Lección 4

La Dirección Correcta

 

1            Recuerdo que una ocasión, dando clases en Kiev, Ucrania, tenía el tiempo justo para llegar en metro a mi destino.  Corrí hacia la estación, bajé las escaleras y salté en el vagón justo en el momento en que se cerraban las puertas.  Tenía que atravesar toda la ciudad, así que me senté para recuperarme y relajarme por unos minutos.  Pasado un rato, me di cuenta de repente de que ¡había tomado el metro en la dirección equivocada!  Como era de esperarse, la siguiente estación estaba a varios kilómetros; así que me tardé todo el tiempo del mundo llegar hasta allá.  Para cuando llegué y pude cambiar de rumbo, era claro que iba a llegar muy tarde.  Recuerdo que me dije, "Bueno, esto no es lo que yo esperaba, pero al menos ya voy en la dirección correcta”.

 

            Supongo que así pasa en muchas áreas de la vida.  Nuestras situaciones nunca son perfectas, y en muchas ocasiones ni siquiera están cerca de serlo.  A donde quiera que vamos, enfrentamos muchos problemas y desafíos.  No obstante, todos sabemos que es mejor al menos ir en el rumbo correcto y no por el camino equivocado.  

 

2          Hemos titulado esta lección “La dirección correcta” y en ella vamos a explorar el libro de Génesis, del capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9.  Allí descubriremos el rumbo a seguir que Dios estableció para su pueblo después del gran diluvio en los días de Noé.  Como veremos, en estos últimos capítulos de la historia primigenia Moisés señaló muy claramente el rumbo que el pueblo debía seguir.  Quizá no era todo lo que ellos querían, pero dicho rumbo fue señalado por Dios para llevarlos hacia grandes bendiciones. Asimismo, esta porción de la historia primigenia es muy importante también para los seguidores de Cristo, pues nosotros también debemos seguir este rumbo.

 

3            Nuestro estudio de Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9 se dividirá en tres partes. Primero, examinaremos la estructura literaria de estos capítulos. Segundo, exploraremos su significado original discerniendo el porqué Moisés escribió este material para Israel. Y tercero, recudiremos al Nuevo Testamento como guía en cómo para aplicar estos capítulos a nuestras vidas.  Comenzaremos nuestro estudio acerca del rumbo correcto explorando la estructura literaria de estos capítulos.

 

4          El pasaje de Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9 cubre un periodo prolongado de la historia primigenia, la cual puede ser bosquejada de diferentes maneras.

 

5          Para nuestros  propósitos, hemos dividido estos capítulos en dos grandes secciones:  La primera sección abarca del capítulo 6 versículo 9 al capítulo 9 versículo 17, y la hemos titulado “Rescate por medio del diluvio.”  En esta porción de Génesis, Moisés describió el diluvio acontecido en los días de Noé.  La segunda sección de este material abarca del capítulo 9 versículo 18 al capítulo 11 versículo 9 de Génesis.  Hemos titulado esta sección “El Nuevo Orden”, y en ella se describen algunos eventos cruciales acontecidos inmediatamente después del diluvio, los cuales establecieron los patrones habrían de caracterizar al mundo después.

 

A fin de poder entender mejor el patrón literario de estos capítulos, revisaremos estas dos grandes secciones.  Comencemos examinando la estructura del relato que Moisés escribió acerca del diluvio acontecido en los días de Noé.

           

7          En los últimos años, muchos intérpretes han notado que la historia del diluvio presenta un patrón literario relativamente claro.

 

8          Aunque es posible describir este patrón de diferentes formas, en este estudio mostraremos cómo es que estos capítulos conforman un drama simétrico compuesto de cinco etapas.

 

La primera etapa de esta narrativa aparece en Génesis capítulo 6 versículos 9 al 22 y la llamaremos “Pacto inicial de Dios con Noé”. En esta porción de la narrativa, Moisés resaltó el hecho de que Noé era un hombre justo en un mundo que se había corrompido.  Dios habló a Noé y le reveló por qué planeaba destruir a la raza humana. 

 

9          En Génesis capítulo 6 versículo 13 leemos lo siguiente:

 

“Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra."

 

10        No obstante, en esta primera etapa de la narrativa también se nos dice que Dios planeaba un nuevo comienzo para la humanidad mediante el rescate un hombre con su familia –Noé, el justo.  A fin de darle certeza a Noé del propósito que tenía para él, Dios hizo un pacto inicial con Noé.

 

11        En Génesis capítulo 6 versículos 17 y 18, leemos le dijo Dios a Noé:

 

“Todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo”.

 

11a      Al principio de la narrativa del diluvio, Dios hizo un voto, un juramento pactual de rescatar a Noé y a su familia del diluvio que se avecinaba.  Este pacto garantizaba el rescate de Noé, y lo establecía como la cabeza de una nueva humanidad después del diluvio.

 

12        Ahora que hemos visto cómo comienza la historia del diluvio enfocándose en el pacto inicial con Noé, vayamos a la última etapa de la historia que establece el balance con la primera, es decir, del capítulo 8 versículo 20 al capítulo 9 versículo 17.  Llamaremos a esta etapa “Pacto perenne de Dios con Noé”. 

 

13        Como lo sugiere este título, en este pasaje Dios habló de nuevo a Noé después del diluvio e hizo otro pacto con él.

 

Dios decidió dar a la humanidad la oportunidad de un nuevo orden en el mundo.  

 

14        Como leemos en Génesis capítulo 8 versículo 22:

 

"Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche."

 

16        A fin de garantizar la certeza de este nuevo orden, Dios hizo un segundo pacto con Noé al final de la narrativa del diluvio en Génesis capítulo 9 versículo 11 al 15. 

 

“Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra... Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne.”

 

17        Vemos así que el relato del diluvio del Génesis concluye con la promesa pactual de que nunca jamás un diluvio volvería a destruir la tierra, y con el arco que Dios pone en las nubes como una señal que asegura que nunca se olvidará de Su promesa. Esta promesa del pacto con la que cierra el relato resalta la gran importancia que Noé tuvo en la historia primigenia.  Él fue el mediador de un pacto, un pacto que se extendió a todas las generaciones futuras. 

 

18            Teniendo en mente cómo comienza y cómo concluye el relato, podemos ahora explorar las etapas intermedias de la narrativa del diluvio.  La porción media del relato va del pacto inicial hasta el nuevo orden del pacto final, desenvolviéndose a lo largo de tres etapas.

  

La segunda etapa de esta narrativa, la cual se encuentra en el capítulo 7 de los versículos 1 al 16, la hemos titulado “Noé escapa del diluvio”.  El contenido de este material es bastante claro y directo.

 

19        Noé preparó el arca e introdujo en ella animales de cada especie.  Las aguas del diluvio comenzaron a inundar el mundo, pero Noé, su familia y los animales que había juntado estaban a salvo en el interior del arca. 

 

20        La cuarta etapa de la historia del diluvio es el contrapunto dramático de la segunda etapa, pues describe “La salida de Noe a tierra seca” en Génesis capítulo 8 versículos 6 al 19.

 

21        Cuando las aguas del diluvio comenzaron a descender, Noé esperaba ansiosamente que apareciera la tierra seca para poder dejar el arca. Después de esperar por un tiempo, apareció la tierra seca, y Dios mandó a Noé que dejara el arca, así como anteriormente le había ordenado que entrara en ella.

 

22        Ahora estamos en posición de examinar el momento dramático que funciona como epicentro o punto de cambio de esta narrativa, en Génesis del capítulo 7 versículo 17 al capítulo 8 versículo 5, el cual hemos titulado “Dios se acuerda de Noé”.  Estos versículos comienzan con una descripción del diluvio, arrasando y destruyendo todo ser viviente sobre la tierra.  Al final de esta etapa el diluvio comenzaba a disminuir. 

 

23        El elemento central de esta sección es un enunciado simple pero profundo, el cual explica la razón por la cual Dios comenzó a calmar tan devastador diluvio.  En Génesis capítulo 8 versículo 1 Moisés escribió que, en medio de la tormenta,

 

“...se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas."

 

24        Por Su gran misericordia, Dios no se olvidó del pacto que había hecho con Noé y con aquellos que estaban con él. Se acordó de los ocupantes del arca, y actuó en su favor contra el furioso diluvio.

 

26        Este bosquejo resalta las preocupaciones primordiales del relato del diluvio. Moisés describió el diluvio como una historia de rescate.  Ciertamente el juicio recayó sobre los impíos de la tierra, pero la principal preocupación de Moisés era mostrar que por medio de Noé Dios había traído a la humanidad a un nuevo mundo de grandiosas bendiciones.

 

27        Ya que hemos revisado la primera de las dos grandes secciones en que se divide Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9, vayamos a la segunda sección, que abarca de  Génesis capítulo 9 versículo 18 al capítulo 11 versículo 9, y que hemos titulado “El Nuevo Orden”. 

 

29        El relato de Moisés del nuevo orden en los capítulos 9 al 11 se compone de dos unidades básicas.  Por un lado, Génesis capítulo 9 versículo 18 al capítulo 10 versículo 32 se enfoca en los hijos de Noé.  Por otro lado, Génesis capítulo 11 versículos 1 al 9 se ocupa de la derrota de la ciudad de Babel.  Aunque a primera vista parecería que estos pasajes no están relacionados entre sí, vistos en conjunto nos proporcionan un modelo del nuevo orden en el mundo, pues presentan las características centrales de la historia de la humanidad a partir de ese momento.

 

Veamos primero el relato de lo los hijos de Noé y la manera en que éste contribuye en presentar este retrato del nuevo orden en el mundo.

 

30        El registro de Moisés acerca de los hijos de Noé en los capítulos 9 y 10 de Génesis se compone de un encabezado y dos grandes etapas.

 

31        En el capítulo 9 versículos 18 y 19 encontramos un encabezado que indica que esta unidad trata primordialmente acerca de los tres hijos de Noé y de cómo fueron distribuidos sobre la faz de la tierra.

 

32        De conformidad con este encabezado, el registro de Moisés acerca de los hijos de Noé se divide en dos grandes etapas.  En primer lugar, en el capítulo 9 de los versículos 20 al 29, la historia establece algunas distinciones entre los hijos.  En segundo lugar, en el capítulo 10 de los versículos 1 al 32 se describe la distribución de los hijos de Noé y sus descendientes.  Veamos ahora cada una de estas secciones por separado.

 

33        En el capítulo 9 versículos 20 al 29 se encuentra ese pasaje bien conocido que habla sobre la maldición de Canaán, el hijo de Cam. 

 

38            Escuchemos lo que escribió Moisés en Génesis capítulo 9 versículos 24 al 27:

 

“Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, y dijo: Maldito sea Canaán … Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem… Engrandezca Dios a Jafet…”

 

Dicho en términos simples, esta narrativa presenta los eventos que llevaron a establecer diferencias más marcadas entre los descendientes de Noé. Noé maldijo a Canaán, el hijo de Cam.  Canaán sería él más miserable los esclavos de sus hermanos.  No obstante, Noé también pronunció bendiciones sobre sus otros hijos Sem y Jafet por haberlo tratado respetuosamente.

 

Moisés incluyó esta historia en su descripción del nuevo orden posterior al diluvio, debido a que toda la raza humana desciende de los tres hijos de Noé.  Las distinciones hechas aquí definirían las dinámicas de las relaciones humanas que se han observado a partir de entonces en la historia bíblica.

 

41        Esta forma de entender las diferencias entre los hijos de Noé es confirmada en el capítulo10, que trata sobre la forma en que distribuyeron los hijos de Noé.  Refiriéndose a las generaciones que vinieron mucho después de Noé, Moisés da una lista en el capítulo 10, al cual muestra los lugares a donde fueron los descendientes de Cam, Sem, y Jafet por todo el mundo.

 

42        De acuerdo con Génesis 10, jafetitas ocuparon los territorios que se encuentran al Norte, Noreste y Noroeste de Canaán.  Con algunas excepciones, los camitas ocuparon la parte norte de África, y en particular ese hijo de Cam llamado Canaán habitó en la tierra de Canaán, la tierra prometida para Israel.  Los semitas o pueblos semíticos ocuparon grandes territorios de la península arábiga.

 

Aunque el registro de Génesis 10 es sumamente selectivo y está diseñado para proporcionar únicamente pautas generales de los movimientos migratorios, esto le bastó a Moisés para ilustrar algunos patrones que caracterizaron en el largo plazo la interacción humana en el nuevo orden después del diluvio. 

 

43        Ya que hemos visto la estructura literaria del énfasis que Moisés pone en los hijos de Noé en Génesis capítulos 9 y 10, podemos ahora revisar la segunda porción del nuevo orden después del diluvio: la destrucción de la ciudad de Babel en el capítulo 11 versículos 1 al 9. 

 

44        La historia de la torre de Babel tiene una estructura literaria simétrica compuesta por cinco etapas o momentos dramáticos.  La narrativa comienza con la mayor parte de la humanidad unida en la primera etapa que comprende los versículos 1 y 2. 

 

En contraste con esto, cuando la narrativa concluye en los versículos 8 y 9 Dios ha dispersado a la humanidad sobre la tierra confundiendo su lenguaje. 

 

¿Pero cómo fue que la humanidad pasó estar unida y con una sola lengua a estar dispersa y teniendo muchas lenguas? La porción media de la narrativa explica lo que sucedió. 

 

La segunda etapa, en los versículos 3 y 4, nos habla del plan que tenía la gente. Pretendían construir una ciudad con una gran torre que alcanzara el cielo para así volverse absolutamente invencibles y alcanzar fama para la posteridad.

 

Sin embargo, la cuarta etapa de esta narrativa establece el balance al reportar en los versículos 6 y 7 el plan de Dios para contrarrestar el plan humano. Dios convocó a su ejército celestial para atacar la ciudad confundiendo el lenguaje de la gente y así detener la construcción de la ciudad y su torre. 

 

El epicentro o punto de cambio de esta historia se encuentra en el versículo 5, donde Dios le echa un vistazo a la ciudad y a su torre. Una vez que vio la ciudad y los soberbios planes de sus habitantes, Dios determinó poner fin a la ciudad de Babel. 

 

46        Vemos entonces que, de acuerdo con Moisés, la vida después del diluvio estaba lejos de ser el paraíso que hubiésemos esperado.  Por el contrario, el relato de los hijos de Noé muestra que el nuevo orden incluye complejas interacciones entre diversos grupos de seres humanos.  Es también un mundo más desafiante en contra de Dios, pero también vemos que a su tiempo Dios derrota a aquellos que lo desafiaban.  Aunque estas estructuras del nuevo orden podrían parecer extrañas en nuestros días, veremos que su mensaje fue muy claro a la luz de las experiencias de los Israelitas para quienes Moisés escribió estos capítulos originalmente. 

 

47        Ahora que hemos visto la estructura literaria de Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9, podemos hacernos una segunda pregunta: ¿Por qué escribió Moisés su relato del diluvio y del nuevo orden resultante?  ¿Qué lecciones estaba enseñándoles a los Israelitas mientras iba guiándolos hacia la tierra prometida?

 

48        Está por demás decir que Moisés escribió acerca del diluvio y del curso del nuevo orden  para informar a Israel de los hechos de este período de la historia primigenia.  Sin embargo, su registro es tan selectivo y está tan orientado hacia temas particulares que no podemos pensar que eso era todo lo que Moisés tenía en mente. Moisés escribió no sólo para reportar el pasado, sino para guiar al propio Israel en esa época.

 

49            Descubriremos el propósito de Moisés mediante el análisis de las tres porciones que componen el pasaje de Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9.  Primero examinaremos el significado original de la narrativa del diluvio.  Después iremos al registro de Moisés acerca de los hijos de Noé.  Y, por último, nos ocuparemos de las implicaciones originales de esta última porción de la historia primigenia - la destrucción de Babel.

 

Veamos primero cómo relacionó Moisés el diluvio con las experiencias del Israel de su época.

 

50        Para discernir cómo uso Moisés la narrativa del diluvio, veremos dos aspectos de la historia: en primer lugar, las conexiones que estableció entre el diluvio y el éxodo; y en segundo lugar, las implicaciones de estas conexiones para Israel.

 

51        Moisés estableció conexiones entre el diluvio y su tiempo presentando a Noé en forma tal que resaltaba los aspectos en que sus y ministerios eran semejantes.  Claro que las vidas de Noé y de Moisés eran diferentes en muchos aspectos,  y estas diferencias no deben ignorarse.  Sin embargo, también es evidente que Moisés a propósito presentó a Noé de manera tal que los lectores Israelitas pudieran ver a Noé como un precursor de Moisés.

 

52        Existen por lo menos ocho conexiones significativas entre Noé y Moisés:

 

1.         En primer lugar, Moisés señaló una conexión entre Noé y él mismo en relación con la violencia.  Recordemos que de acuerdo con Génesis capítulo 6 versículo 13 el diluvio vino porque el mundo estaba lleno de violencia.   Éxodo capítulos 1 y 2 nos dejan muy claro que los Egipcios habían afligido con mucha violencia al pueblo de Israel antes del llamamiento de Moisés.  Moisés rescató a Israel de manos de Egipto como respuesta a la violencia inflingida en contra de su pueblo.  De manera que la obra de ambos, tanto de Noé como de Moisés, fue rescatar de la violencia al pueblo de Dios.

 

2.         Una segunda asociación aparece en el uso que Moisés hace del término “arca.”  La palabra Hebrea para referirse al arca de Noé a lo largo de Génesis capítulos 6 al 9 es “tevah”.  Curiosamente, el único otro lugar en donde Moisés utiliza el término tevah es en Éxodo capítulo 2 versículos 3 y 5.  Allí se refiere a la canasta en donde su madre lo puso como en un arca o tevah.  Aunque el arca de Noé era enorme en comparación con el arca de Moisés que era muy pequeña, Moisés enfatizó el hecho de que tanto él y como Noé habían sido rescatados de las aguas de la muerte por medio de un arca o tevah.

 

3.         En tercer lugar, la importancia de los pactos divinos también establece a Noé como precursor de Moisés.   Como hemos visto, de acuerdo con Génesis capítulo 6 versículo 18 y capítulo 9 versículos 11 al 17, Dios hizo un pacto con Noe como representante de toda la raza humana.  Y por supuesto que sabemos que una de las funciones primordiales de Moisés en favor Israel fue mediar un pacto divino.  Como lo ilustra magníficamente Éxodo capítulos 19 al 24, Moisés fue escogido para encabezar a Israel en la celebración de un pacto especial con Jehová al llegar al Monte Sinaí. 

 

4.         El papel central que ocupa el juicio por medio de las aguas, establece una cuarta conexión entre estos dos hombres.  En Génesis capítulos 6 al 9, Dios liberó a Noé y a su familia manteniéndolos a salvo de un diluvio que destruyó la maldad sobre la tierra.  De manera muy similar, de acuerdo con Éxodo capítulos 13 al 15, Moisés sacó a Israel de Egipto cruzando por en medio del Mar Rojo, cuyas aguas, en cambio, destruyeron al ejército de sus opresores egipcios.

 

5.         En quinto lugar, Dios hizo soplar viento para mover las aguas tanto en los días de Noé como en los de Moisés.  Como hemos leído, de acuerdo con Génesis capítulo 8 versículo 1, Dios envió un viento para hacer disminuir las aguas del diluvio.  De manera similar, de acuerdo Éxodo capítulo 14 versículo 21, con respecto al Mar Rojo, “hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental.”

 

6.         Una sexta conexión aparece en el énfasis puesto en los animales.  Como nos dice Génesis capítulo 6 versículo 19, Dios mandó a Noé que metiera animales al arca. Curiosamente, por lo menos en 4 ocasiones, el libro de Éxodo menciona los muchos animales que salieron de Egipto con los Israelitas.  Así como en los días de Noé Dios ordenó traer animales al nuevo mundo, también en los días de Moisés ordenó traer animales a la tierra prometida.

 

7.              Séptimo, la expresión “...se acordó Jehová...” también relaciona a Noé con Moisés.  Como vimos en Génesis capítulo 8 versículo 1, cuando las aguas azotaban furiosas en los días de Noé, Dios actuó en favor de Noé porque se acordó de él.  Dios había hecho un pacto con Noé de que habría de sacarlo a salvo del diluvio, y Dios se acordó de dicho pacto.  De la misma manera, Dios declaró a Moisés que rescataría a Israel de Egipto porque se acordó de su pacto. 

 

53            Escuchemos lo que dijo Dios a Moisés en Éxodo capítulo 6 versículo 5:

 

“ Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.” 

 

El hecho de que Dios se acordara de sus pactos jugó un papel vital tanto en el diluvio como en el éxodo.

 

8.            Finalmente, la bendición de la naturaleza también asocia a Moisés con Noé. 

 

Noé introdujo a la raza humana a un nuevo mundo respecto en el cual, conforme a la promesa de Dios, habría un orden natural durable y estable que beneficiaría a la humanidad. De igual manera, Moisés le dijo a Israel que en la tierra prometida, la naturaleza permanecería constante y de beneficio para la humanidad. 

 

57            Teniendo en mente estas conexiones entre  Noé y  Moisés, podemos ver ahora las implicaciones de estos paralelos para la nación de Israel. ¿Por qué estableció Moisés estas conexiones? 

 

58        Para entender las implicaciones originales de este material, debemos recordar que el pueblo de Israel se había rebelado seriamente en contra de Moisés, cuestionando su autoridad y la prudencia su programa de éxodo y conquista.  Estos desafíos a su ministerio llevaron a Moisés a establecer conexiones que existían entre él  y Noé. 

 

59        Dios había usado a Noé en el rescate por medio del diluvio para redimir a la humanidad de la horrible violencia y para re-establecer a la raza humana en un nuevo mundo de grandes bendiciones.  De igual manera, Dios había escogido a Moisés para que rescatara a Israel de la horrible violencia de Egipto e introducir a Israel al nuevo mundo de la tierra prometida.  El plan de Moisés para  Israel era tan similar a lo ocurrido en el  diluvio que nadie podría negar que venía de la mano de Dios.

 

60        Ahora que hemos visto el significado original del rescate por medio del diluvio, veamos el registro que Moisés hace acerca de los hijos de Noé, en Génesis capítulo 9 versículo 18 al capítulo 10 versículo 32.  ¿Por qué incluyó Moisés este material en su historia primigenia?  ¿Cuál era su propósito al llamar la atención de Israel hacia estos asuntos?

 

61        Para examinar esta porción del registro de Moisés, revisaremos tres asuntos: primero, la atención que le pone a Canaán; segundo, el tema de conflicto; y tercero, las implicaciones de estos motivos para Israel.  Consideremos primero la manera en que Moisés fijó su atención en Canaán, el hijo de Cam. 

 

62            Recordemos que al despertar de su embriaguez, Noé se dio cuenta de que Cam lo había deshonrado, y de que Sem y Jafet lo habían honrado.  Ahora bien, parecería razonable que Noé se hubiera enojado con Cam y lo hubiera maldecido, así como que hubiera bendecido a sus otros hijos.  Pero no fue eso lo que sucedió. 

 

63            Escuchemos todo lo que Noé dijo en Génesis capítulo 9 versículos 25 al 27:

 

" Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos." 26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. 27 Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo." 

 

Como vemos en este pasaje, Sem y Jafet recibieron recompensas apropiadas por su rectitud, pero Cam ni siquiera es mencionado aquí.  En lugar de ello, fue Canaán, el hijo de Cam, el que recibió la maldición de Noé. 

 

64        Cuando revisamos con cuidado esta historia, nos damos cuenta de que Cam tiene un papel diferente al de sus hermanos.  En pocas palabras, Cam tiene muy poca importancia a parte del hecho de que era el padre de Canaán.  Notemos la manera en que Moisés escribió acerca de Cam en esta narrativa.  En el capítulo 9 versículo 18 leemos lo siguiente:

 

“Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.”

 

La misma identificación vuelve a aparece en el capítulo 9 versículo 22:

 

 “Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre.”

En muchos aspectos, Cam desaparece en el fondo de esta historia y su hijo Canaán toma su lugar junto a Sem y Jafet.

 

66            Teniendo el énfasis especial de Moisés en Canaán en mente, podemos dirigirnos al segundo aspecto que aparece referente a los hijos de Noé: el conflicto en el nuevo orden después del diluvio. 

67        El tema de conflicto juega un papel principal en la atención de Moisés hacia los hijos de Noé.  Pasar por alto este tema es perder el aspecto más importante de la historia.  La idea de conflicto aparece también en Génesis capítulo 9 versículos 25 al 27.

68        " Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos." 26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. 27 Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo."

Nota cómo Moisés acentúa la seguridad de conflicto al repetir la maldición de Canaán tres veces en este pasaje.  En el versículo 25 él pronuncia la maldición de que Canaán será "siervo de siervos"  o el tipo de esclavo más bajo que se pueda imaginar.  En el versículo 26, Noé predijo que Canaán iba a ser siervo de Sem.  Y en el versículo 27, Moisés agregó que Canaán se convertiría en esclavo de Jafet también.  A través de esta repetición, Moisés enfatizó el hecho de que Canaán ciertamente sería conquistado por sus hermanos.

Más aún, es importante notar que estos versículos retratan a Sem como el vencedor principal sobre Canaán.  En el versículo 27, las palabras “y habite [Jafet] en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo” pueden traducirse mejor así “y habite Jafet en las tiendas de Sem para que Canaán pueda ser su siervo”  [poner Hebreo].  La idea de Noé parece ser  que Canaán llegará a ser subordinado a Jafet solamente en tanto que Jafet una fuerzas con Sem.  De hecho, Moisés creía que Sem tenía que tomar el liderazgo de subyugar a Canaán.

Así que vemos en este pasaje que Moisés estableció un rasgo importante del nuevo orden después del diluvio, que difícilmente pudo haberse esperado.  Él entendió que la humanidad futura estaría vinculada a un conflicto dramático en el que los descendientes de Sem subyugarían a los descendientes de Canaán.

69        A la luz de la atención de Moisés a Canaán y el del tema del conflicto, estamos en posición de ver las implicaciones originales de los hijos de Noé para el antiguo Israel.  ¿Por qué incluyó Moisés estos eventos en su registro del nuevo orden después del diluvio? 

70        Moisés tuvo una razón muy específica para describir el nuevo orden de esta manera.  El conflicto entre Sem y Canaán habló directamente a las necesidades de su audiencia Israelita.  Se dirigía a una dimensión crucial de sus vidas.

71        La clave para entender el propósito de Moisés aparece en Génesis capítulo 10 versículos 18 y 19.  Después de enlistar algunos de los descendientes de Canaán, Moisés escribió que

“... Y después se dispersaron las familias de los cananeos. 19 y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma y Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.”

72        Esto más bien específica referencias geográficas que eran familiares a los lectores Israelitas de Moisés.  Los descendientes de Canaán, o los Cananeos, se había establecido en la región que iba de norte a sur de Sidón a Gaza, y al este de la región de Sodoma y Gomorra.  Moisés estaba especialmente preocupado con aquellos descendientes de Canaán que se habían establecido en la tierra prometida.

73        Como la nación Semita especialmente llamada por Dios, el pueblo de Israel tenía que ir a esta tierra de los cananeos y reclamarla como suya.  

74        Así que vemos que los registros de Moisés acerca de los hijos de Noé no estaban diseñados simplemente para dar un recuento del pasado.  Estaba diseñado para dar un trasfondo al llamado que Moisés hacía a Israel para ir adelante a la conquista, justamente como Dios lo había ordenado en la historia primigenia.  Como resultado, los Israelitas  que resistieron el llamado de Moisés de tomar la tierra de Canaán no estaban simplemente resistiendo a Moisés.  De hecho, estaban resistiendo el plan de Dios, el orden que Dios había establecido para el mundo después del diluvio.

75        Ahora que hemos visto cómo los recuentos del diluvio y de los hijos de Noé se aplican a los lectores originales, debemos dirigirnos a nuestro tercer enfoque: la intención original de Moisés cuando escribió acerca de la destrucción de Babel en Génesis capítulo 11 versículos 1 al 9.

76        Para entender cómo quería Moisés que los Israelitas aplicaran a sus vidas la historia de la destrucción de Babel, veremos tres aspectos en este pasaje: primero, la descripción de Moisés de la ciudad; segundo, su descripción de la victoria de Jehová; y tercero, las implicaciones para los Israelitas mientras se dirigían a la tierra prometida. Veamos primero la descripción de la ciudad..

77            Debemos notar que el nombre de la ciudad, Babel, corresponde a la ciudad que más tarde vino a ser conocida como Babilonia. 

77a      En los tiempos de Moisés, la ciudad de Babilonia era bien conocida en el antiguo cercano oriente.  Había sido un centro de civilización por muchos años y su reputación había alcanzado proporciones místicas.   Así que cuando Moisés escribió acerca de un lugar llamado Babel después del diluvio, sus lectores Israelitas pudieron reconocer inmediatamente este lugar como el origen primitivo de un gran centro urbano. 

 

79        Un segundo aspecto importante de Génesis capítulo 11 versículos 1 al 9 es la manera en que Moisés describió la victoria de Jehová sobre esta ciudad primitiva.  En varios puntos de su historia, Moisés expone la grandeza de la victoria de Dios al contrastar las perspectivas de los habitantes de Babel con su propia y verdadera perspectiva. 

80        Por ejemplo, considera la manera en que Moisés manejó el tema de la dispersión, o los verbos Hebreos que pone. Por un lado, los habitantes de Babel estaban muy preocupados con la posibilidad de que fueran esparcidos.  En el capítulo 11 versículo 4 encontramos que ellos construyeron la ciudad para que “no fueran esparcidos sobre la faz de la tierra.” 

Pero en contraste, Moisés reportó dos veces que Dios hizo precisamente lo que la gente de Babel no quería que sucediera.  En el capítulo 11 versículo 8 leemos que Jehová los esparció... sobre la faz de toda la tierra.  Y otra vez en el capítulo 11 versículo 9 encontramos que “Desde allí Jehová los esparció sobre la faz de toda la tierra.”

 

81            Frecuentemente en el Antiguo Testamento, el término esparcir tiene una connotación muy negativa de la derrota absoluta en la batalla.  Los soldados vencidos son esparcidos y sus enemigos los persiguen, matándolos mientras huyen.  Y también esta es su connotación en esta historia.

Moisés presentó esta historia como un registro de una victoria asombrosa para Jehová. Jehová llamó a su ejército celestial para pelear en contra de la ciudad de Babel, y a perseguir a sus habitantes que huían por toda la faz de la tierra.

82        Otra manera en que Moisés contrastó su perspectiva con la de los habitantes de Babel fue con respecto al tamaño de la ciudad y su torre. De acuerdo a Génesis capítulo 11 versículo 4, los Babilonios querían una torre que alcanzara el cielo, el lugar de sus dioses.  Pero Moisés se mofó de esta idea.  En su lugar, en Génesis capítulo 11 versículo 5 él escribió:  

"Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.”  La palabra Hebreo “yarad,” que se traduce aquí  “descender” tiene una connotación bastante específica en esta historia.  Dios no simplemente notó la ciudad, el ni siquiera simplemente vino a la ciudad.  En cambio, mientras que los Babilonios querían  construir una torre que alcanzara el cielo, Moisés insistió en que Jehová había descendido del alto cielo solamente para ver la ciudad. 

83        Así que Moisés se burló de las pretensiones de los habitantes de Babel.  Desde el punto de vista de Jehová, esta ciudad era poco menor a una manchita.

84            Finalmente, podemos notar cómo la derrota de Babel guió a Moisés a ridiculizar la reputación de esta ciudad primitiva.  Los habitantes de la ciudad la llamaron Babel. En los lenguajes de Mesopotamia, el término “babel” significaba “el portón de dios.”  Este nombre expresaba la creencia que sus zigurates, de hecho formaban una entrada a los dioses, y que ellos estaban seguros por los poderes del cielo.

            Pero Moisés tenía un punto de vista diferente del nombre de la ciudad. Debido a que Jehová había derrotado severamente a Babel, la ciudad claramente no era el portón de Dios. Así que, ¿qué significaba el nombre entonces?

85        La notable respuesta sarcástica de Moisés aparece en Génesis capítulo 11 versículo 9:  9 “Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra...”

 

Para entender el sarcasmo de Moisés en este versículo necesitamos entender cómo jugó con los sonidos de dos palabras Hebreas.  Primero dijo, “Por esto fue llamado el nombre de ella Babel.”  La palabra Hebrea para “Babel” es simplemente “babel,” una versión Hebrea de cómo llamaban a ese lugar los de Mesopotamia.  Pero entonces Moisés explicó que la ciudad tenía este nombre porque el Señor confundió el lenguaje humano allí.  La palabra Hebrea traducida como  “confundió” es “balal,” que suena lo suficientemente similar a “babel” en Hebreo y por eso el sarcasmo de Moisés funcionó.  Él ultrajó a la antigua ciudad diciendo que la verdadera razón por la que fue llamada Babel fue porque “balal” o confusión se llevó a efecto allí.

86        Así que, desde el punto de vista de Moisés el nombre Babel era apropiado para este lugar, no porque fuera el portón de dios, sino porque fue un lugar de confusión, confusión para todo el mundo.

            A través de este sarcasmo Moisés revirtió absolutamente la reputación asombrosa que tenía Babilonia en sus días.  Él dirigió a los Israelitas en deleitosas risas al contarles la victoria de Jehová Dios y al decir una broma de la ciudad más grande de la historia primigenia.

87        Con la descripción de la ciudad y la victoria de Jehová en mente, estamos en posición de ver las implicaciones de esta historia para el pueblo de Israel cuando se dirigían a la tierra prometida. 

88        Como sabemos, en Cades Barnea Moisés envió espías a la tierra de Canaán quienes regresaron con reportes malos.  Ellos clamaban que Israel no podría conquistar la tierra de Canaán porque las fuerzas allí eran demasiado grandes.  Como resultado, los Israelitas le dieron la espalda a la conquista y pasaron los próximos 40 años vagando en el desierto.  Fue hasta que la próxima generación llegó a ser adulta que Moisés estaba listo para trasladar a Israel hacia Canaán una vez más.

Uno de los aspectos de estos reportes malos nos ayudan a entender el significado de la destrucción de la Babel primitiva. 

89            Escucha lo que dijeron los espías acerca de las ciudades de Canaán como se registra en Deuteronomio capítulo 1 versículo 28. '...Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo..."

            Desafortunadamente, la mayoría de las traducciones modernas de este versículo fallan en hacer la conexión entre esta descripción de las ciudades cananeas y la torre de Babel.

90        Cuando los espías hablaron de “murallas hasta el cielo” el término para “cielo” es la palabra Hebrea “shamayim,” que frecuentemente se traduce como “cielo.”  De hecho, es el mismo término usado acerca de la torre de Babel cuando se le describe como “una torre cuya cúspide llegue al cielo" en Génesis capítulo 11 versículo 4.  En ambos casos, la idea era que las ciudades fueran invencibles porque habían llegado a lo más alto del cielo.

            Así es que Moisés hizo una conexión entre la ciudad primitiva de Babel y las ciudades de Canaán. Los Israelitas pensaron que las murallas de las ciudades de Canaán alcanzaban el cielo, muy semejante a aquellos que construyeron la torre de Babel y pensaron que sus zigurates alcanzaron el cielo.

91        Esta conexión entre la ciudad de Babel y las ciudades de Canaán trae a la luz el propósito de Moisés.  Dicho sencillamente, las ciudades Cananeas ante el pueblo de Israel pudieron parecer alcanzar el cielo, pero en realidad no eran rival para el poder de Jehová.  En los días primitivos, Jehová se movió en contra de la ciudad más grande conocida por la humanidad, cuya torre supuestamente llegaba al cielo también.  Aún así esta ciudad primitiva, que era la más grande de Canaán, fue fácilmente destruida por Jehová.

 

92       

Así como Dios había dado a la raza humana un nuevo orden a través del diluvio, Él había rescatado a Israel de manos de Egipto.  Y así como Dios había ordenado el conflicto entre Sem y Canaán, Moisés estaba dirigiendo a Israel hacia la tierra de los Cananeos.  Y así como Dios destruyó la gran ciudad de Babel, pronto daría la victoria a Israel en contra de las ciudades de Canaán. En estos capítulos de la historia primigenia, el pueblo de Israel debió haber entendido que seguir a Moisés hacia la tierra prometida era moverse en la dirección correcta. 

            III.

93        Hasta aquí hemos visto la estructura literaria y el significado primigenia del registro de Moisés de Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9.  Ahora estamos listos para hacernos una tercera pregunta. ¿Cuáles son algunas de las maneras en que debemos aplicar este material a nuestras vidas hoy en día?

94        En nuestra manera usual, aplicaremos esta pregunta siguiendo la descripción del NUEVO TESTAMENTO de estas tres etapas del Reino de Cristo. Veremos en primer lugar cómo el diluvio de liberación y el nuevo orden resultante se aplican a la inauguración del Reino en la primera venida de Cristo.  Después nos dirigiremos a la relevancia de estos asuntos para la continuación del Reino a lo largo de la historia de la iglesia.  Y finalmente, examinaremos cómo aplica el NUEVO TESTAMENTO esta posición de la historia primitiva de la consumación del Reino cuando Cristo regrese en gloria. 

95        Al acercarnos a los capítulos finales de la historia primitiva de Moisés, descubriremos que el NUEVO TESTAMENTO extiende el propósito original de Moisés para Israel dentro de las tres etapas del reino de Cristo, su trabajo en el pasado, en el presente y en el futuro.  Vamos a ver primero las maneras en que el NUEVO TESTAMENTO ve estos temas a la luz de la primera venida de Cristo.

96        En la inauguración del Reino, Cristo logró una gran salvación a favor de su pueblo en tales formas que correspondieron a los temas que Moisés enfatizó en Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9.  Podemos ver estas conexiones por lo menos de dos maneras: el pacto que Cristo medió y la victoria consumada. 

            Por un lado, Cristo trajo libertad a su pueblo por medio de un pacto que los rescató del juicio de Dios. 

97        Como hemos visto, Noé jugó un papel especial como mediador de un pacto, y Moisés utilizó este hecho en tanto que explicaba su propio ministerio a Israel.   De un modo similar, el NUEVO TESTAMENTO enseña que Cristo es nuestro libertador porque el medió un nuevo pacto cuando vino a esta tierra. 

98        A menudo los Cristianos fallan en darse cuenta de que Cristo vino a esta tierra  cuando el pueblo de Dios estaba bajo juicio divino.  Debido a que Israel violó notoriamente los pactos del ANTIGUO TESTAMENTO, en 586 AC los Babilonios destruyeron Jerusalén y el pueblo de Israel nunca se recuperó totalmente de la dominación extranjera. 

Pero el profeta Jeremías predijo que Dios redimiría a un pueblo del fuego del exilio estableciendo un nuevo pacto en el futuro. 

99        En Jeremías capítulo 31 versículo 31 el profeta anunció, 31 "He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.”

Como la mayoría de los Cristianos sabe, el NUEVO TESTAMENTO enseña que Jesús vino a esta tierra como el mediador de este nuevo pacto. 

100      Jesús mismo reconoció este rol para sí mismo cuando habló a sus discípulos en la última cena. Como leemos en Lucas capítulo 22 versículo 20, él les dijo:  "...Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”

 

101      Así vemos que, de la misma manera en que Noé liberó de juicio siendo mediador de un pacto divino, en la inauguración del Reino, Jesús liberó de juicio a aquellos que confiaban en él a través de la mediación del nuevo pacto por medio de su sangre que vertió en la cruz.

102            Además de traer un nuevo pacto, el ministerio de Jesús cumplió el tema de victoria en guerra santa.

Moisés se enfocó en el tema de la guerra santa como una parte del nuevo orden después del diluvio. Él estableció que el nuevo orden del mundo requería que Israel se moviera hacia delante a la conquista de Canaán, y les aseguró una gran victoria. 

103      En comparación, escucha la manera en que Pablo describió la victoria de Cristo en la inauguración del Reino en Colosenses capítulo 2 versículo 15:

“15 Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” 

Como vemos aquí, la victoria de Jesús en su primera venida no fue política, sino espiritual.   La muerte y resurrección de Jesús inició la derrota de los poderes malignos y de las autoridades espirituales que gobernaban al mundo en sus días.  Su trabajo de redención hizo de ellos un espectáculo público como Jehová lo había hecho de la ciudad de Babel, y   las grandes ciudades de Canaán. 

104      En este sentido, Jesús no solamente liberó a través de su nuevo pacto, sino también fue victorioso sobre las fuerzas espirituales de las tinieblas en su muerte y resurrección.  Los seguidores de Cristo ven el ministerio terrenal de Él como el principio de la victoria final prometida mucho tiempo atrás en el libro de Génesis.

105  Como deberíamos esperar, el NUEVO TESTAMENTO no simplemente relaciona los temas de Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9 con la primera venida de Cristo.  También lo aplica a la continuación del Reino, el tiempo en el que ahora vivimos.  El NUEVO TESTAMENTO describe el tiempo entre la primera y la segunda venida de Cristo por lo menos en dos formas que se relacionan a los últimos capítulos de la historia primigenia de Moisés. 

106      Estas perspectivas se relacionan directamente a la importancia del  bautismo y de la guerra espiritual en la vida Cristiana. Al estar viviendo la vida Cristiana en esta época, nos damos cuenta de la importancia del diluvio de Noé y del nuevo orden establecido después del diluvio.

107      Un pasaje del NUEVO TESTAMENTO en particular describe el bautismo en relación con el diluvio de la liberación en los días de Noé.  Escucha lo que escribió el apóstol Pedro en 1 Pedro capítulo 3 versículos 20 al 22.

 “...cuando una vez esperaba la paciencia de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas del agua. 21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, 22 quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.”

 

En este pasaje extraordinario Pedro conectó directamente la experiencia de salvación de cada persona durante la continuación del Reino con el diluvio de los días de Noé.  Él comenzó notando que Noé y su familia fueron salvos por el agua. Su rescateación por el agua abrió el camino a la humanidad para entrar a un mundo renovado de bendiciones. 

Pero nota también que Pedro hizo una relación específica entre el agua del diluvio de Noé y la vida Cristiana enfocándose en el bautismo.  Él dijo que el agua en los días de Noé simbolizaron o anticiparon el agua del bautismo Cristiano. 

108      Como hemos visto en esta lección, el agua de los días de Noé limpió al mundo de una corrupción terrible y abrió el camino para una nuevo comienzo así como el paso de Moisés a través del Mar Rojo quitó la tiranía de Egipto y trajo un nuevo comienzo para la nación de Israel.  De una manera similar, el agua del bautismo limpia a los creyentes de sus pecados y les concede un nuevo comienzo de vida eterna en Cristo.

109      Ahora debemos notar cuidadosamente que 1 Pedro 3:21 establece que el bautismo salva solamente en el sentido de que es una promesa de buena consciencia hacia Dios. En otras palabras, no más lavarse con agua durante el bautismo no salva a nadie. En cambio, cuando el bautismo se toma como una promesa de un corazón perdonado y limpiado del pecado por la fe en Cristo simboliza la salvación.

110      Así es que el NUEVO TESTAMENTO aplica el diluvio de liberación en los días de Noé a la continuación del reino afirmando que cada vez que un individuo viene a Cristo con una fe salvadora, él o ella es llevado por las aguas limpiadoras del bautismo y a una nueva vida, así como Noé fue llevado por las aguas del diluvio a un nuevo mundo.

111     Sin embargo, como hemos visto, la historia primigenia de Moisés indicó que el agua del diluvio de Noé entregó a la humanidad en una guerra santa. Originalmente Moisés llamó la atención a este hecho para animar a Israel a conformarse a este nuevo orden yendo a la conquista de Canaán. De manera similar, el NUEVO TESTAMENTO aplica esta enseñanza a la continuación del Reino al describir la guerra espiritual que enfrenta cada creyente.   

 

112            Escucha la forma en que Pablo puso esto en Efesios capítulo 6 versículos 11 y 12:

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

 

113      Este y muchos otros pasajes del NUEVO TESTAMENTO simplemente enseñan que los Cristianos hoy en día están en guerra con el mal. Desafortunadamente, muchos Cristianos hoy en día fracasan en adoptar esta dimensión de sus vidas espirituales, como los Israelitas que seguían a Moisés trataron de evitar la conquista de Canaán.  Pero la perspectiva del NUEVO TESTAMENTO es clara.  Debemos de unirnos a la batalla espiritual.

114  Como Pablo lo puso en Efesios 6:13.

“13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”

Si nos ponemos la armadura de Dios, seremos victoriosos en nuestra guerra espiritual.

115  Vemos entonces, que así como el NUEVO TESTAMENTO conecta la librescateeración de Noé por el diluvio con nuestro rescate por el bautismo, también enseña que así como el mundo primigenia enviado a la guerra, el bautismo Cristiano nos hace entrar en una guerra espiritual cada día de nuestras vidas.

116      A la luz de la manera en que el NUEVO TESTAMENTO aplica los últimos capítulos de la historia primigenia a la inauguración y consumación del Reino, no es sorprendente descubrir que la consumación del Reino se describe también en términos del diluvio de Noé y la guerra del nuevo orden primigenia.

117      Los escritores del NUEVO TESTAMENTO hicieron estas conexiones al describir el regreso de Cristo en gloria como el cataclismo y la batalla final.

 

118      En 2 Pedro 3 encontramos una asociación explícita del diluvio primigenia de Noé con el regreso de Cristo en gloria.  Escucha la manera en que Pedro comenzó esta discusión en los versículos 3 al 6.

 "sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste. 6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua."

En este pasaje Pedro corrigió a los que se mofaban y señalaban la uniformidad del mundo como una prueba de que Jesús no regresaría. 

119  Ellos creían que desde el tiempo de la creación, todo había permanecido uniforme.  Nada había roto el mundo de la manera en que Dios lo había hecho desde el principio. Y puesto que nada había cambiado, creían que nunca lo iba a hacer. 

Pero Pedro apeló a los registros de Moisés con relación al diluvio de Noé para probar lo contrario. Dios creó el mundo del agua en el principio, pero durante los días de Noé el mundo fue destruido por el diluvio.  Un cataclismo mayor había ocurrido en la historia del mundo. Dios había intervenido y destruido el mundo en los días de Noé.

120      Pero ahora escucha las conclusiones de Pedro en 2 Pedro capítulo 3 versículo 7: 

7 "pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos."

121      Dicho simplemente, Pedro argüía que así como el mundo primigenia había llegado a un fin, los cielos y la tierra que existen ahora llegarían a un fin al regresar Cristo en juicio.  Ciertamente, este tiempo de juicio vendrá por fuego y no por agua, pero podemos estar seguros que cuando Dios decida actuar en contra el pecado en el mundo por última vez, será a través de una gran destrucción cósmica, muy parecida a la del diluvio primigenia.

122      De esta manera,  el NUEVO TESTAMENTO nos enseña a ver el regreso de Cristo en términos del diluvio de Noé. En los días de Noé, los malos fueron juzgados y quitados de la tierra por un gran levantamiento cósmico.  De una manera mucho más grande, cuando Cristo regrese en gloria, habrá un cataclismo que absolutamente va a romper el mundo cómo lo conocemos.  Los malos serán quitados de la tierra y todos los que siguen a Cristo serán   enviados a un gran cielo nuevo y a una gran tierra nueva eternales. 

123      Sin embargo, como hemos visto, en la historia primigenia del diluvio de Noé fue acompañada por el conflicto y la guerra entre el pueblo de Dios y los enemigos de Dios.  Siguiendo esta línea de asociación, el NUEVO TESTAMENTO describe también el regreso de Cristo como una batalla final cósmica.

124            Escucha la manera en que el apóstol Juan escribió acerca del regreso de Cristo en Apocalipsis capítulo 19 versículos 11 al 16:

 11 "Entonces vi el cielo abierto; y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.  14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.  16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

En el lenguaje espectacular de la visión apocalíptica, Juan declaró que el regreso de Cristo sería una batalla mundial en la que Cristo mismo aparecería y destruiría a todos sus enemigos.  La gloria de una victoria eternal vendría a aquellos que han confiado en Cristo para salvación, pero juicio y destrucción caerán sobre aquellos que lo han rechazado.

125      Así vemos que justamente como la historia primigenia terminó en una gran victoria de Dios sobre sus enemigos, y así como Moisés dirigió a Israel hacia la conquista de Canaán, el Nuevo Testamento presenta la consumación del Reino de Cristo como la última realización  de la guerra de Dios contra el mal.  Dios permanece decidido a establecer su Reino en contra de todos sus adversarios.  Cuando Cristo regrese en gloria, este propósito divino será totalmente alcanzado. Los malos serán destruidos y el pueblo de Dios en Cristo gozará una victoria eterna y paz en el nuevo cielo y en la nueva tierra.

126      En esta lección hemos visto Génesis capítulo 6 versículo 9 al capítulo 11 versículo 9. En esta sección de la Escritura, Moisés da la dirección correcta al pueblo de Israel en tanto que los dirigía rumbo a la tierra prometida.  Hemos visto la estructura literaria de estos capítulos, y cómo Moisés los diseñó para animar a Israel a avanzar con confianza hacia la conquista de Canaán.  Y también hemos visto cómo aplica el NUEVO TESTAMENTO estos temas a las tres etapas del Reino de Cristo.

Al estar enfrentando las luchas y los retos de vivir para Cristo en este mundo caído, debemos poner en nuestro corazón el mensaje que dio Moisés al pueblo de Israel hace mucho tiempo.  En Cristo, Dios nos ha rescatado de la tiranía del pecado, justamente como liberó al mundo primigenia a través de Noé. Pero también nos ha puesto en un camino que requiere un período de conflicto y lucha en tanto que esperamos el día cuando Cristo traerá la victoria final a su pueblo.  Hasta entonces, sabemos que el mundo en el que vivimos no es perfecto todavía pero podemos estar seguros que seguir a Cristo en su batalla espiritual por el mundo es la dirección correcta.