo y lo haré pronto. Mi labor será lo más precisa, bien realizada y apropiada que Dios me lo permita.

      No esperaré que el estilo de mi director ni el de mis colegas refleje el mío, como tampoco quiero que ellos me impongan el suyo.

      Dejaré que mi director y el equipo dispongan del tiempo suficiente para hacer cualquier decisión, y espero lo mismo a ellos.

      Haré todo lo que está dentro de mi poder para contribuir al clima de confianza mutua y a fomentarlo, con respeto, confianza y expectativas positivas dentro del equipo.