PARTE
III
APLICANDO LAS NARRATIVAS
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
SINPOSIS
En la primera parte de este estudio,
exploramos las preparaciones necesarias para interpretar las narrativas del
Antiguo Testamento. En la segunda parte esbozamos un número de
procedimientos para la investigación del significado original de estos
textos. La preparación apropiada y la investigación son esenciales
para el entendimiento de las historias del Antiguo
Testamento.
En la tercera parte nos
dirigiremos al último interés principal de este libro, la
aplicación a la vida moderna. Nos iremos más allá de la
exploración, al Espíritu del trabajo en los escenarios originales
de las narrativas del Antiguo Testamento para enfocarnos en lo que significa
para nosotros hoy en día.
La
aplicación para nuestros días involucra muchas consideraciones.
Comenzaremos por bosquejar los objetivos básicos y procedimientos de
aplicación (capítulo 13). Esta discusión
proporcionará un número de definiciones importantes y
pondrá parámetros para los capítulos que
siguen.
El resto de la tercera parte
explorará tres variaciones que debemos siempre recordar al traer las
historias del Antiguo Testamento al mundo moderno. El capítulo 14 trata
con ajustes de la época- los efectos de los cambios
redentores-históricos de la aplicación. El capítulo 15 se
interesa en los ajustes culturales –reconociendo las diferencias
culturales entre nosotros mismos y el Antiguo Testamento. Finalmente, el
capítulo 16 se enfoca en ajustes personales- las maneras en que debemos
de aplicar las historias del Antiguo Testamento a las necesidades particulares
de grupos e individuos hoy
día.
ORIENTACIÓN PARA
LA APLICACIÓN
Mi esposa y yo hemos vivir en muchos
lugares. Cuando nos preparábamos para mudarnos otra vez, íbamos a
nuestros roperos y nos deshacíamos de todo lo que ya no estábamos
usando. Yo siempre objeto cuando veo llevarse mis zapatos ya tan usados y mis
herramientas rotas. Pero mi esposa usualmente insiste: “¿De
qué sirve guardar estas cosas si no las vamos a
usar?”
Tenemos que hacernos la misma
pregunta acerca de las narrativas del Antiguo Testamento. ¿De qué
sirve tenerlas si no las vamos a usar? Dios no nos dio las historias del Antiguo
Testamento para esconderlas en los roperos de nuestras vidas. Él
inspiró estos registros para referirse a los retos de la vida.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios...” (2 Timoteo 3:16ª).
Pero ¿para qué fin? “...de que todo hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:17). A menos
de que apliquemos las historias a la vida contemporánea, no tenemos
razón alguna para guardarlas.
En un
capítulo anterior, identificamos aplicaciones legítimas como parte
del valor total de las historias del Antiguo Testamento. El significado original
de un texto pone los parámetros de interpretación. Las
elaboraciones Bíblicas nos dan intuiciones autoritativas. Las
aplicaciones son las maneras apropiadas en las que el significado original y las
elaboraciones Bíblicas hablan a la vida
moderna.
Aplicar las narrativas del
Antiguo Testamento ocasiona muchos temas complejos. En este capítulo
trataremos con dos asuntos preliminares: el objetivo de aplicación
y el proceso básico de aplicación. ¿Cuál es
nuestro objetivo? ¿Qué procesos nos ayudan a alcanzar este objetivo?
Nuestras respuestas a estas preguntas proporcionan una orientación que
guiará todo nuestro trabajo en este aspecto de
interpretación.
Objetivo de
Aplicación
Una vez me contaron una historia acerca de una
pareja que planeó salir un fin de semana. Ellos pusieron todo en el carro
y empezaron a salir de la vecindad. Al dar la vuelta el esposo hacia el norte,
su esposa comentó: “¡Creo que estás yendo en la
dirección incorrecta!” “No”, contestó.
“Sé como llegar allá”. Ellos siguieron hasta que
llegaron a otra esquina donde tenían que doblar.
“¡Estás yendo en el camino equivocado!” protestó
ella. “Sé como llegar allá”, contestó.
Después de una hora, la esposa no pudo aguantar más.
“¡Nunca llegaremos a la playa si seguimos este camino!”
insistió ella. “¿La playa?”, gritó él.
“¡Creí que estábamos yendo a las
montañas!” Entonces la mujer murmuró sarcásticamente,
“Bueno, creo que no puedes saber cómo llegar allá, si no
sabes a dónde estás
yendo”.
Al aplicar las narrativas
del Antiguo Testamento a la vida moderna, tenemos que saber a dónde
estamos yendo. ¿Qué esperamos lograr en tanto que aplicamos las
narrativas del Antiguo Testamento para nuestro mundo
moderno?
El objetivo de aplicación
puede ser abordado de muchas maneras. Una perspectiva útil es comparar
nuestros objetivos en la aplicación moderna con los objetivos originales
de los escritores del Antiguo Testamento. Como hemos visto en capítulos
anteriores, los escritores del Antiguo Testamento enfrentaron situaciones
similares a las nuestras. Ellos tenían la revelación de las
acciones de Dios desde el pasado y aplicaban esa revelación a sus
lectores contemporáneos. De la misma manera, tenemos la revelación
de Dios en la Escritura ante nosotros y aplicamos esa revelación a
nuestro mundo.
Podemos presionar la
analogía un poco más allá. Los escritores del Antiguo
Testamento tuvieron tres propósitos principales en escribir. Ellos
ofrecían a sus lectores observaciones, anticipaciones e implicaciones.
Estas categorías forman una manera útil de pensar acerca de
nuestro objetivo en la aplicación contemporánea. Hacemos
observaciones para nuestros días, reconocemos anticipaciones para
nuestros días, y apuntamos hacia las implicaciones para nuestros
días.
Observaciones para
nuestros días
La
aplicación trae consigo hacer observaciones del significado original para
nuestros días. Cada intento de sacar la relevancia de un texto debe de
estar basada sólidamente en las observaciones de lo que el escritor
intentaba transmitir a su audiencia original. De otra manera, un texto puede
significar cualquier cosa que queramos que signifique. El punto de vista
ideológico del escritor pone los estándares para la relevancia
contemporánea. Si contradecimos o nos desviamos de este estándar,
nuestros intentos de llevar el texto a la vida contemporánea
serían ilegítimos.
No
obstante, siempre seleccionamos del significado original como aplicamos las
narrativas del Antiguo Testamento. La aplicación es parcial en el mejor
de los casos. Para entender este proceso de selección, consideraremos la
necesidad de selectividad y la guía para la
selectividad.
Necesidad de
selectividad. Cuando sea que apliquemos la narrativa
del
Antiguo Testamento, enfrentamos la
necesidad de selectividad. Los autores del Antiguo Testamento diseñaron
sus historias de tal manera que tuvieran un significado coherente, pero este
significado único siempre consistió de un sin fin de motivos
entretejidos que presentaron un tapiz elaborado a la audiencia original. Algunas
ideas fueron más importantes que otras; los escritores también
fueron más conscientes de algunas de sus intenciones que otros. Bajo la
dirección del Espíritu, sus textos han tenido un impacto
trascedental en las vidas de los
lectores.
Hace algunos años, yo le
pregunté a un pastor cómo aplicaba él las historias del
Antiguo Testamento en sus sermones. “¿Cómo decide que dejar
afuera?” le pregunté. Su respuesta me sorprendió.
“Nunca escogería que decir”, contestó. “¡Yo
aplico el mensaje completo del pasaje a mi
congregación!”
Tu tienes que
admirar la determinación de un pastor que trata de aplicar cada elemento
de un pasaje. Muchos de nosotros únicamente examinamos rápidamente
la superficie con uno o dos puntos. Pero un grave peligro se esconde
detrás de darse cuenta la necesidad de ser selectivos en la
aplicación.
Primero, perdemos de
vista el rico potencial de estos pasajes. Los intérpretes que piensan que
pueden aplicar el pasaje completo de una narrativa del Antiguo Testamento en
simplemente algunos sermones tienen muy poca idea de lo que estos pasajes tiene
que ofrecer. El significado original de las historias del Antiguo Testamento
contiene aplicaciones potenciales. Ningún sermón o serie de
sermones puede aplicar todo.
Segundo, si
pensamos que hemos aplicado el mensaje completo de un pasaje, podemos terminar
nuestro análisis prematuramente. Con la certeza de que hemos aplicado lo
que el pasaje enseña, podemos fallar en ver otras facetas que son de
hecho más relevantes para los lectores
modernos.
Para evitar estos peligros,
debemos reconocer que todas nuestras aplicaciones son selectivas. Tenemos
perspectivas y tiempo limitados. Siempre hay más que aplicar a nuestras
vidas de lo que ya hemos
descubierto.
Guía para la
selectividad. Entonces, ¿cuál es la guía para la
selectividad? ¿Cómo decidimos que enfatizar en nuestras
aplicaciones? En una palabra, debemos de seleccionar aquellos aspectos de las
historias que son más relevantes a nuestras
necesidades.
Debemos de tener cuidado
aquí. De una u otra manera, todo se aplica a nosotros en las historias
del Antiguo Testamento. No importa cuales sean nuestras circunstancias
inmediatas. Pero algunos aspectos de un pasaje hablan más vivamente que
otras a las situaciones que enfrentamos en un punto particular. Al abordar las
historias del Antiguo Testamento debemos de preguntarnos qué necesitamos
obtener de ese pasaje en este punto de la vida. ¿Cuáles son los
asuntos que enfrentamos? ¿Qué desafíos nos confrontan? Para
ser efectivos al aplicar las narrativas del Antiguo Testamento, debemos de
aprender a coordinar las prioridades de nuestras necesidades
contemporáneas con la vasta serie de motivos que presentan estos
textos.
Para tener éxito en la
aplicación no solamente hacemos una exégesis del texto;
también debemos de hacer una exégesis de nuestro mundo.
Desafortunadamente esto es precisamente donde muchos líderes de iglesia
no hacen. Frecuentemente los pastores y los líderes de iglesias saben
mucho de la Escritura pero muy poco de la vida actual. Concentrados en sus
estudios, viven en un aislamiento relativo, desconociendo grandemente las vidas
de la gente a la que ministran.
Consecuentemente, los pastores y maestros
frecuentemente tocan asuntos relativamente sin importancia al aplicar la
Escritura. Ya que saben muy poco de los asuntos que confrontan los creyentes
modernos, terminan tomando el Antiguo Testamento con sus propias necesidades en
mente. Los adolescentes escuchan sermones que, de hecho, hablan a los intereses
de su pastor ya avanzado en años. La gente de negocios escucha
distintivas teológicas esotéricas y nunca oyen cómo vivir
para Cristo en el lugar donde trabajan. Nada puede ser más debilitante a
la aplicación que ser aislado del mundo de aquellos a quienes
ministramos.
Frecuentemente los
estudiantes me piden que les recomiende comentarios del Antiguo Testamento. Tan
extraño como parezca, los comentarios más prácticos de la
historia del Antiguo Testamento es vida contemporánea. Nos
enseña de los puntos fuertes y debilidades de las personas, sus
creencias, sus dudas, sus prioridades y preocupaciones. La aplicación
efectiva requiere que conozcamos a la gente, involucramiento personal, revistas,
libros, televisión, música popular, películas, y similares
son recursos indispensables para aplicar efectivamente las narrativas del
Antiguo Testamento. Si vamos a traer las historias del Antiguo Testamento a la
vida moderna, debemos de dar atención cuidadosa al mundo en el que
vivimos.
En un capítulo anterior,
vimos que el Espíritu Santo ha guiado a la iglesia hacia tres
acercamientos básicos las narrativas del Antiguo Testamento:
análisis literario, histórico y temático. Estos
acercamientos exegéticos ofrecen diferentes estrategias de
selección. ¿Cómo decidimos qué forma de
análisis usar? ¿Cuándo es más apropiado uno que otro?
Mientras que todos los tres acercamientos son altamente independientes, debemos
enfatizar el análisis literario, histórico o temático de
acuerdo a las necesidades específicas de nuestra situación
contemporánea. A veces el enfoque central de una historia habla
forzosamente a nuestras circunstancias; el análisis literario es el
más apropiado en estos momentos. Otras veces las observaciones
históricas tocan nuestras vidas más directamente; el
análisis histórico nos ayuda a satisfacer estas necesidades. En
otras ocasiones un tema secundario de un pasaje sería apropiado a
nuestras circunstancias; entonces el análisis temático llegar a
ser crucial.
Al seleccionar facetas de las
narrativas del Antiguo Testamento, para aplicar a nuestros días, debemos
de preguntarnos qué tipo de análisis se requiere. ¿Encajan
con un acercamiento literario las necesidades que estamos ¿Habla con mayor
efectividad un análisis histórico a nuestras circunstancias?
Debemos de tomar un ángulo temático del pasaje a la luz de los
problemas que estamos enfrentando? Estas preguntas guiarán nuestras
observaciones selectivas en la
aplicación.
Las
anticipaciones de nuestros
días
Para mostrar cómo
afectó sus tiempos la revelación pasada, los escritores del
Antiguo Testamento también señalaron cómo estos eventos
anticiparon las circunstancias de sus lectores. La revelación desde el
pasado estableció un antecedente histórico de realidades
actuales, ofrecieron modelos para ser imitados y evitados, y
presagiaron las experiencias presentes de sus lectores. De la misma
manera, como intérpretes modernos de las historias del Antiguo
Testamento, debemos buscar formas en las que estos textos establecen
dimensiones de nuestras vidas, proporcionan modelos para nuestras
vidas, y presagian nuestras vidas.
Establecen. Las narrativas del
Antiguo Testamento son relevantes al mundo moderno porque establecen dimensiones
para nuestras vidas. Tratan con eventos y temas que forman antecedentes
históricos e ideológicos para nuestra experiencia
contemporánea. ¿Qué eventos han dado forma a nuestros
días? ¿Por qué estamos bajo ciertas obligaciones?
Frecuentemente podemos contestar estas preguntas al examinar las historias del
Antiguo Testamento.
No es difícil
para nosotros aplicar las historias del Antiguo Testamento que fueron
diseñadas para establecer aspectos de la experiencia de la audiencia
original. Por ejemplo, una intención detrás de Génesis
1:1-2:3 fue mostrar que Dios había ordenado el Sabath como una parte de
Su orden creado. Al enfocarse en el Sabath, Moisés estableció las
responsabilidades de sus lectores. El descanso del Sabath todavía
debía de ser observado como una parte integral de la vida. Como lectores
modernos podemos ver que esta ordenanza de la creación establece la
observancia del Sabath para nosotros también. Este evento del Antiguo
Testamento levantó estructuras para la vida humana que se extienden hasta
nuestros días.
En otras ocasiones
la función establecida de un pasaje puede ser relativamente menor. Por
ejemplo, Moisés diseñó la historia del llamamiento de Abram
a la tierra prometida (Génesis 12:1-9) para simbolizar el llamamiento de
Israel para tomar la tierra de Canaán. Pero este pasaje también
estableció a Abram como el patriarca de Israel y la esperanza de
bendición para todas las naciones. Fue a través de él que
todas las naciones de la tierra serían bendecidas (Génesis 12:3).
Este aspecto de la historia también establece realidades para nosotros
hoy en día.
¿Por qué
son adoptados los creyentes gentiles hoy en día en la familia de Abraham?
¿Por qué debemos de seguir a un Salvador Judío? Las respuesta
de este pasaje es obvia: Dios ordenó esa salvación para que todas
las naciones vinieran a través de la familia de
Abraham.
En tanto aplicamos las historias
del Antiguo Testamento, podemos preguntarnos, “Provee algo en esta
historia un antecedente histórico para mi vida hoy en
día?”
Modelos.
Cuando aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento para nuestro mundo,
debemos buscar también maneras en las que proveen modelos para nuestras
vidas. Los escritores del Antiguo Testamento frecuentemente escribieron sus
historias para mostrar un modelo de elección y consecuencia que
guiaría a sus lectores en sus propias decisiones morales. Esta
función de modelaje estaba basada en analogías significativas
entre las circunstancias de los personajes en el texto y la situación de
la audiencia original
Los
intérpretes modernos encontrarán significativas las
analogías entre nuestras vidas y las situaciones abordadas por los
escritores del Antiguo Testamento. Debemos tener cuidado con moralizar
ilegítimamente, pero en tanto que basemos el modelaje
contemporáneo en una función de modelaje original, la
aplicación de este tipo será
valiosa.
Cuando el modelaje es un motivo
prominente en la historia del Antiguo Testamento, el pasaje puede ofrecer un
ejemplo para los creyentes contemporáneos también. Por ejemplo, el
Cronista diseñó que el reino de Ezequías como un ejemplo
para su audiencia. El trató acerca del orgullo y fracaso del rey (compare
2 Reyes 20:1-21 y 2 Crónicas 32:24-33) y enfatizó sus reformas
cúlticas. En su gran celebración de la Pascua, Ezequías
reunió exitosamente un remanente del Reino del Norte con el Reino del Sur
por medio de una oración intercesora (2 Crónicas 30:17-20). Este
evento estableció a Judá como el representativo de la
nación entera durante el exilio y restauración, pero la
oración de Ezequías a favor de los dolientes del Norte
también lo pusieron como un modelo para la comunidad post-exílica.
El Cronista ofreció un ejemplo de actitudes y acciones apropiadas hacia
el Norte en tanto que sus lectores enfrentaban los problemas de la
situación post-exílica.
Los
creyentes contemporáneos deben de rivalizar con Ezequías al
responder a las divisiones y separaciones entre el pueblo de Dios hoy en
día. ¿Qué podemos hacer para construir la unidad del reino de
Cristo?
Aún cuando el modelaje no
es central al significado original de un pasaje, podemos encontrar una
conexión con nuestras vidas. Por ejemplo, el registro de la censura de
Natán a David (2 Samuel 12:1-14) fue originalmente diseñada para
explicar por qué la casa de David sufrió bajo el juicio de Dios
pero permaneció como la familia gobernante legítima de Israel.
Natán dijo que Dios castigaría severamente a David pero no lo
rechazaría absolutamente. Mientras que esta función establecida
pudo haber sino central en los propósitos del escritor, el
arrepentimiento de David también sirvió como modelo. David no
resistió a la censura de Natán; humildemente se sometió a
sus palabras de juicio. Los lectores de Samuel tuvieron muchas oportunidades de
escuchar estas palabras del juicio profético y seguir el ejemplo de
David. Este pasaje es un modelo digno de imitarse hoy día. El
espíritu quebrantado de David y la voluntad de aceptar el juicio de Dios
sirven como un retrato de arrepentimiento para nuestras vidas
también.
En tanto aplicamos las
narrativas del Antiguo Testamento al mundo contemporáneo debemos buscar
no solamente en qué maneras se establecen los antecedentes de las
realidades presentes, también debemos de preguntarnos: “¿Nos
ofrece este pasaje un modelo para seguir o para
evitar?”
Presagiar. Las
historias del Antiguo Testamento también presagia nuestras vidas. Los
escritores del Antiguo Testamento frecuentemente desarrollaron paralelos
extensivos entre los eventos en sus historias y las experiencias de sus
lectores. Similarmente, una historia pudo haber simbolizado la vida moderna de
hoy. Para evitar alegorizar ilegítimamente, debemos basar nuestras
aplicaciones en el significado original del texto. Pero en línea con las
prácticas de los escritores mismos del Antiguo Testamento, debemos de
descubrir frecuentemente los presagios significativos para nuestras vidas en las
historias del Antiguo Testamento.
Cuando
los escritores del Antiguo Testamento simbolizaron las circunstancias de sus
lectores, podemos ver fácilmente la misma conexión con nuestros
días. Por ejemplo, la historia de la estancia de Abram en Egipto
(Génesis 12:10-20) hicieron paralelo a la estancia de Israel en Egipto.
Las analogías entre la experiencia de Abram y el éxodo de Israel
son extensivas. En base a esta anticipación original, podemos buscar
similitudes con nuestras propias vidas. De la misma manera en que Dios
milagrosamente liberó a Abram de la cautividad en Egipto, Él nos
ha liberado de la esclavitud del pecado por medio de la muerte y
resurrección de Cristo, el éxodo de Abram retrata nuestro
éxodo.
Aún los aspectos
menores de un pasaje pueden simbolizar dimensiones de nuestras vidas. Notamos
anteriormente que Moisés trató “el horno humeando y la
antorcha de fuego” (Génesis 15:17) como una prefiguración de
un pilar de fuego ante Israel. Esta teofanía anticipa nuestros
días también. Cristo ha ido ante nosotros a la batalla dirigiendo
el camino hacia nuestra herencia de vida eterna (Hebreos 5:7-10;
9:11-15).
Muchos grandes temas de la
historia del Antiguo Testamento presagian nuestro día. Las
tipologías pueden encontrarse por toda la Biblia. Adán simboliz a
Cristo, el segundo Adán; Moisés el dador de la ley refleja a
Cristo nuestro Legislador; David el rey anticipa a nuestro Rey Jesús; la
tierra de la promesa presagia los nuevos cielos y la nueva tierra. La lista de
paralelos es enorme. Cuando venimos con estos temas y otros similares, estamos
en posición de ver presagios de nuestra existencia hoy en
día.
En la aplicación
contemporánea debemos imitar a los escritores del Antiguo Testamento al
mirar hacia las anticipaciones de nuestros días en sus historias. En
tanto examinamos el significado original de las historias del Antiguo
Testamento, encontramos que ellas establecen, modelan y presagian aspectos de
nuestras vidas
contemporáneas.
Implicaciones
para Nuestros Días
El tercer
objetivo en la aplicación contemporánea es mostrar las
implicaciones para nuestros días. Los escritores del Antiguo Testamento
querían que sus lectores entendieran la vida a la luz de las historias
del Antiguo Testamento. Ellos le daban forma a sus textos para transmitir muchas
implicaciones informativas, directivas y afectivas para sus lectores. De la
misma manera, debemos de ver nuestro mundo a la luz de las historias del Antiguo
Testamento, buscando implicaciones informativas, directivas y
afectivas.
Informativas.
Las narrativas del Antiguo Testamento ofrecen muchas implicaciones
informativas. Proporcionan información acerca de las circunstancias, de
la gente y de Dios en nuestros días. Por ejemplo, hemos visto que la
derrota de Dios de la Torre de Babel (Génesis 11:1-9)
enseñó a la audiencia de Moisés acerca de los enemigos a
los que ellos temían. Así como Babel no pudo resistir el
ejército celestial, así las ciudades de Canaán no
podrían resistir el ataque de Dios. Las circunstancias de los lectores de
Moisés no fueron tan desesperantes como ellos pensaban; sus enemigos
Cananitas no eran tan fuertes como ellos creían; su Dios no era
impotente, como ellos habían
temido.
Nosotros también
enfrentamos obstáculos que impiden la poseer completamente nuestra
herencia en Cristo. Las barreras parecen insuperables a veces, pero esta
historia nos recuerda que, no importa qué grandes sean las dificultades,
podemos descansar seguros de la victoria. Nuestras circunstancias no son
desesperadas; nuestros enemigos no son invencibles; Dios tiene poder sobre Sus
enemigos hoy en día como lo tuvo en los días de
Babel.
Cuando el escritor de Samuel
repasó los logros de David al final de su libro (2 Samuel 21:1-24:25),
él informó a sus lectores de muchas cosas en sus experiencias
contemporáneas. Las intervenciones de David, logros militares, y palabras
de confianza demostraron los beneficios que los lectores originales
podían esperar de la línea de David. A pesar de los problemas en
la casa de David, los reyes Davídicos fueron escogidos por Dios. Dios
bendeciría a Su pueblo a través del linaje de
David.
Estas implicaciones informativas
originales nos ofrecen información acerca de nuestros propios tiempos. En
todo nuestro derredor el reino de Dios es débil y está dividido.
Podemos estar tentados a preguntarnos si el Cristianismo ha fallado. Pero estas
historias nos enseñan que, a pesar de los problemas que molestan al Reino
en nuestros días, el Hijo de David – nuestro Rey Jeús
– reina por decreto de Dios. Su reino ha logrado mucho y tiene muchas
bendiciones para el futuro. El que ahora se sienta en el trono es nuestra
esperanza hoy en día. Estas implicaciones nos informan de la verdadera
naturaleza de la vida en el Reino de
Dios.
Vivimos en un mundo lleno de
información falsa que necesita ser corregida por las historias del
Antiguo Testamento. Cuando nos acercamos a estos textos debemos de preguntarnos:
“¿Qué información ofrece esta historia con
relación a nuestras
vidas?”
Directiva.
También debemos de investigar en las historias del Antiguo Testamento
implicaciones directivas para nuestros días. Los escritores del Antiguo
Testamento enseñaron a sus lectores más que información.
Sus historias también implicaban obligaciones morales. ¿Qué
obligaciones imprimen estas historias en nuestras vidas? ¿Cómo nos
dicen estos pasajes que respondamos a nuestras circunstancias
contemporáneas, a la gente en nuestro derredor y a nuestro
Dios?
Hemos visto que el Cronista compuso
su registro del reino de Asa (2 Crónicas 14:2-16:14) para enseñar
a sus lectores cómo responder a las amenazas militares durante el
período post-exílico. Cuando Asa confió en Dios,
derrotó a sus enemigos. Cuando el confió en las alianzas humanas,
su reino fracasó. Mientras los lectores post-exílicos de
Crónicas lidiaban con amenazas militares, ellos aprendieron de la vida de
Asa a confiar completamente en el poder de Dios para
protegerlos.
Cuando aplicamos estas
implicaciones directivas a nuestras vidas, aprendemos que tenemos obligaciones
similares. El Cronista nos enseña que en las circunstancias amenazantes
no debemos de voltearnos hacia el poder humano. Confiar en la ingenuidad y la
fuerza humana nos guiará ultimadamente al fracaso. Como gente de fe
debemos de confiar en Dios durante los momentos de dificultades.
La historia de la expulsión de la
humanidad del Jardín del Edén (Génesis 3:1-24) tuvo muchas
implicaciones directivas para la audiencia original de Moisés. Una de sus
preocupaciones principales era demostrar la necesidad absoluta de obediencia a
los mandatos de Dios. Cuando Adán y Eva desobedecen son expulsados del
jardín y del árbol de la vida. Las implicaciones directivas de
este motivo fueron obvias para los lectores originales: ellos debían
observar los mandatos de Dios. La desobediencia resultaría en futilidad y
muerte.
No es difícil ver las
implicaciones directivas de este pasaje. Nosotros también estamos bajo la
obligación de obedecer la ley de Dios. Él nos ha bendecido
ricamente y nos ha dado la ley que nos beneficia. Sin embargo, si nos alejamos
podemos esperar ver Su mano castigadora en nuestra
contra.
La aplicación responsable
al mundo moderno incluye buscar directivas contemporáneas, reconociendo
que estos textos ponen sobre nosotros las obligaciones de la misma forma en que
lo hicieron sobre sus lectores originales. Cuando aplicamos las historias del
Antiguo Testamento, debemos preguntarnos: “¿Qué directivas
prescribe este pasaje para nuestras
vidas?”
Afectivo. Debemos
esforzarnos también por aplicar las implicaciones afectivas para nuestros
días. Los escritores del Antiguo Testamento compusieron sus textos para
tocar las emociones de sus lectores. Sus historias trajeron tristeza, felicidad,
aliento, desaliento y una multitud de otras
disposiciones.
La historia del pacto de
Dios con Abram (Génesis 15:1-21) contenía muchas implicaciones
afectivas para la audiencia original. En tanto que los lectores trabajaron con
las primeras porciones del pasaje, ellos se llenaron de miedo y ansiedad. Pero
al final de la historia habían escuchado las promesas de Dios y
encontraron gozo y seguridad. Dios prometió sacar la semiente de Abram de
la esclavitud y darles la tierra de Canaán. Moisés quería
que el entusiasmo y la confianza reemplazaran todas las
dudas.
En tanto leemos esta historia,
nuestros corazones también se llenan de temor. Pero al final del pasaje
nos ayuda ver nuevamente nuestras circunstancias. Dios no nos ha dejado
encontrar nuestra propia salvación; Él nos ha prometido vida
eterna en la nueva creación así como prometió la herencia
de Canaán a Israel. Estas verdades deben de llenar nuestros corazones de
confianza y gozo, aún así como influyeron en la audiencia
original.
El primer capítulo del
libro de Jonás describe al profeta en una desobediencia vergonzosa
mientras que los marineros paganos probaron ser más piadosos (1:14, 16).
Jonás es lanzado al mar bajo el juicio de Dios por su negativa de ir a
Nínive. El escritor de Jonás se propuso que los hipócritas
de su audiencia experimentaran ansiedad y convicción por sus pecados. Al
aplicar tu y yo este pasaje a nuestras vidas, debemos de enfrentar el hecho de
que somos como Jonás, listos para responder al llamado de Dios solamente
cuando es cómodo, y renuentes a alcanzar a nuestros enemigos con el
evangelio. Como resultado esta historia debe de traer ansiedad,
convicción, y miedo a nuestros corazones
también.
La aplicación de
las narrativas del Antiguo Testamento involucra observaciones, anticipaciones e
implicaciones. Observamos los aspectos del texto que son más importantes
para nuestros días. Descubrimos las anticipaciones de establecimiento,
modelaje y presagio para nuestras vidas. Inferimos las implicaciones
informativas, directivas y afectivas. Solamente cuando incorporamos todas estas
tres dimensiones hemos aplicado las narrativas del Antiguo Testamento al mundo
moderno (ver fitura 55).
Proceso de
Aplicación
Aplicar las narrativas del Antiguo Testamento es
el desafío más grande de la interpretación. Presenta
más obstáculos que cualquier otro proceso hermenéutico. Con
el fin de llevar a cabo este reto, debemos de tratar con un número de
dificultades. Hasta este punto nos hemos enfocado en dos consideraciones que son
cruciales en la aplicación: conexiones entre el pasado y el presente
y ajustes para el presente. ¿Cómo podemos conectar el
mundo del Antiguo Testamento con nuestro mundo moderno? ¿Qué ajustes
son necesarios en tanto seguimos estas
conexiones?
Conexiones
Mi
esposa y yo tenemos buenos amigos en la parte Este de Europa. Cada día
festivo les llamamos, pero por lo regular lleva un poco de tiempo lograrlo.
Normalmente una grabación se escucha: “Lo sentimos, pero no hay
líneas que conecten con el país que está llamando... por
favor llame más tarde”. No tenemos otra opción que
intentarlo más tarde. Tenemos que encontrar una línea que nos
conecte.
De manera similar, al aplicar
las narrativas del Antiguo Testamento a nuestros días, debemos de
encontrar líneas de conexión entre nuestros tiempos y los
días del Antiguo Testamento. Al buscar las conexiones, necesitaremos
examinar tanto las diferencias y similitudes entre nuestro mundo y
el Antiguo
Testamento.
Diferencias.
En el siglo dieciocho, Gotthold Lessing (1729-1781) llamó la
atención a las diferencias entre el mundo moderno y la Escritura con una
fuerza apremiante. Aunque se enfocó principalmente a los textos del Nuevo
Testamento, sus conclusiones pusieron en marcha perspectivas críticas de
las narrativas del Antiguo Testamento también. Lessing argumentó
que las Escrituras estaban completamente unidas a sus entornos históricos
antiguos. Todas las aserciones contenidas en la Biblia fueron coloreadas por
las creencias primitivas de la gente que las
escribió.
La valoración de
la Escritura de Lessing planteó serios problemas para los lectores de la
Biblia del siglo dieciocho. Gracias a los avances filosóficos y
científicos, la gente ya no cree en milagros, demonios, ángeles y
cosas por el estilo. Aún los principios de moralidad aceptados en tiempos
antiguos fueron cuestionados en la Edad del Razonamiento. La Escritura ya no
habló con autoridad absoluta. La perspectiva de Lessing dejó un
gran vacío hermenéutico entre los intérpretes modernos y la
Biblia, una distancia que él describía como “la zanja fea
abierta, que no puedo cruzar”.
Han
pasado siglos desde que Lessing expuso este punto de vista, pero su zanja nunca
ha desaparecido del pensamiento de los intérpretes críticos. De
una manera general todavía operan en su premisa básica: la Biblia
es un producto de su día, presentando todo tipo de creencias primitivas
que la gente moderna ha desechado. No puede hablar autoritativamente al lector
contemporáneo. Como Barr lo ha resumido
recientemente:
Todo trabajo o texto
compuesto en tiempos antiguos y en
una
cultura antigua tiene su significado en ese tiempo y
cultura, y en nuestro tiempo y cultura
puede tener un sig-
nificado diferente, o
de hecho no puede significar nada...
un
trabajo como la Biblia, que es un producto de una
si-
tuación cultural particular (o
mejor dicho, que es una
compilación de trabajos, el
producto de un grupo de tales
situaciones por un largo período
cambio) por lo tanto no
puede ser
autoritativa en cualquier sentido decisivo
para
otras culturas, la idea es tan
absurda que no es digna
de
discusión
alguna.
Los evangélicos no
están de acuerdo con esta perspectiva, pero no debemos ignorar
completamente el problema de la zanja de Lessing. Sus observaciones han
levantado desafíos al proceso de la aplicación que son
ineludibles. Por un lado, las narrativas del Antiguo Testamento están muy
ligadas a las condiciones históricas en las que fueron escritas
originalmente. La forma y el contenido de cada texto Bíblico reflejan las
convenciones compartidas por los escritores y lectores antiguos. Dios
empleó las personalidades, las experiencias y los antecedentes culturales
de los escritores como vehículo de revelación. También
Él acomodó la revelación Escrita a las capacidades y
necesidades de los lectores
originales.
Por otro lado, nuestros
días son diferentes del mundo del Antiguo Testamento. Los avances
tecnológicos crean distancia. No usamos carrozas y espadas; usamos
misiles nucleares y sistemas de defensa de satélite.
Sociológicamente, no somos doce tribus viviendo en Palestina; somos
innumerables congregaciones por todo el mundo. Aún el carácter
sobrenatural de muchos de los eventos del Antiguo Testamento los hace distantes
de nosotros. Los evangélicos creen que los milagros en la Biblia de hecho
ocurrieron. El hacha de Eliseo literalmente flotó sobre el agua (2 Reyes
6:1-7); de hecho fuego cayó del cielo sobre el sacrificio en el templo de
Salomón (2 Crónicas 7:1). Pero ¿cuando fue la última
vez que viste un hacha flotar o fuego caer del cielo? Los eventos como estos
parecen extraños a nuestras experiencias del siglo
veinte.
Como lectores modernos debemos de
reconocer las diferencias entre nosotros mismos y el mundo del Antiguo
Testamento. Al ir despejando esta distancia, veremos la necesidad de hacer un
puente al vacío para hacer aplicaciones legítimas para nuestros
días.
Similitudes.
Para superar la distancia entre nuestro mundo y el Antiguo Testamento,
debemos de encontrar similitudes significativas que conecten el pasado y el
presente. ¿Cuáles son las continuidades entre el Antiguo Testamento
y nuestros días? ¿Qué rutas podemos seguir en la
aplicación?
Los intérpretes
críticos imponen criterios modernos para determinar la aplicabilidad del
Antiguo Testamento. Sobre todo, la razón humana sirve como la prueba de
tornasol para evaluar lo valioso de la enseñanza de la Biblia. Los
aspectos de la Biblia que pasan la prueba de la razón son aceptados;
otras dimensiones son puestas a un lado u
opuestas.
Por ejemplo, Troeltsch
(1865-1923) puso el paso para muchos intérpretes críticos al
investigar las verdades universales a la luz de los progresos en las religiones
del mundo. En nuestro siglo Bultmann (1884-1976) propusieron una
hermenéutica de demitologización, despojando la Biblia de su
mitología primitiva para discernir el corazón del valor de la
existencia humana. En años más recientes, muchos
intérpretes críticos se han vuelto a procesar filosofía y
liberación social para discernir el valor moderno de la
Escritura.
Estas son algunas de las
maneras en que los intérpretes críticos determinan un grado de
relevancia a las narrativas del Antiguo Testamento. Las variaciones son
incontables. Sin embargo, en cada caso, la suposición fundamental es la
misma. El pensamiento moderno ha desacreditado tanto el significado original de
la Escritura que es irrelevante en gran parte y a veces aún repugnante a
los lectores contemporáneos. Como resultado las únicas conexiones
válidas son aquellas que son impuestas en la Escritura por el
espíritu de modernidad.
Esta
práctica hermenéutica no es nueva. La gente en cada época
ha limitado la aplicabilidad de la Palabra de Dios por algún
estándar externo que encuentran más apetitoso. Desde el
Jardín del Edén, Eva evaluó la revelación notando
ella misma: “que el árbol era bueno para comer y que era agradable
a los ojos” (Génesis 3:6). Los Israelitas rehusaron obedecer el
llamado de tomar Canaán debido a sus propias ideas de lo que
parecía razonable (Números 13:1-14:10a). El pueblo de Israel y
Judá rehusaron escuchar a los profetas porque juzgaron los
pronunciamientos proféticos por sus propios estándares.
Jesús mismo fue rechazado por la misma razón (Mateo 26:57-68). Sin
embargo, la Escritura repetidamente condena este acercamiento a la
revelación con los términos más fuertes como
rebelión en contra de Dios
mismo.
Los evangélicos deben de
buscar las líneas de conexión que provienen de la Biblia, no de
nuestros propios estándares de juicio. ¿Qué vínculos
hermenéuticos usaron los escritores del Antiguo Testamento?
¿Cómo superaron la distancia entre su mundo y el
pasado?
Desde el principio debemos
recordar que los escritores del Antiguo Testamento respondieron al
Espíritu Santo para autorizar sus esfuerzos. Sus aplicaciones más
hábiles y competentes caían en oídos sordos separadas del
Espíritu de gracia que obraba en los corazones de sus lectores. Sin
embargo, mientras el Espíritu se movía, aún los peores
pecadores en el tiempo y lugar más remotos podían entender sus
historias y aplicarlas a sus
vidas.
También dependemos
enteramente en el Espíritu para hacer la aplicación posible. El
Espíritu que inspiró las narrativas del Antiguo Testamento en sus
circunstancias originales también ilumina a los lectores modernos.
Él tiene el poder para superar cualquier obstáculo que la zanja de
Lessing pudiera presentar a la aplicación contemporánea. Sin Su
bendición nuestros esfuerzos son en vano, pero con Su bendición
podemos superar las dificultades de
aplicación.
A parte de esto es
aparente que los autores del Antiguo Testamento confiaron en varias
líneas específicas de conexión entre el pasado y el
presente. Ellos basaron sus aplicaciones en el hecho de que el pasado y el
presente siempre involucran al mismo Dios, al mismo mundo, al
mismo tipo de gente.
Mismo
Dios. Los escritores del Antiguo Testamento aplicaron el pasado a sus
situaciones contemporáneas porque tanto el pasado como el presente
estaban en el control soberano del mismo Dios. No se enfocaron principalmente en
los hechos de otros dioses; sino en su lugar se enfocaron en lo que su Dios
había logrado. ¿Por qué? Porque Su voluntad en el pasado
revelaba Su voluntad para el presente.
Dios forma una línea vital de
conexión porque El es inmutable. La doctrina de inmutabilidad nos
enseña que Dios está “desprovisto de todo cambio, no
solamente en Su ser, sino también en Sus perfecciones, y en Sus
propósitos y promesas”. Dios está activamente involucrado en
el curso de la historia, pero Su involucramiento nunca viola Su carácter
siempre-consistente, nunca-cambiante y Palabra (Números 23:19;
Isaías 14:24; 41:4; 48:12; Romanos 1:23, Hebreos 1:11-12; Santiago 1:17).
En un sentido ultimado, Dios nunca se contradice a Sí mismo, aunque desde
una perspectiva humana pueda parecer que cambia. (eje. Éxodo 32:7-14).
Dios nunca viola Su naturaleza, sus decretos o
promesas.
Muy conectado con la
inmutabilidad de Dios está la fidelidad del pacto de Dios. Las
relaciones de pacto que Dios ha establecido permanecen en efecto para todo el
tiempo. Como Robertson comenta:
Por
la creación Dios se unió él mismo al hombre en una
relación
de pacto. Después
de la caída del hombre al pecado, el Dios
de
toda la creación bondadosamente
se unió él mismo al hombre
otra vez al comprometerse él
mismo a redimir a un pueblo
para
sí de la humanidad perdida. Desde la creación hasta la
consumación el lazo del pacto ha
determinado la relación de
Dios a
su pueblo. La magnitud de los pactos divinos
abarca
desde el principio del mundo hasta
el fin del tiempo.
La Escritura
enseña por toda la historia que Dios es fiel a los lazos de Su pacto
(Génesis 17:7; Deuteronomio 29:13; 2 Samuel 7:13-16; 1 Reyes 8:15-16, 56;
Hebreos 6:16-20). Esta fidelidad es la base de la aplicabilidad de Su Palabra de
generación en
generación.
Aunque existen muchas
diferencias entre el pasado y el presente, Dios ha permanecido el mismo. Las
estructuras que Él ordenó hace mucho tiempo se aplican a nuestros
tiempos. Las promesas que Él hizo en el pasado continuar hasta nuestros
días. Podemos ir del significado original de un pasaje hacia aplicaciones
modernas porque servimos al mismo
Dios.
Mismo Mundo. Los
escritores del Antiguo Testamento también aplicaron los eventos antiguos
a las vidas de los lectores porque ambos se llevaron a cabo en el mismo mundo. A
pesar del hecho de que el mundo externo de la revelación pasada
discrepó del mundo de los escritores y lectores del Antiguo Testamento,
parte significativa de lo físico, cultural e ideológico
todavía continúa. Estas conexiones hicieron posible que los
escritores del Antiguo Testamento aplicaran sus historias a sus lectores por lo
menos de dos formas.
Primero, los
escritores del Antiguo Testamento apuntaron los eventos que hicieron marcas
indelebles en las vidas de sus audiencias. Josué había guiado
a Israel en la conquista de la tierra (Josué 1:1-12:24); los lectores del
libro de Josué pudo aplicar este material porque vivían en esa
tierra. Los pecados de Manasés enviaron a la nación al exilio (2
Reyes 23:26-27; 24:3-4); la audiencia de Reyes pudo aplicar este evento porque
estaban en el exilio. En muchos casos los lectores originales podían
relacionar los eventos pasados con sus vidas porque estaban experimentando el
impacto de esos incidentes en su mundo
contemporáneo.
Podemos aplicar las
historias del Antiguo Testamento a nuestras vidas por la misma razón. El
Antiguo Testamento ha dejado una marca duradera en muchos aspectos del mundo
moderno. Los eventos Bíblicos no se llevaron a cabo en un vacío,
sucedieron el la historia real y marcaron el curso del mundo para siempre.
¿Qué eventos históricos pueden ser más esenciales al
mundo como lo conocemos que la creación y la caída?
¿Qué serie de creencias religiosas han afectado más la vida
que aquella del antiguo Israel? No hay lugar alguno donde los eventos del
Antiguo Testamento no hayan dejado alguna marca en la vida contemporánea.
Estas influencias en la vida hoy en día hacen posible que nosotros veamos
similitudes entre nuestras vidas y las historias del Antiguo
Testamento.
Segundo, los escritores del
Antiguo Testamento confiaron en analogías entre tiempos antiguos y sus
tiempos. Las vidas de los lectores paralelan los eventos Bíblicos en
maneras significativas, permitiendo a la audiencia original relacionar sus vidas
con las historias del Antiguo Testamento. Así como Moisés y el
pueblo entraron en un pacto con Dios en Sinaí (Éxodo 19:1-24:18),
los lectores de Éxodo tenían que reafirmar sus compromisos del
pacto. De la misma forma que David proporcionó todo para el templo (1
Crónicas 29:1-9), se le requirió a la audiencia del Cronista
sostener el nuevo templo.
Al reflexionar
podemos ver muchos paralelos entre nuestras situaciones y aquellas de los
tiempos del Antiguo Testamento. Vivimos en un mundo creado por Dios, pero
caído en el pecado; enfrentamos oposición para nuestra fe;
luchamos por justicia y misericordia en la sociedad. Los paralelos son grandes.
“... nada hay nuevo debajo del sol” (Eclesiastés 1:9). Una
vez que vemos debajo de las desigualdades superficiales, podemos ver que vivimos
en circunstancias muy parecidas a aquellas de los escritores del Antiguo
Testamento y de sus audiencias. Debido a estos paralelos podemos dirigirnos a
las historias antiguas del antiguo Testamento y aplicarlas a nuestras vidas hoy
en día.
Mismo tipo de
gente. Los escritores del Antiguo Testamento también encontraron
una línea de conexión entre el pasado y el presente porque
estuvieron tratando con el mismo tipo de gente. En la perspectiva Bíblica
toda la gente es la imagen de Dios caída en pecado (Génesis 1:27,
9:6; Isaías 53:6; Romanos 3:9-18, 23; 1 Corintios 11:7, Colosenses 3:10).
Estas características universales de la humanidad hicieron posible que
los escritores del Antiguo Testamento conectaran el pasado con el presente.
Aunque los escritores del Antiguo Testamento sabían que la gente era
diferente en varios períodos históricos, también
reconocieron que tenemos similitudes básicas como imagen de Dios
caída. Entre otras cosas, compartimos habilidades
lingüísticas, capacidades mentales y naturaleza
moral.
Primero, los autores del
Antiguo Testamento se apoyaron grandemente en las habilidades
ligüísticas de sus lectores. El simple hecho de que el Antiguo
Testamento fue escrito demuestra que sus autores creían que el lenguaje
podía comunicar a través del espacio y tiempo y que sus lectores
podían entender y aplicar sus
mensajes.
Nuestras habilidades
lingüísticas nos capacitan a aplicar las historias del Antiguo
Testamento hoy en día. Claro que no hablamos los lenguajes antiguos de
los escritores del Antiguo Testamento; sin embargo, como lo sugieren cada vez
más las investigaciones, debajo de las particularidades de las lenguas
individuales hay estructuras lingüísticas comunes que hacen posible
significativamente la comunicación tras-cultural y tras-histórica.
En un sentido, nuestras habilidades lingüísticas dadas por Dios nos
permiten aplicar las narrativas del Antiguo Testamento al mundo
moderno.
Segundo, los escritores del
Antiguo Testamento también se apoyaron en las capacidades mentales
de sus lectores. Como imagen de Dios, los seres humanos razonan, ejercitan su
voluntad y experimentan emociones. Nosotros hacemos preguntas, resolvemos
problemas, buscamos implicaciones lógicas, imaginamos situaciones y
respondemos emocionalmente a la vida. Todas estas habilidades vinieron de
nuestro carácter como imagen de Dios. Cuando los escritores del Antiguo
Testamento compusieron historias, dependían de sus lectores para
ejercitar estas capacidades. Los autores del Antiguo Testamento raras veces
declararon explícitamente sus intenciones ideológicas, porque
ellos asumieron que los lectores podían inferir las implicaciones de los
textos por ellos mismos.
De la misma
manera, nuestros intentos de aplicar las historias del Antiguo Testamento al
mundo moderno se apoyan en nuestras capacidades mentales. Como imagen de Dios
hemos sido dotados con la habilidad de asir los significados originales de estos
textos, reflejar las diferencias entre nuestro mundo y el mundo del Antiguo
Testamento y de entender cómo la ideología de estos textos tienen
presencia en nuestras vidas. Nuestras interpretaciones siempre necesitan
mejorar, pero nuestras capacidades mentales nos equipan para hacer avances en el
entendimiento.
Tercero, los escritores del
Antiguo Testamento se apoyaron en la naturaleza moral común para
todos los humanos. Los autores de las historias del Antiguo Testamento
percibían a toda la gente como imagen de Dios hecha para servir como
vice-regentes de Dios en el mundo (Génesis 1:26-30). También
reconocieron que la humanidad había fallado en cumplir su tarea
(Génesis 3:1-13) y necesitaba desesperadamente la gracia redentora de
Dios (Génesis 3:1-20); 1 Reyes 8:46-61; Esdras 9:5-15). A diferencia de
otras criaturas, nosotros fuimos creados con la capacidad para tener una vida
religiosa y con la responsabilidad de responder obedientemente a la
revelación de Dios. Este carácter moral hizo posible que los
escritores del Antiguo Testamento tomaran eventos del pasado y los aplicaran a
sus lectores contemporáneos.
Lo
mismo es verdad para nosotros. Los seres humanos de hoy en día tienen el
mismo carácter moral como la gente en los días del Antiguo
Testamento. Tenemos la obligación de servir como imagen de Dios; nosotros
fallamos como los creyentes del Antiguo Testamento fallaron; nosotros
necesitamos la gracia de Dios como ellos lo hicieron. Podemos hacer un puente
entre los días del Antiguo Testamento y los nuestros porque seguimos
siendo criaturas morales.
Así es
que los escritores del Antiguo Testamento encontraron las líneas de
conexión entre el pasado y el presente. Ellos se apoyaron en el mismo
Dios, el mismo mundo y el mismo tipo de gente. Nosotros podemos enfrentar los
desafíos de la aplicación siguiendo sus ejemplos (ver figura
56).
Ajustes
En
tanto aplicamos las narrativas del Antiguo Testamento al mundo moderno, seguimos
las rutas del mismo Dios, el mismo mundo, y el mismo tipo de gente. Pero estas
rutas no son caminos derechos. Al paso de los siglos desde el Antiguo Testamento
hasta nuestros días, han doblado hacia la izquierda y hacia la derecha.
Para tener éxito en la aplicación, debemos de tomar en cuenta
estas variaciones. En los siguientes capítulos examinaremos estas
variaciones en detalle. Por ahora meramente tocaremos tres asuntos
básicos: la necesidad de ajustes, las guías de ajustes,
y los tipos de ajustes que debemos
hacer.
Necesidad de ajustes.
¿Por qué debemos de hacer ajustes al aplicar las historias del
Antiguo Testamento? ¿Por qué nos simplemente seguimos el significado
original como es? Puesto simplemente, debemos de ajustar nuestras aplicaciones
porque no estamos precisamente en la misma situación en la que estaban
los lectores de las narrativas del Antiguo Testamento; tenemos diferentes
necesidades y puntos fuertes. Experimentamos diferentes logros y
desafíos. De hecho, si aplicamos las historias del Antiguo Testamento
precisamente como lo debieron de hacer los lectores originales, podríamos
desobedecer a Dios.
Por ejemplo, la
historia del becerro de oro (Éxodo 32:1-25) enseñó a la
audiencia original de Moisés que deberían adorar a Dios conforme
al diseño de la Ley de Moisés. Su respuesta apropiada era evitar
la idolatría y adorar en el tabernáculo que Moisés
había construido para ellos. ¿Cuál debería de ser el
resultado si simplemente imitáramos lo que los lectores originales
tenían que hacer? Si levantamos un tabernáculo Mosaico y seguimos
los procedimientos ordenados para esa estructura, desobedecemos a Dios. De hecho
nos hemos revelado en contra de Él porque Cristo ha sustituido el
tabernáculo de Moisés. Como argumentó el escritor de
Hebreos, adorar de tal manera en nuestros días es desobedecer la obra de
nuestro Salvador (Hebreos 9:1-10:18).
El
libro de Números fue diseñado para inspirar a Israel a pelear como
un ejército santo en la tierra de Canaán. ¿Deberíamos
de seguir simplemente la respuesta apropiada del antiguo Israel a este libro? Si
lo hacemos, todos estaríamos en Canaán peleando en contra de los
ocupantes de esa tierra. ¡Claro que no debemos de aplicar este libro al
mundo moderno por mera
imitación!
Guías de
ajustes. Si los ajustes son necesarios en la aplicación,
¿qué guías nos pueden mostrar las variaciones que debemos
seguir? Tres indicadores nos ayudan a ver donde dan vuelta las líneas de
conexión.
Primero, encontramos
dirección de nuestro vivir cristiano individual. Nuestra
santificación, dotes y llamamiento tienen mucho que ofrecer en tanto
exploramos los ajustes en la aplicación. La oración, la
adoración y la atención personal al Espíritu realzan
nuestra sensitividad a Su dirección. La experiencia nos ayuda a ver
nuestras fallas y nuestros logros. El compromiso a nuestra vida de trabajo
guía nuestra
aplicación.
Segundo, aprendemos de
interactuar en la comunidad. Nuestros hermanos y hermanas en Cristo
tienen mucho que enseñarnos de los ajustes al mundo moderno. A
través de los siglos los creyentes han trabajado duro en aplicar las
historias del Antiguo Testamento a las necesidades de sus días. Podemos
beneficiarnos de sus acercamientos. La iglesia moderna también
está comprometida en el proceso de aplicación. En tanto
interactuamos con varios puntos de vista y prácticas en la iglesia,
podemos obtener una visión de las maneras en que otros han aplicado las
narrativas del Antiguo Testamento a la vida
moderna.
Tercero, la única
guía infalible para los ajustes en la aplicación es la
Escritura misma. Como dice la Confesión de Fe de Westminster:
“La regla infalible de interpretación de la Escritura es la
Escritura misma: y por lo tanto, cuando hay una pregunta acerca de la verdad y
del sentido completo de cualquier parte de la Escritura... debe de investigarse
y conocerse en otros lugares que hablen más claramente”. Las
aplicaciones legítimas deben de basarse en el significado original,
proporcionando a los lectores modernos una guía infalible para hacer
ajustes en la aplicación. Debemos de seguir la dirección de
escritores Bíblicos inspirados quienes aplicaron revelación previa
a sus situaciones.
Las elaboraciones
Bíblicas toman muchas formas. En el Antiguo Testamento, el libro de
Deuteronomio se aplica a varias circunstancias en la Historia
Deuteronomística (Josué, Jueces, Samuel y Reyes). El Cronista
aplicó los libros de Samuel y Reyes a su situación
post-exílica. Los profetas elaboraron sobre los eventos en el Pentateuco
y los libros históricos. Las interconexiones se pueden encontrar por todo
el Antiguo Testamento. En tanto entendemos cómo variaron los escritores
del Antiguo Testamento los temas de otras porciones del Antiguo Testamento a sus
situaciones, encontraremos dirección para los ajustes que debemos de
hacer para nuestros
días.
También debemos de ver
los ajustes hechos en el Nuevo Testamento. Los escritores del Nuevo Testamento
no desecharon las historias del Antiguo Testamento. No obstante, cuando
examinamos cómo manejaron las narrativas del Antiguo Testamento,
encontramos que hicieron bastantes ajuste al aplicarlas a sus
circunstancias.
En los capítulos
que siguen, veremos dimensiones específicas de variaciones dentro de la
Biblia. Sin embargo, hasta este punto, reconozcamos simplemente que los
comentarios de los escritores Bíblicos forman una guía infalible
para los ajustes que debemos hacer en la aplicación moderna. Siempre
debemos de ligar nuestras variaciones tanto como sea posible a los modelos que
los mismos escritores Bíblicos
usaron.
Tipos de ajustes.
Entonces, ¿qué tipos de ajustes debemos de hacer? Hemos visto
que nuestras vidas se conectan con las narrativas del Antiguo Testamento porque
estamos tratando con el mismo Dios, el mismo mundo y el mismo tipo de gente.
También debemos tratar con tres variaciones correspondientes: de la
época, de la cultura y ajustes
personales.
Primero, con el fin de
aplicar las narrativas del Antiguo Testamento a nuestras vidas debemos de hacer
ajustes en la época. Las variaciones de la época ocurrieron en la
Escritura porque Dios progresivamente se reveló a Sí mismo a la
humanidad; la doctrina de la revelación progresiva es crucial para una
aplicación legítima. Dios ha permanecido el mismo a través
de la historia, pero Él ha expuesto su naturaleza, requisitos y la forma
de salvación poco a poco. La revelación posterior nunca contradice
a la revelación previa, pero más revelaciones desarrollan y van
más allá de lo que fue dado de
antemano.
Siempre debemos de tomar en
cuenta los cambios de la época en la revelación progresiva. Tu y
yo vivimos después de la muerte y la resurrección de Cristo.
Estamos en un período diferente de redención desde Moisés,
el escritor de Reyes, y el escritor de Esdras-Nehemías. Esta
variación requiere muchos ajustes significativos. No somos una teocracia
nacional privilegiada situada entre otros poderes internacionales. Nuestra
guerra santa no es “contra sangre y carne, sino contra... huestes
espirituales de maldad en las regiones celestiales” (Efesios 6:12). No
adoramos en el tabernáculo o el templo; adoramos en
“espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Estos son tipos de
variaciones importantes que debemos de evaluar en tanto aplicamos las narrativas
del Antiguo Testamento.
Segundo, debemos
de hacer ajustes culturales. Vivimos en el mismo mundo como los creyentes
del Antiguo Testamento, pero las costumbres sociales, las estructuras
sociológicas y los avances tecnológicos hacen que nuestras
responsabilidades y necesidades sean
diferentes.
Aunque estas variaciones han
sido afectadas por la revelación progresiva, han sido resultado
principalmente de la diversidad de los recursos naturales, de las habilidades y
de las ideas. Aún los creyentes que viven en la misma época de la
historia de la redención viven en diferentes culturas y hablan diferentes
lenguas. Algunas naciones en guerra, otras en paz. Algunas con avances
tecnológicos, otras están desarrollando. Estas variaciones
culturales deben de considerarse en tanto aplicamos las narrativas del Antiguo
Testamento.
Tercero, debemos
también de hacer ajustes personales. La gente es diferente una de
otra. Cada persona tiene cualidades que las hacen un individuo
único.
Frecuentemente la
aplicación apunta a las necesidades específicas de los individuos.
En un nivel general, un texto puede tener la misma aplicación para
diferentes tipos de personas, pero mientras más específica sea
nuestra aplicación, habrá más variaciones en la
aplicación individual. El mismo texto del Antiguo Testamento se aplica de
manera diferente a un padre y a un hijo. Tiene un sentido diferente en la vida
de un creyente obediente que de un apóstata rebelde. Se aplica de
diferente manera a un hombre de negocios que a un ama de casa. Las necesidades y
responsabilidades de esta gente requieren de ajustes en la
aplicación.
Debemos de considerar
la época, la cultura y las diferencias personales al investigar la
relevancia de las narrativas del Antiguo Testamento (ver figura
57).
Conclusión
En este capítulo hemos puesto el
fundamento para la aplicación. Nuestro objetivo es observar los motivos
relevantes en las narrativas del Antiguo Testamento, descubrir cómo
anticipan nuestras vidas, y reconocer las implicaciones para nuestros
días. Para alcanzar este objetivo, debemos ajustar nuestra
aplicación de acuerdo a las diferencias y las similitudes entre las
situaciones históricas de las narrativas del Antiguo Testamento y
nuestros días. Con los conceptos básicos en mente seremos capaces
de aplicar estos textos al mundo moderno.
Preguntas de
Repaso
- ¿De qué manera son las observaciones,
las anticipaciones y las implicaciones aspectos de nuestro objetivo en la
aplicación? Distingue estos propósitos da un ejemplo de cada
uno.
- ¿Cuáles son los tres tipos de
anticipaciones e implicaciones que podemos derivar de las narrativas del Antiguo
Testamento?
- ¿Cuáles son las líneas de
conexión entre el mundo del Antiguo Testamento y nuestros días?
Ilustra cómo son útiles en la aplicación.
- ¿Por qué debemos de ajustar el
significado original en un texto con el fin de aplicarlo en la vida moderna?
¿Cuáles son los tres tipos principales de ajustes que debemos
considerar?
Ejercicios de
Estudio
- Examina la historia de la Torre de Babel
(Génesis 11:1-9). Escoge uno de los temas del pasaje. ¿Cómo
anticipa este tema nuestros días? Da un resumen de una aplicación
informativa, directiva y afectiva.
- Reflexiona en las implicaciones modernas que
derivaste de Génesis 11:1-9. ¿Cómo ajustaste el significado
original a la vida moderna? ¿Qué consideraciones de la época,
culturales y personales controlaron tus
ajustes?