DESCRIBIENDO LAS
INTENSIONES
DE UN ESCRITOR
Mi grupo de la clase de literatura fue una
tarde a ve "Lo que el viento se llevó". Cuando comentamos la
película al día siguiente, la maestra preguntó "¿De
qué creen que trató la
película?
Por un momento yo
pensé que la pregunta estaba de más: "Obviamente la
película fue acerca de la Guerra Civil." Varios de mi clase se sintieron
de la misma manera. "¡La Guerra Civil fue horrible", "La esclavitud fue una
injusticia" "¡Escarlata obtuvo lo que merecía!" comentaban
varios.
Pero otros estudiantes vieron
mucho más de lo que nosotros vimos. Ellos pensaban que la película
se relacionaba con la vida moderna. "La película muestra que toda guerra
es maligna", argumentó un joven. Otro comentó: "El amor a uno
mismo no es para nada amor".
En tanto
ofrecíamos nuestras sugerencias, la maestra las iba anotando en el
pizarrón en dos columnas: "El mundo" y "Nuestro
mundo".
Cuando se acabaron los
comentarios, ella preguntó: "¿De qué mundo estaba hablando
realmente la película? ¿El mundo de la Guerra Civil o nuestro mundo
contemporáneo?" Después de un momento de silencio, ella
contestó: "Yo creo que nos habla de los
dos".
Los escritores del Antiguo
Testamento también se enfocaron en dos mundos: el mundo del pasado y en
su propio mundo. Ellos hicieron observaciones históricas, afirmando que
ciertos eventos se llevaron a cabo en maneras particulares. Pero también
escribieron para enseñar a sus audiencias aplicaciones
contemporáneas.
Este
propósito doble nos lleva a considerar una tercera dimensión de
las intenciones del escritor. ¿Cómo conectaron los autores del
Antiguo Testamento sus observaciones históricas con las implicaciones
contemporáneas? ¿Cómo ayudaron a la audiencia a cambiar del
pasado al presente?
De una u otra manera,
las historias del Antiguo Testamento anticiparon las circunstancias de sus
audiencias al mostrar cómo los eventos del pasado se relacionaban con
asuntos actuales. Estas conexiones tomaron muchas formas, pero los escritores
del Antiguo Testamento siempre anticiparon el presente en tanto componían
historias acerca del pasado.
A la luz de
esto, hablaremos de tres dimensiones de las intenciones de los escritores del
Antiguo Testamento: observaciones, anticipaciones e implicaciones
(ver figura 46). ¿Qué observaciones del pasado querían los
escritores del Antiguo Testamento que captaran sus lectores? ¿Cómo
describían los eventos ocurridos hacía mucho tiempo de tal manera
que anticiparan las preocupaciones contemporáneas de la audiencia?
¿Qué ramificaciones tenían sus historias para el tiempo de
los lectores?
OBSERVACIONES
En una ocasión escuché de una
maestra de cuarto grado que le encantaba contar historias acerca de la
Revolución Americana. Se sentaba en una gran mecedora del cuarto y le
contaba a sus estudiantes acerca de Washington, Jefferson, y de sus patriota
favorito, Patrick Henry. Ella siempre tomaba el mismo acercamiento. Se recostaba
en su sillón, miraba hacia el horizonte y daba un informe detallado de
algo especial que habían hecho estos hombres. Al final de su historia, se
echaba hacia delante, miraba derecho a los ojos de los niños, y
decía: "¡Niños y niñas, si hacen lo mismo, ustedes
pueden ser héroes también! Esa maestra de cuarto año
obviamente estaba preocupada por sus alumnos; ella quería que fueran
héroes. Pero ella nunca mencionaba eventos contemporáneos en sus
historias. Nunca trató asuntos que confrontaran directamente a aquellos
niños y niñas. En vez de esto, pasó todo su tiempo hablando
del pasado. Sus alumnos tenían que escuchar cuidadosamente sus historias
y sacar las implicaciones para sus
vidas.
Los escritores del Antiguo
Testamento también enseñaron a sus lectores cómo vivir al
darles observaciones del pasado. Si vamos a entender las implicaciones
originales de las historias del Antiguo Testamento, primero debemos ver
cuidadosamente a sus presentaciones de la historia. Vamos a explorar tres
dimensiones de observaciones históricas: hechos, moral y
emocional. ¿Qué hechos históricos querían los
escritores del Antiguo Testamento que supieran sus audiencias? ¿Qué
asuntos morales del pasado trajeron a primer plano? ¿Qué aspectos
emocionales de este mundo querían que consideraran sus lectores
originales? (ver figura
47).
Observaciones de
Hechos
Un noticiero de
televisión recientemente informó que el 20% de (1985) los
jóvenes de preparatoria no se había percatado de que los Estados
Unidos peleó una guerra en Vietnam. Cuando escuché esta noticia,
le comenté a un amigo: "Nunca recordaremos las lecciones de esta guerra
si no recordamos que hubo una guerra". El conocimiento de los hechos es el punto
de partida para sacar cualquier implicación del pasado para nuestras
vidas hoy en día. Si no sabemos qué pasó, no podemos
aplicar lo que sucedió a nuestras preocupaciones
presentes.
Los escritores del Antiguo
Testamento entendieron este principio. Es por esto que reportaron muchos hechos
históricos a sus audiencias. Podemos poner categorías a estos
hechos en términos de circunstancias, gente y
Dios.
Circunstancias. Los
escritores del Antiguo Testamento le contaron a sus lectores acerca de
circunstancias históricas. ¿Cuál fue la situación?
¿Qué sucedió? Ellos reportaban tales cosas como fechas (1
Reyes 15:1), costumbres (Rut 4:7-8), hambres (Génesis 41:53-57),
victorias (Josué 6:1-27) y derrotas (Josué
7:1-5).
El Antiguo Testamento es un libro
de redención, pero esta redención no ocurrió simplemente en
los corazones de la gente. No tomó forma principalmente en las
tradiciones teológicas de la comunidad creyente. Por el contrario, la
redención ocurrió en el contexto de los eventos históricos
reales. La esperanza de Israel descansaba en el hecho de que Dios había
actuado en tiempo y espacio.
Por esta
razón las condiciones históricas generales formaron una faceta
vital de las observaciones del
escritor.
Las descripciones de las
circunstancias contribuyeron con frecuencia de una manera muy importante al
significado de la historia. Como vimos en un capítulo anteriormente,
varias circunstancias históricas son centrales a la historia del
éxodo de Abram de Egipto (Génesis 12: 10-20). Por ejemplo, la
primera escena menciona un hambre en la tierra. Superficialmente, este
pequeña información sirve meramente para dar un antecedente a las
escenas que siguen, pero de hecho forma una faceta crucial de las intenciones de
Moisés. El hambre que dirigió a Abram a Egipto simbolizaban el
hambre que llevó a todos los hijos de Jacob a Egipto. De manera similar,
la historia reporta que Abram salió "con todo lo que tenía"
(Génesis 12:20). Este dato también parece ser insignificante hasta
que recordamos que Israel salió de Egipto únicamente hasta que
habían despojado a los egipcios (Éxodo
12:36).
A veces los escritores enfatizaron
numerosos detalles; otras veces, mencionaban únicamente algunas
generalidades. Cualquiera que fuese el caso, debemos de tener en cuenta las
descripciones del autor acerca de las circunstancias históricas.
¿Qué situaciones incluyó el escritor? ¿Qué
elementos dejó fuera? ¿Cómo describió las
condiciones?
Gente. Los
escritores del Antiguo Testamento también se preocuparon con los hechos
acerca de la gente. Los seres humanos ocupan un lugar central en la
mayoría de las historias del Antiguo Testamento ¿Quiénes
fueron estas personas? ¿Cómo eran? Estos hechos también
formaron una dimensión crucial de las observaciones
históricas.
A veces la mera
identidad de un personaje muestra las intenciones del escritor. Considere el
registro del reproche de Mical a David (2 Samuel 6:16-23). No se nos dice que
"una de las esposas de David le riñó". El escritor de Samuel fue
muy específico. Tres veces identificó como "Mical, hija de
Saúl" (vv. 16, 20, 23). Este simple detalle histórico revela una
dimensión importante del punto de vista del escritor. Este evento fue
más que una riña entre David y una de sus esposas, fue una lucha
entre David y la hija de Saúl. En la mente del escritor, este argumento
simbolizó el conflicto entre la casa de David y la casa de Saúl.
Como David mismo lo notó: "Fue delante de Jehová, quien me
eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por
príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel" (2 Samuel
6:21).
¿Por qué quería
el escritor que sus lectores mantuvieran en mente la identidad familiar de
Mical? El estaba abordando un asunto de preocupación de su propio
día. ¿Iba a continuar el linaje real de Saúl? ¿Era su
familia una alternativa viable al linaje de David? El versículo final del
episodio hace clara la perspectiva del escritor: "Y Mical hija de Saúl
nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte" (2 Samuel 6:23). La
unión de Saúl y la casa de David no produjo descendencia. La
línea de Saúl había sido completamente rechazada por Dios y
la familia de David tenía el derecho exclusivo al
trono.
Paralelo a estas mismas
líneas, el libro de Samuel comienza con una observación
interesante acerca de Elcana, padre de Samuel. El escritor observó que
él era "de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín..." (1 Samuel
1:1). Este hecho puede parecer trivial pero reflexionando un poco podemos ver
que transmitió una dimensión importante del propósito del
escritor.
¿Por qué les dice a
sus lectores que el padre de Samuel era de Efraín? Lo hizo para
establecer que la dinastía de David no era un diseño judío.
Un profeta del norte había ungido a
David.
Dios. Los escritores del
Antiguo Testamento también hicieron observaciones de hechos acerca de
Dios. Ellos observaron revelaciones de Su carácter y
propósitos en el pasado.
Por
ejemplo, en Génesis 17:10 Dios ordenó el rito de la
circuncisión. "Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y
vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo
varón de entre vosotros". Esta observación histórica tuvo
implicaciones directas para la audiencia. Dios había establecido la
circuncisión para Su pueblo en los días de Abraham. Como
resultado el rito era para ser observado por la audiencia de Moisés en
tanto que continuaban en el pacto
Abrahámico.
De manera similar, en
la historia del éxodo de Abram (Génesis 12:10-20), Moisés
reportó: "Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con
grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram" (v. 17). Este dato
histórico permitió a la audiencia original entender el significado
de este pasaje para sus vidas. Dios había herido a la casa de
Faraón en sus días como lo había hecho en los días
de Abram.
Ya sea que la historia ubique a
Dios en el centro del escenario o que lo deje escondido como el controlador
providencial de eventos, Dios es uno de los puntos principales de enfoque de los
registros del Antiguo Testamento. Cualquier cosa que Dios establece permanece.
Sus reacciones a los eventos revelan su verdadero carácter. El
significado original de un texto dependía en gran parte de los hechos que
los escritores reportaban acerca de
Dios.
Observaciones
Morales.
Los hechos levantan preguntas
morales. ¿Cómo debo de responder a los insultos de mi vecino?
¿Qué debo de hacer con los que no tienen un hogar en mi ciudad? Los
particulares de nuestras vidas sacan a flote todo tipo de consideraciones
éticas. Los escritores del Antiguo Testamento reportaban hechos
históricos para sacar a flote asuntos de consciencia. Ellos
diseñaban registros para que sus lectores confrontaran dimensiones
morales del pasado. En tanto que leían estos textos, se preguntaban:
"¿Fue esta circunstancia buena o mala?" "¿Qué debió
haber hecho esta gente?" "¿Cómo era demostrado el carácter
justo de Dios en estos eventos?"
Todas las
facetas de una historia del Antiguo Testamento se conjuntaron para presentar
observaciones morales. Descripción de escenas, estructuras,
caracterizaciones y otros numerosos rasgos especiales revelan todo tipo de
asuntos éticos en el pasado.
En
muchos casos estos aspectos de textos son simples para nosotros. No tenemos casi
ningún problema en entender cómo Moisés quería que
su audiencia percibiera el asesinato de Abel (Génesis 4:2b - 16) o
cómo el escritor de Reyes evaluó la infidelidad de Manasés
(2 Reyes 21:1-18; 23:26; 24:3-4).
Pero en
otras ocasiones, tenemos dificultad en saber qué hacer con las
dimensiones morales del pasaje. ¿Por qué estaba mal que Acab
ofreciera dinero para comprar la viña de Nabot? (1 Reyes 21:1-3)
¿Por qué trajo juicio Dios contra Usa cuando salvó al arca de
caer? (2 Samuel 6:7) Para entender más estas historias confusas, debemos
de dejar a un lado nuestros propios estándares tanto como nos sea posible
y adaptar las normas que los escritores del Antiguo Testamento compartieron con
sus audiencias. Dos estándares importantes de moralidad nos permiten
entender con mayor claridad: La ley Mosáica y la
Revelación especial
postrera.
Ley
Mosáica. Con la posible excepción de Génes, la
narrativa del Antiguo Testamento fue escrita después de que Dios dio la
ley Mosáica en Sinaí. Consecuentemente la Ley de Moisés fue
el criterio por el que los escritores del Antiguo Testamento esperaban que sus
audiencias evaluaran el pasado. Los principios expuestos en los diez
mandamientos y otra legislación Mosáica fueron normativas para
todos los juicios morales.
Al mismo
tiempo, debemos de recordar que Dios reveló Su voluntad a Israel
progresivamente. Los eventos antes del Sinaí no deben de ser evaluados
completamente en términos de códigos legales Mosáicos.
Algunas acciones inapropiadas después del Sinaí no hubieran
condenado a Abel por ofrecer sus propios sacrificios más que llamar a los
sacerdotes Levitas (Génesis 4:4). En ese tiempo no habían tales
restricciones sacerdotales. También, Abram no violó regulaciones
cúlticas al construir numerosos altares más que tener
únicamente uno (Génesis 12:1-9). Antes de que el
tabernáculo fuera establecido, esta práctica era perfectamente
aceptable.
En contraste, cuando Lamec se
jactó: "... Que un varón mataré por mi herida, Y un joven
por mi golpe" (Génesis 4:23), Moisés llamó a su audiencia a
reaccionar en horror. El asesinato siempre había sido pecado;
auto-glorificación siempre había sido rebelión en contra de
Dios. De igual manera cuando Moisés recordó la relación de
Abram con Agar (Génesis 16:1-16), él esperaba que su audiencia lo
evaluara negativamente. A pesar de las costumbres de la cultura de Abram,
fallando en confiar en las promesas de Dios había sido incorrecto desde
el principio. La ley de Moisés simplemente confirmó estos
principios dados desde la
creación.
Muchos escritores del
Antiguo Testamento aprobaron los eventos al referirse explícitamente a la
legislación de Moisés. Al reportar progreso desde el principio en
la comunidad post-exílica, el escritor de Esdras comentó que los
sacrificios fueron ofrecidos "como está escrito en la ley de
Moisés varón de Dios" (Esdras 3:2). Los escritores también
mostraron su desaprobación al mencionar eventos que violaron la Ley de
Moisés. Por ejemplo, cuando el cronista describió la enfermedad
que interrumpía la Pascua de Ezequías, él mencionó
que mucha gente comió "no conforme a lo que está escrito" (2
Crónicas 30:18). Este tipo de comentarios le dio a la audiencia un punto
de partida explícito para sus propias reflexiones
morales.
Otras veces los escritores
únicamente indicaron que se había hecho una violación: por
ejemplo, en la historia de la viña de Nabot (1 Reyes 21:1-29), la
audiencia no hizo referencia explícita alguna a las leyes Mosáicas
dadas (Levítico 25:23-28; Números 36:7). Pero súbitamente
le recordó a su audiencias que Acab no había sido considerado para
la legislación. Nabot llamó a su campo una "heredad" (nhlh)
(1 Reyes 21:3), el término técnico Mosáico para
posesión familiar permanente. Pero Acab y Jez<abel se refirieron a
él simplemente como una "viña" (krm) (1 Reyes 21:2).
Confiando en la familiaridad de sus lectores con la ley Mosáica, el
escritor indicó la evaluación apropiada para este
evento.
Revelación Especial
Postrera. Los escritores del Antiguo Testamento también basaron sus
observaciones morales en la revelación especial postrera por medio de los
profetas y líderes. Por ejemplo, el escritor de Reyes presentó la
exclusión de Abiatar (1 Reyes 2:26-27) como apropiada porque
cumplía la profecía dad en contra de la familia de Elí 1
Samuel 2:27-36). El escritor de Esdras apeló a Hageo y a Zacarías
para dar a sus lectores una perspectiva apropiada en el programa de la
restauración (Esdras 5:1; 6:14).
En
tanto que Dios revelaba sus lineamientos morales más allá de
Moisés, estas regulaciones también formaban estándares para
reflexionar en la historia. Los escritores del Antiguo Testamento esperaban que
sus lectores hicieran evaluaciones morales a la luz de estas
revelaciones.
Los escritores del Antiguo
Testamento hicieron más que recordar a sus audiencias acerca de los
hechos del pasado. También enseñaron sus historias para
convencerlos de ciertos rasgos morales de la historia. En tanto que
investigamos los propósitos de un autor, debemos de tomar nota de estas
observaciones con mucho
cuidado.
Observaciones
Emocionales
Nada es más aburrido
que una historia sin emoción. Si quieres poner a tu audiencia a dormir,
solamente enlista hecho tras hecho tras hecho tras hecho. Pero los mismos
eventos toman vida cuando los impregna con sentimientos. En tanto que
describimos las emociones de un personaje, sus dudas, temores, alegrías y
placeres le damos poder a la historia.
Los
escritores del Antiguo Testamento atraían a sus lectores a un mundo lleno
de emociones. Describían escenas, personajes, registros estructurales, y
usaron cualquier otra herramienta accesible para ayudar a ver a sus lectores las
dimensiones afectivas de la historia. Ellos querían que escucharan risas
y sollozos, probaran el placer y la amargura y sintieran la emoción y el
desánimo de eventos pasados.
Las
historias del Antiguo Testamento describen tanto las emociones humanas
como las emociones divinas. ¿Cómo describían los
escritores los sentimientos de los personajes humanos? ¿Cómo
observaban las actitudes de
Dios?
Las emociones humanas.
Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente apuntaban hacia las
emociones de sus personajes humanos. Claro que los lectores tenían que
evaluar estos sentimientos; la gente frecuentemente reaccionaba
inapropiadamente. Sin embargo, lo que la gente en el pasado pensó, dijo,
e hizo, le dio a los lectores un punto de partida para sentir el poder emocional
de los eventos.
Las observaciones de las
emociones humanas sucedieron de muchas maneras. Primero, ejemplo de las
descripciones explícitas incluían el terror de Abram.
(Génesis 15:12), el sentimiento reconfortante de Isaac (Génesis
24:67), y el canto y baile de gozo de las mujeres (1 Samuel 18:6). Tales
descripciones son raras, así que cuando suceden, generalmente forman una
dimensión significativa de las observaciones emocionales del
escritor.
Segundo, las palabras de un
personaje proporcionan emociones de calidad también. Cuando Saraí
escuchó la promesa de los tres visitantes de que tendría un hijo,
se rió, diciendo para sí: "¿Después que he envejecido
tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?"
(Génesis 18:12). El escepticismo de Saraí era inapropiado, pero el
reporte de Moisés de lo que dijo señaló cómo
parecía absolutamente imposible la promesa. Al hacerlo así,
él enfatizó la gracia de Dios hacia Saraí y el
carácter milagroso del nacimiento de
Isaac.
Tercero, las acciones externas
algunas veces revelan el impacto emocional de un evento. En Génesis
17:1-2 Dios confrontó a Abram después de su fracaso con Agar
diciendo: "... anda delante de mí y sé perfecto". Como respuesta
"Abram se postró sobre su rostro". Él no objetó, no
ofreció excusas; simplemente se postró en humildad. Moisés
reportó esta respuesta para que sus lectores pudieran ver la fuerza
emocional del encuentro temeroso, acusador y humillante con
Dios.
Cuarto, muchas veces las reacciones
emocionales de los personajes fueron tan ordinarias y predecibles que los
escritores del Antiguo Testamento vieron muy poca necesidad de mencionarlos
explícitamente. En su lugar, se esperaban que sus audiencias vieran estas
actitudes por medio de una lectura simpatética al preguntar:
"¿Qué sentiría si estuviera en esa situación?". En
muchas ocasiones se necesitaban algunas de estas claves para que viera la
audiencia las cualidades emocionales de un
evento.
Por ejemplo, cuando Dios
llamó a Abraham para que sacrificara a Isaac, tenemos poca dificultad de
reconstruir su reacción inicial al rendir su corazón. Aunque el
texto no dice nada explícitamente acerca de sus sentimientos, se nos dan
varias claves: por ejemplo, Dios mandó a Abraham: "Toma ahora tu hijo,
tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y
ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te
diré" (Génesis 22:2, énfasis agregado),
recordándonos que Isaac era precioso para Abraham. Al leer esto
simpatéticamente vislumbramos lo que debió haber sentido
Abraham.
Cuando leemos que los hijos de
Elí "no tenían conocimiento de Jehová" (1 Samuel 2:12), no
tienen que decirnos acerca de sus actitudes para que tengamos una idea de sus
condiciones emocionales. Mostraron desprecio que siempre trae consigo dureza e
indiferencia - incluso desdén - para con
Dios.
Nosotros sabemos que estos
sentimientos estaban presentes en los hijos de Elí debido al resto de la
Escritura y por nuestra propia
experiencia.
Con un poquito de lectura
simpatética, los lectores originales podían transferirse ellos
mismos a la situación de una historia para encontrar los gozos y las
penas, los encantamientos y horrores del
pasado.
Emociones
Divinas. Los escritores del Antiguo Testamento también
señalaron las emociones de Dios. las descripciones de sus actitudes, sus
palabras y sus acciones descubrieron las cualidades afectivas del pasado. A
diferencia de respuestas humanas, las reacciones de Dios siempre eran
apropiadas. Su amor, gozo, tristeza, pesar y enojo fueron centrales para las
observaciones emocionales del
escritor.
Las emociones de Dios sobresalen
de diversas maneras. Primero, los escritores frecuentemente establecieron
cómo se sintió Dios. por ejemplo, cuando el escritor de Reyes
recordó las prácticas sincretistas de Salomón, el
mencionó: "Y se enojó Jehová contra Salomón por
cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de
Israel..." (1 Reyes 11:9). Esta información dio a los lectores un punto
de partida para sus propias
reacciones.
Segundo, las propias palabras
de Dios revelaron cómo se sintió Él mismo. En los
días de Noé, Dios dijo: "Raeré de sobre la faz de la tierra
a los hombre que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y
las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho (Génesis 6:7).
Estas palabras descubrieron cómo se sentía Dios acerca de la
humanidad de ese tiempo. La gente debió haber sido tan corrupta que Dios
se arrepintió de haberlos hecho. Su reacción emocional
formó una dimensión del
diluvio.
Tercero, en muchos casos los
escritores del Antiguo Testamento implicaron que Dios reaccionara
emocionalmente. En estos pasajes no tuvieron que declarar cómo se
sentía Dios. El resto de la Escritura y las propias experiencias
religiosas del lector clarificaron lo suficiente Sus reacciones emocionales.
Cuando Dios le dio Su Espíritu a David y lo quitó de Saúl
(1 Samuel 16:13-14) podemos ver la aprobación y desaprobación
divina. Similarmente el escritor de Samuel reportó que "Era, pues, muy
grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los
hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová" (1 Samuel 2:17). Él
no mencionó explícitamente los sentimientos o palabras de Dios.
Sin embargo, su audiencia pudo discernir fácilmente cómo
reaccionó Dios al pecado; lo condujo al
enojo.
En tanto que investigamos las
observaciones que los escritores hicieron del pasado, debemos de dar
atención a más que puros hechos y preocupaciones morales. A
través de estos textos los autores del Antiguo Testamento comunicaron
dimensiones emocionales de la historia y desafiaron a la audiencia en un nivel
afectivo.
Anticipaciones
He tenido muchos maestros de historia, pero uno
es el que resalta por su gran habilidad para mostrar qué tan relevantes
fueron los eventos del pasado para la vida contemporánea. Él no
solamente nos enseñaba fechas, nombres y eventos. Él se tomaba el
tiempo para contarnos cómo la historia anticipaba asuntos que
confrontamos en nuestros propios días. Al hacer conexiones entre el
pasado y el presente, este maestro me dio un amor a la historia de por
vida.
Los escritores del Antiguo
Testamento fueron grandes maestros de historia. Presentaban observaciones sobre
el pasado de Israel con profundo interés en las circunstancias de sus
lectores. Consecuentemente, los autores del Antiguo Testamento describieron el
pasado de maneras que establecieron los orígenes históricos de las
creencias y las prácticas. Sus narrativas presentaron modelos para
que la audiencia imitara y evitara. Y sus registros de los eventos pasados
simbolizan, o presagiaron, aspectos de la vida de los lectores. (ver
figura 48).
Estas formas de
anticipaciones no son mutuamente exclusivas; la mayoría de las narrativas
del Antiguo Testamento presentan una mezcla de anticipaciones. En tanto que
identificamos cómo fueron dibujadas las líneas entre el pasado y
la vida contemporánea, obtendremos perspectivas significativas en los
significados originales de estas
historias.
Estableciendo
Frecuentemente
usamos hechos históricos para establecer o explicar cómo
llegó a ser la vida como es ahora. Cuando alguien nos pregunta por
qué enfrentamos ciertas situaciones, frecuentemente apelamos a los
orígenes históricos.
"Papi", le pregunta la niña de
cinco años a su papá, "¿Por qué la bandera americana
tiene trece franjas? Creo que se vería mejor con muchas
más".
"La bandera tiene esas
franjas por algo que pasó hace mucho tiempo", explica él. "Cuando
comenzó apenas empezaba, solamente tenía trece colonias. Aquellas
colonias formaban los Estados Unidos. Tenemos trece franjas en nuestra bandera
para representar nuestras trece colonias
originales".
Este padre mostró a su
pequeña cómo la historia estableció el presente al explicar
que las prácticas actuales tienen sus orígenes en algo que
sucedió hace mucho tiempo.
Los
escritores del Antiguo Testamento frecuentemente anticipaban las vidas de sus
audiencias de forma muy parecida. Reportaban el pasado para mostrar cómo
los eventos establecieron la manera en que las cosas eran en las experiencias de
los lectores. Las audiencias del Antiguo Testamento se hacían el tipo de
preguntas que nosotros nos hacemos. "¿Por qué es la vida cómo
es?" "¿Por qué estamos obligados a hacer ciertas cosas?" "¿Por
qué creemos las cosas que creemos?" Frecuentemente las historias del
Antiguo Testamento contestaban estas preguntas al apuntar a los orígenes
históricos.
Aspectos
menores. Muchas veces los aspectos menores de un pasaje tienen una
función establecida. Por ejemplo, después de que Moisés
describió la reacción de Adán al ver por primera vez a Eva,
comentó: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y
se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Génesis 2:24).
En este comentario del autor, Moisés enfatizó que la
práctica contemporánea de matrimonio encontró su origen en
la unión de Adán y Eva. Como hemos visto, este motivo
difícilmente fue el asunto central del pasaje. Más bien, este
episodio se enfocó más en cómo Dios había equipado
perfectamente a Adán para ser el jardinero del Edén. Moisés
aprovechó la oportunidad para hacer notar que este evento dio a luz que
el matrimonio fuera una estructura social
perdurable.
En la historia de Jacob
luchando en Peniel (Génesis 32:22-32), Moisés trató
principalmente con el cambio que tuvo lugar en la vida de Jacob en tanto se
preparaba para encontrarse con Esaú. En el contexto de este enfoque
más central, él también mencionó que se
dislocó la cadera de Jacob. Divisando la oportunidad de explicar una
práctica contemporánea, Moisés comentó: "Por esto no
comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se
contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a
Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo" (v. 32). Una
vez más encontramos antecedentes históricos dados a una
práctica vigente fuera del enfoque central de un
registro.
Más aspectos
centrales. La intención para proveer antecedentes históricos
pueden ser más centrales a un pasaje. Más que formar un
pensamiento posterior o anexo, establecer los orígenes de realidades
vigentes ocuparon un papel vital en algunos pasajes. Por ejemplo, la
discusión de Purim en Ester 9:18-32 tenían una función
central establecida. El texto describe cómo la gente celebraba la
liberación de Dios e insistía abiertamente en que el Purim
debería de continuar. Esta declaración difícilmente es un
anexo insignificante. Una de las preocupaciones más importantes fue
establecer las bases de la observancia del
Purim.
Con mucha frecuencia la
función establecida de una historia del Antiguo Testamento no era
expuesta explícitamente. El escritor contaba con que la audiencia hiciera
conexiones entre el pasado y sus situaciones. Por ejemplo, en 2 Samuel 7:1-17 el
escritor reportó cómo Natán anunció la promesa de
Dios que los descendientes de David sería la dinastía permanente
sobre Israel. El profeta declaró que el castigo vendría a ciertos
hijos de David individualmente que habían probado ser infieles, pero Dios
nunca apartaría Su amor de David como lo había hecho con
Saúl (2 Samuel 7:15). ¿Cómo se conectó este evento con
la audiencia original? ¿Cómo anticipaban sus días?
Estableció los derechos de la línea Davídica al explicar
los orígenes históricos de la permanencia de la dinastía de
David. ¿Qué derecho tenían los hijos de David de sentarse en
el trono en los días de los lectores? Las observaciones de 2 Samuel
7:1-17 dieron la respuesta: Dios había prometido que la familia de David
reinaría sobre Israel. Este hecho histórico confirmó
prácticas y obligaciones
vigentes.
De una u otra manera, cada
narrativa en el Antiguo Testamento anticipaba el mundo de su audiencia al
establecer algunos orígenes históricos. ¿Por qué el
pueblo de Israel debería de adorar únicamente a Dios como el
Creador? ¿Por qué deberían de pensar que la tierra de
Canaán les pertenecía? ¿Por qué deberían vivir
en armonía? Moisés contestó este tipo de preguntas al
proporcionar antecedentes históricos en Génesis. ¿Por
qué deberían los Israelitas seguir a Moisés? ¿Por
qué deberían de obedecer el orden social Moisáico?
¿Por qué había que adorar en el tabernáculo de
Moisés? El libro de Éxodo estableció las bases
históricas para estas prácticas. De manera similar, cada libro
narrativo del Antiguo Testamento estableció un antecedente
histórico para las realidades que experimentó la audiencia
original.
Para ver la función
establecida de un texto, debemos de hacernos varias preguntas de
diagnóstico. ¿Qué orden perdurable erigieron los eventos en
el pasaje? ¿Cómo se extendieron estas estructuras de por vida a la
audiencia original? ¿Cómo pudo haber ayudado a la audiencia este
antecedente para responder apropiadamente a sus circunstancias vigentes? En
tanto que nos hacemos este tipo de preguntas, viene a ser evidente que los
escritores del Antiguo Testamento frecuentemente apuntaron hacia los
antecedentes históricos para ayudar a sus lectores a manejar los asuntos
contemporáneos.
Moldeando
Una
segunda manera en la que frecuentemente vemos la relevancia de la historia es
buscar modelos -ejemplos del pasado que guían nuestras
decisiones.
"Pero Mamá", objeta
Juan, "¿Por qué tengo que estudiar? No es
importante".
"¿No te acuerdas de la
historia de Abraham Lincoln?" pregunta su mamá. "Trabajaba duro todo el
día, pero cuando llegaba la noche, se sentaba enfrente del fuego y
estudiaba hasta que se dormía. ¿Crees que pudo llegar a ser
presidente si no hubiera
estudiado?"
Obviamente la mamá de
Juan estaba apelando a la historia para abordar un asunto contemporáneo.
Pero ¿cómo conectó el pasado con el presente? Los
hábitos de estudio de Lincoln no erigieron unas estructuras de por vida
para lograr excelencia académica. No establecieron un antecedente
histórico para las responsabilidades de Juan. En lugar de esto, la
mamá de Juan apeló a Lincoln como un modelo. Al aprender del
ejemplo de Lincoln, Juan pudo ver qué importante era para él
estudiar.
Aspectos menores.
Muchos escritores del Antiguo Testamento suplieron las necesidades de sus
audiencias al proporcionarles ejemplos del pasado. Algunos de estos ejemplos
eran para ser imitados; otros eran para ser evitados. Algunas veces esta
conexión era un aspecto relativamente menor de un pasaje. En tanto que un
episodio o sección de un libro pudo haber sido anticipado, más la
audiencia al establecer o presagiar sus vidas, pudo haberles ofrecido un
modelo.
Por ejemplo, la historia de la
expulsión de Adán y Eva del jardín (Génesis
2:4-3:24) tenía el propósito de establecer por qué la
imagen de Dios sufre dolor y futilidad. La violación de nuestros primeros
padres llevó a la raza humana al pecado y la muerte. Moisés
compuso esta historia para explicar los orígenes de sufrimiento y
problema.
Dentro de este gran proceso,
Adán y Eva sirvieron como modelos negativos para su audiencia. ¿Por
qué los lectores deberían de tomar en serio los mandamientos de
Dios en sus días? ¿Por qué es tan importante la obediencia a
la Ley? Una respuesta está en el paradigma de Adán y Eva. Cuando
los primeros humanos violaron la Ley de Dios, las consecuencias fueron severas;
lo mismo sería verdad para todo el pueblo de la audiencia de
Moisés que violara los requisitos de
Dios.
El escritor de Reyes también
reportó el reino de Manasés principalmen-te para establecer una
base histórica para el exilio (2 Reyes 21:1-18). Los pecados de
Manasés sellaron el destino de Judá. Como dijo el profeta, Dios
había "traído tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá,
que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos" (21:12). Pero
esta no fue la única manera en que esta historia fue de ayuda para las
vidas de los lectores. La vida de Manasés sirvió como un ejemplo
negativo para los exiliados. En tanto que evitaran el sincretismo y
rebelión de Manasés podían ellos mirar hacia delante con la
posibilidad de regresar.
Más
aspectos centrales. Algunas veces el modelar era una preocupación
más central. Algunas historias conectaban el pasado y el presente
principalmente al ofrecer ejemplos. Por ejemplo, a través de los primeros
capítulos de Daniel, los jóvenes Israelitas son presentados como
modelos de fe. Ellos no hacen nada mal; sirven fielmente en el reino de
Babilonia, pero nunca comprometen su devoción al Dios de Israel. La
historia de Sadrac, Mesac y Abdnego (Daniel 3:1-30) presenta a estos
jóvenes como ejemplos de una vida piadosa en el exilio. Sus actos de fe
enfrentando la una muerte segura demostraron el tipo de vida piadosa que se
esperaba de todo aquel que servía a Dios fuera de su tierra.
¿Cuál es el resultado de su fidelidad? Dios los bendice y trae
gloria a Sí mismo. La conexión con la audiencia original es clara.
¿Qué deberían de hacer cuando estuvieran tentados a adorar a
otros dioses? ¿Cómo podrían servir un poder extranjero y
todavía mantener lealtad hacia el Dios de Israel? El escritor de Daniel
contestó a estas preguntas en los ejemplos de estos tres
hombres.
La historia del becerro de oro
(Éxodo 32:1-33:6) ofrece otro ejemplo de modelar. Este episodio aparece
después de que Dios dio reglas de la adoración en el
tabernáculo en el Monte Sinaí, pero antes de su aplicación
entre las tribus. En este pasaje, Moisés reportó el juicio
horrible de Dios en contra de la adoración corrupta de Israel.
¿Qué tenía que ver este registro con la audiencia de
Moisés? ¿Cómo representaba mentalmente su situación?
Moisés reportó este registro para dar a sus lectores un modelo de
lo que le pasa a aquellos que niegan las reglas del culto. Si la audiencia se
alejaba de la pureza del culto ordenado por Dios, incitaría la ira de
Dios como lo había hecho al pie del
Sinaí.
La anticipación por
medio de los modelos también se entiende a secciones largas y libros
completos. La presentación idealizada del Cronista de David y
Salomón proporcionaron a la audiencia post-exílica ilustraciones
representativas para sus vidas. La conducta de Ester enseñó por
precedente cómo tenían que servir los Israelitas los intereses de
su propio pueblo fuera de la tierra.
Por
todo el Antiguo Testamento, encontramos historias que proporcionan modelos para
la audiencia original. Varias preguntas nos ayudan a identificar esta
conexión. Primero, ¿fracasó o venció algún
personaje en un punto crítico y experimentó resultados
significativos de sus acciones? Segundo, ¿se relacionaron las acciones del
personaje a elecciones que la audiencia tenía que hacer en sus
días? Tercero, ¿qué resultados pudieron haber esperado ver en
sus tiempos si imitaban o evitaban las acciones del personaje? En tanto nos
hacemos estas preguntas, veremos la función moldeadora de muchas
narrativas del Antiguo
Testamento.
Presagiando
“La
historia se repite a sí misma”, es un dicho popular entre
historiadores. Algunos occidentales modernos se refieren a esto literalmente;
normalmente pensamos de la historia como yendo hacia delante de una forma
lineal. Sin embargo, sabemos también que los eventos de nuestros
días pueden ser sorprendentemente similares a los eventos del pasado. Los
escritores del Antiguo Testamento sabían que esto era verdad acerca de
Israel. Los eventos que ocurrieron en las épocas que habían
pasado, frecuentemente fueron análogas a la situación que
enfrentaba su audiencia. Por lo tanto, compusieron sus registros para mostrar
cómo el pasado presagió el presente. Al leer las historias con
estas analogías en mente, la audiencia podía ver su propia
existencia reflejada en la
historia.
¿Cómo difieren los
presagios de las historias que establecen y modelan? La diferencia principal es
el grado de similitud que hay entre el pasado y el presente. Las narrativas
establecen los orígenes de prácticas vigentes al edificarse sobre
algunas similitudes. Los modelos tienden a hacer paralelo un poquito más
con las vidas de la audiencia. Sin embargo, los presagios se construyen sobre
analogías entre la historia y la experiencia de la audiencia; se reportan
los eventos para que se parezcan mucho a la situación de la
audiencia.
Mientras que el presagio
funciona en base a analogías entre el pasado y el presente, los
escritores del Antiguo Testamento no fabricaron o forzaron estos paralelos;
dieron reportes verdaderos. Consecuentemente, las analogías nunca son
perfectas o completas. Los pasajes prefigurados serán similares a las
situaciones de la audiencia en maneras significativas, pero nunca
idénticas.
Aspectos
Menores. En algunas ocasiones, los presagios menores de la audiencia
aparecerán en una historia que primordialmente establece o modela. Por
ejemplo, el registro del pacto de Dios y Abram (Génesis 15:1-21)
sirvió para establecer la base del pacto de la esperanza de Israel para
la tierra de Canaán.
La audiencia
de Moisés podía esperar heredar la tierra porque Dios
confirmó Su promesa con el voto con Abram. Pero dentro de este
establecimiento de función Moisés enfatizó un
pequeño anunciamiento de la experiencia de la audiencia. En
Génesis 15:17 Dios apareció ante Abram como un “horno
humeando y una antorcha de fuego”. Moisés reportó esta
imagen visual de humo y fuego para mostrar cómo este evento en la vida de
Abram anticipaba su propio tiempo. Mientras Moisés contaba esta historia,
los Israelitas podían ver a Dios aparecer ante ellos una vez más
como un pilar de nubes y fuego. En efecto, Moisés alertó a sus
lectores al hecho de que el Dios que prometió traer a los descendientes
de Abram a la tierra era el mismo Dios que ahora aparece ente ellos y es el que
los guiará a esa
tierra.
Más aspectos
centrales. Los presagios pueden centrarse más en un pasaje. Por
ejemplo, el registro del Cronista del reino de Manasés (2 Crónicas
33:1-20) anunció la experiencia de su audiencia. Manasés
pecó grandemente delante del Señor y fue exiliado a Babilonia. En
tanto que estaba en Babilonia se arrepintió y pidió ayuda. Dios
escuchó su súplica y lo trajo de nuevo a Jerusalén. Ante su
regreso Manasés purificó el servicio de Israel y
reconstruyó la ciudad de
Jerusalén.
Las similitudes entre
esta serie de eventos y la experiencia post-exílica son sorprendentes.
Los Israelitas habían pecado contra Dios, habían ido a Babilonia,
habían buscado el favor de Dios, habían regresado a la tierra, y
estaban en el proceso de restaurar el servicio y reconstrucción de la
ciudad de Jerusalén. ¿Por qué presentó el cronista el
reino de Manasés de esta manera? Para animar a sus lectores en sus
esfuerzos. Su exilio había sido la respuesta de Dios al pecado; su
liberación había sido un acto de gracia basado en su
arrepentimiento. Si el malo Manasés demostró su arrepentimiento al
establecer el culto y la ciudad, ¿cuánto más deberían
ellos de hacer lo mismo?
De una u otra
manera, muchas de las narrativas del Antiguo Testamento conectaron el mundo del
pasado con el presente de la audiencia al presagiar dimensiones de su
experiencia. Mientras buscamos estos eventos anticipatorios es de ayuda hacer
varias preguntas. ¿Paralelan los eventos del pasaje las experiencias de la
audiencia? ¿Qué analogías extensivas aparecen?
¿Cómo clarifican la historia las acciones de la experiencia pasada
de la audiencia y las responsabilidades
futuras?
Al discernir las maneras en que
los escritores del Antiguo Testamento establecieron circunstancias actuales,
modelaron conductas apropiadas e inapropiadas y presagiaron las situaciones que
enfrentaban sus audiencias, comprenderemos mejor el significado original de las
historias del Antiguo Testamento.
IMPLICACIONES
Conozco a varios maestros involucrados en
ecuación superior. La mayoría de ellos están de acuerdo de
que vivimos en un tiempo en el que el conocimiento por sí mismo ya no
motiva a la mayoría de los estudiantes. Los profesores tienen que
demostrar que sus materias tienen beneficios prácticos. Los estudiantes
de ciencia, negocios, de humanidades – aún de teología
– insisten en el conocimiento como una materia que se lleva en la
vida.
El interés en la vida
práctica no es nuevo. Los escritores del Antiguo Testamento tenían
preocupaciones similares. No escribían simplemente para introducir a sus
lectores al pasado, sino para enseñar a sus audiencias cómo vivir
en su época. Las historias del Antiguo Testamento estaban llenas de
muchas implicaciones para sus
lectores.
Las implicaciones de las
narrativas del Antiguo Testamento toman muchas formas. También son
complejas e interrelacionadas, pero por conveniencia hablaremos de tres tipos
principales de implicaciones: informativas, directivas y
afectivas. ¿Qué información dio la historia a los
lectores acerca de su mundo? ¿Qué instrucciones morales
ofreció el pasaje para sus lectores? ¿Cómo cambió los
sentimientos de los lectores hacia su mundo? (Ver figura
49)
Implicaciones
Informativas
A menos que tengamos
información verdadera de nuestro mundo, es casi imposible vivir en
fidelidad a Dios. Sin datos exactos no podemos hacer decisiones morales
apropiadas o tener reacciones emocionales apropiadas. En gran parte, todo lo que
hacemos depende de obtener los hechos
claros.
Lo mismo fue verdad para los
recipientes de las historias del Antiguo Testamento. En tanto luchaban para
vivir ante Dios, necesitaban hechos confiables acerca de su mundo. El pecado
había obscurecido sus mentes así que frecuentemente mal
interpretaban la realidad. Ellos podían esperar vivir honorablemente
ante Dios en tanto que tuvieran conocimiento genuino de sus días. Para
satisfacer esta necesidad, los escritores del Antiguo Testamento compusieron
registros para servir como lentes por los que los receptores podían ver
la vida como lo era realmente.
Podemos
pensar en implicaciones informativas de una historia en términos de
circunstancias, gente y Dios. Claro que diferentes pasajes tienden
a enfatizar una categoría, pero las historias del Antiguo Testamento
informaban a sus lectores de perspectivas apropiadas en todos estos tres
aspectos de la realidad.
Circunstancias. Las historias del Antiguo Testamento le
decían a las audiencias acerca de sus circunstancias. Ya hemos visto
varios ejemplos de este enfoque. Muchos dentro de la audiencia de Génesis
aunque habían cometido un error en salir del desierto. Egipto
parecía más deseable que la vida que Moisés les
había dado. La historia del éxodo de Abram (Génesis
12:10-20) ofreció a los lectores de Moisés una perspectiva
apropiada de sus circunstancias. No fue ningún error salid de Egipto; el
éxodo era una bendición de Dios, así como lo fue en los
días de Abram.
De igual manera,
muchos de los que escucharon las historias de Génesis estaban convencidos
que las ciudades de Canaán eran invencibles. Habían escuchado
reportes desanimadotes de los espías y pensaron que nunca podían
conquistar la tierra (Números 13:26-33). Moisés escribió la
historia de la torre de Babel (Génesis 11:1-9) para corregir este punto
de vista falso. El contó como la gente de Babel quería construir
una torre “cuya cúspide llegue al cielo” (wr’swbsmym)
(Génesis 11:4). El pueblo de Israel pensó que lo mismo era verdad
para las ciudades de Canaán. En Deuteronomio 1:28 Moisés
relató cómo los espías habían reportado que las
ciudades cananitas eran “amuralladas hasta el cielo” (wbswrt bsmym).
Por lo tanto, exhortó a los Israelitas a ser convados porque Dios
había garantizado que de hecho tomarían ciudades
“amuralladas hasta el cielo” (wbswrt bsmym) (Deuteronomio
9:1).
Esta conexión entre los
discursos de Moisés en Deuteronomio y la torre de Babel
difícilmente parecen coincidencias. Al escuchar esta historia la
audiencia original, sus puntos de vista falsos fueron desafiados. La famosa
ciudad primitiva parecía invencible, alcanzando los cielos, pero Dios la
conquistó y dispersó a la gente. Seguramente podía vencer
las ciudades más pequeñas de Canaán.
Gente. Los escritores
del Antiguo Testamento también escribieron para dar información
apropiada acerca de la gente del mundo de la audiencia. Sus historias hicieron
observaciones acerca de los seres humanos del pasado, pero por
implicación también informaban a los lectores de ellos mismos y de
otra gente que vivieron en sus
días.
Ya hemos visto que el
episodio de David y Mical (2 Samuel 6:20-23) no solamente le dijo a la audiencia
acerca de la hija de Saúl. Por implicación le informó
acerca de la familia de Saúl a la audiencia de sus días; Mical
quedó estéril, y la casa de Saúl no podía reclamar
la corona.
Las historias de Abrahan y Lot
, Isaac e Ismael y Jacob y Esaú reportaron hechos acerca de este pueblo.
Pero estas crónicas también dijeron algo acerca de la gente que
vivió en los días de la audiencia de Moisés. Lot fue el
padre de las naciones moabitas y amonitas (Génesis 19: 36-38); Ismael fue
el padre de las naciones árabes (Génesis 25:12-18); Esaú
fue el padre de los Edomitas (Génesis 36:9-43). En tanto la audiencia de
Moisés escuchaba estas historias, no solamente aprendieron de las
relaciones históricas entre sus patriarcas y las cabezas de estas
naciones; sino que también aprendieron cómo tenían que ver
a las naciones en sus propios tiempos.
Dios. Los escritores del Antiguo Testamento informaron a sus lectores
acerca de Dios en sus días. Muchas observaciones de hechos se hicieron
acerca de Dios, y estos hechos instruyeron a la audiencia acerca de las maneras
de Dios en su situación
contemporánea.
Por ejemplo, hemos
notado en varias ocasiones que las promesas que Dios dio a Abraham se aplicaban
a la audiencia de Génesis. Las promesas de simiente, tierra,
protección y bendición (Génesis 12:1-3) revelaron
cómo Dios estaba tratando a la nación de Israel en los días
de Moisés. De manera muy similar, la promesa de Dios a David (2 Samuel
7:1-17) tenía implicaciones para la audiencia de Samuel se podía
confiar en que Dios guardaría esta promesa del
pacto.
Las reacciones divinas a los
eventos también tuvieron implicaciones contemporáneas. Las
demostraciones de misericordia de Dios en la historia le decía a la
audiencia de misericordia divina en sus días. La liberación de
Jerusalén en los días de Roboam (2 Crónicas 12:1-12)
informaron a la audiencia del Cronista de la determinación de Dios de
ayudar a la comunidad post-exílica contra sus enemigos. La
reacción de Dios al pecado en el pasado también informó a
la audiencia de su perspectiva acerca del pecado en su tiempo. El enojo de Dios
hacia Adán y Eva (Génesis 3:16-19) enseñó a la
audiencia de Moisés de la disposición contemporánea de Dios
hacia el pecado. El juicio de Dios contra Uza (2 Samuel 6:6-7) informó a
los lectores de Samuel que El no trataría ligeramente las violaciones de
adoración. Estos eventos revelaron aspectos relevantes del
carácter de Dios a las vidas de los lectores. Ellos podían esperar
que Dios actuara en sus días como lo había hecho antes.
Implicaciones
Directivas
Así como las
narrativas del Antiguo Testamento se enfocaban en asuntos morales en el pasado,
también comunicaban implicaciones directivas a la audiencia. Los
escritores del Antiguo Testamento ayudaron a sus lectores a ver como
deberían de vivir – qué obligaciones morales se aplicaban a
ellos y lo que ellos deberían de hacer con sus
vidas.
Debemos de recordar el
estándar de moralidad que dirigía las implicaciones directivas
para que la audiencia previniera malos entendidos. En su mayoría, las
implicaciones morales de las historias del Antiguo Testamento se pueden entender
en términos de preceptos Mosáicos y revelaciones postreras entre
el tiempo de Moisés y la composición final de la
historia.
Las implicaciones directivas de
un pasaje son vastas y completamente entrelazadas con las implicaciones
informativas y afectivas. Como de costumbre, ayuda considerarlas en
términos de circunstancias, gente y
Dios.
Circunstancias. Las
historias del Antiguo Testamento dirigieron a sus audiencias a vivir de ciertas
maneras en relación a sus circunstancias. Así como aprendieron
información acerca del mundo, también aprendieron sus obligaciones
en ciertas circunstancias. Por ejemplo, el registro del Cronista del reino de
Asa ofreció un modelo de respuesta a la amenaza militar (2
Crónicas 14:2-16:4). Cuando Asa confió en Dios durante la guerra,
ganó la victoria, pero cuando tomó del templo los tesoros para
ganar la ayuda de Ben-adad, sufrió esclavitud (16:1-9). De este registro
el Cronista dirigió a sus lectores post-exílicos para tratar
apropiadamente cada amenaza militar contemporánea. Los instruyó
para evitar alianzas extranjeras y confiar en Dios. Cada libro narrativo en el
Antiguo Testamento dirigió a sus lectores a tratar apropiadamente cada
una de las circunstancias que enfrentaron en sus propios
días.
Gente. Las
implicaciones directivas de las narrativas del Antiguo Testamento,
también se extendieron a las relaciones de la audiencia con otra gente.
Estos pasajes les decían cómo manejar las dimensiones
interpersonales de sus vidas. Por ejemplo, la historia de las restricciones de
Moisés acerca de los matrimonios con mujeres con heredad (Números
36:1-13) se aplicaba a las relaciones humanas en la tierra prometida. Se
requería a las mujeres que poseían la tierra que se casaran dentro
de su propia tribu.
De manera similar, las
historias de José y sus hermanos tuvieron muchas implicaciones directivas
para las maneras en que los lectores de Génesis tenían que
relacionarse con otros. La animosidad y los celos que caracterizaban a los
hermanos tenían que ser evitada en la interacción de las tribus de
Israel.
Dios. Los escritores
del Antiguo Testamento también compusieron historias para dirigir a sus
lectores en sus obligaciones hacia Dios. Ejemplos de estaas implicaciones
abundan. Cuando David le dijo a Mical “...danzaré delante de
Jehová” (2 Samuel 6:21), el diseño para la audiencia era
evidente. Ellos tenían que adorar con corazones centrados en Dios. Cuando
Abraham respondió en fe al mandato de Dios de sacrificar a Isaac
(Génesis 22:1-19), por implicación la audiencia también
aprendió sus obligaciones de responder fielmente a Dios en los tiempos de
prueba.
Implicaciones
Afectivas
Los escritores del Antiguo
Testamento no solamente estaban interesados en informar y dirigir a sus
audiencias; también querían que ellos tuvieran respuestas
emocionales apropiadas para sus tiempos. Gozo, tristeza, temor y confianza -
todo el rango de emociones humanas- fueron tocadas por sus historias. En tanto
consideramos las intenciones ideológicas de los autores del Antiguo
Testamento también debemos tomar en cuenta las implicaciones afectivas de
sus historias.
Debemos tener cuidado para
distinguir entre implicaciones afectivas y observaciones emocionales en un
pasaje. Los escritores del Antiguo Testamento observaron dimensiones emocionales
del pasado para que sus lectores respondieran emocionalmente a esos eventos.
Ellos se sintieron buenos o malos, felices o tristes acerca de algo que
pasó hacía mucho tiempo. Estas consideraciones emocionales forman
una faceta esencial de los propósitos del escritor. Pero hasta este punto
estamos más interesados en cómo los escritores del Antiguo
Testamento querían que sus lectores se sintieran acerca de sus propios
tiempos. ¿Cómo deberían de sentirse acerca de sus propias
vidas? ¿Emocionados? ¿Desanimados? ¿Temerosos?
¿Fortalecidos? Pensaremos en las implicaciones afectivas en las mismas
formas: circunstancias, gente y Dios.
Circunstancias. Una vez
más notemos que los lectores de las historias del Antiguo Testamento
enfrentaron diferentes clases de circunstancias. Algunas de ellas
infundían ánimo, otras temor. Algunas situaciones daban confianza
a los lectores; otras les causaban
duda.
Por ejemplo, hemos visto que el
escritor de Reyes les enseñó a sus lectores de muchas maneras que
el exilio del Norte y Sur era “justo” ¿Se dedicó a este
tema simplemente para dar información a su audiencia? ¿Lo hizo
simplemente para obligarlos a obedecer? Parecería que el escritor de
Reyes también estuvo interesado en la respuesta visceral de su audiencia
al exilio. Al oír de un evento histórico después de otro
demostrando la justicia de su expulsión de la tierra, ellos tenían
que sentir remordimiento, tristeza, y humildad sobre sus circunstancias
presentes.
Cuando la audiencia del libro
de Números escuchó de los temores que tuvieron aquellos que
espiaron en la tierra (Números 13:31-33), ¿qué implicaciones
afectivas tenía este evento para ellos? Hizo un llamado a aquellos que
temían tener confianza y fortalecieron las convicciones de aquellos que
estaban determinados a tomar la tierra de
Canaán.
Gente. Las
historias del Antiguo Testamento contenían muchas implicaciones para las
maneras en que deberían de sentir las audiencias acerca de la gente. Los
escritores de las narrativas del Antiguo Testamento tenían que tratar con
ellos mismos y con otras naciones. Muchos pasajes les enseñaron
cómo reaccionar emocionalmente hacia la gente con la que
interactuaban.
Un ejemplo aparece cuando
Salomón cruelmente vació su corte de todos los oponente
políticos (1 Reyes 2:13-46). ¿Cómo se iban a sentir los
lectores acerca de los descendientes de Salomón que reclamaban el
liderazgo en sus días? Como vimos anteriormente, el escritor de Reyes
demostró que las acciones de Salomón fueron completamente
justificadas. Como resultado la audiencia exílica tenía que tener
muy en cuenta para la descendencia de Salomón que un día los
dirigiría de regreso a la
tierra.
Un ejemplo muy claro de
implicaciones afectivas hacia la gente aparece en el último
capítulo de Jonás (Jonás 4:1-11). Cuando la calabacera que
había cubierto1 al marchito profeta, Jonás le dijo a Dios:
“Mucho me enojo, hasta la muerte” (Jonás 4:11). A
través de la censura de Dios el escritor de Jonás les
enseñó a sus lectores que ellos también deberían de
aprender a tener compasión y amor por los perdidos entre las naciones. La
dureza del corazón de Jonás debe de ser rechazada a favor de los
corazones que se regocijan para ver arrepentimiento y fe en otras
naciones.
Dios. Las historias
del Antiguo Testamento conllevan implicaciones para las maneras en que los
lectores deberían de sentir acerca de Dios. En diferentes tiempos y
lugares los lectores tenían que tener una variedad de actitudes hacia
Dios. Reverencia y sumisión siempre se esperaban, pero las narrativas del
Antiguo Testamento enfatizaban dispensaciones emocionales particulares hacia
Dios de tiempo en tiempo.
Cuando Dios
hirió a Usa por tocar el arca y David respondió:
“¿Cómo ha de venir a mí el arca de
Jehová?” (2 Samuel 6:9) las ramificaciones para la audiencia eran
obvias. Aquellos que tomaron la santidad de Dios en alabanza ligeramente
tenían toda la razón de temer Su ira. Cuando reportó el
mismo registro que el arca finalmente entró en la ciudad en orden
apropiado y con gran celebración, también instruyó a los
lectores que aquellos que adoran lo deben de hacer con gozo y placer en la
gracia de Dios.
De manera similar, como
escuchó la audiencia de Moisés de la destrucción en los
días de Noé, sus corazones fueron llenos con temor del poder
destructor de Dios en contra de los pecadores aún de sus días. Sin
embargo, al mismo tiempo, Dios aseguró a Noé: “Mientras la
tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y
el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche”
(Génesis 8:22). La audiencia de Moisés encontró deleite en
Dios en esta parte de la historia; la estabilidad de la vida fue el regalo
maravilloso de Dios para ellos.
Conclusión
En este capítulo hemos descrito
intenciones ideológicas en tres categorías principales:
observaciones, anticipaciones e implicaciones. Estas facetas del significado
original están indisolublemente interrelacionadas. Pero en tanto que
descubrimos estas facetas en los propósitos de un escritor, tendremos un
mejor entendimiento del significado original de su
historia.
Preguntas de
Repaso
- Distingue las observaciones, las anticipaciones y
las implicaciones de un escritor.
- ¿Cuáles eran los tres tipos
principales de observaciones que hicieron los escritores del Antiguo
Testamento?
- ¿Cuáles son las tres formas
principales en que los escritores del Antiguo Testamento anticiparon a sus
audiencias?
- ¿Cuáles son las tres formas
principales de implicaciones que los escritores del Antiguo Testamento esperaban
que sus audiencias derivaran de sus historias?
Ejercicios de
Estudio
- Examina Génesis 12:1-9 y bosqueja su flujo
dramático de cinco pasos.
- Ve por cada paso de Génesis 12:1-9 y hay
notas con relación a las observaciones de hechos, morales y emocionales
que hizo Moisés.
- Regresa a cada paso de Génesis 12:1-9 y
resume cualquier anticipación de establecimiento, de modelaje y presagio
para la audiencia original que encuentres (mantén en mente que Abram fue
llamado para emigrar a la tierra prometida así como Moisés
había llamado a Israel a emigrar).
- A la luz de tu investigación, resume
algunas de las implicaciones informativas, directivas y afectivas de
Génesis 12:1-9 para la audiencia original de Génesis
(mantén en mente las luchas que enfrentó la audiencia original en
tanto escuchaba esta
historia).